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El fútbol español busca estabilidad para afianzar inversiones y negocio

Los clubes que no disputan torneos Uefa temen que el futuro escenario competitivo que surja a partir de 2024 ahuyente a patrocinadores y televisiones, poniendo en riesgo el camino recorrido desde 2015.

M.M.A

27 mar 2019 - 04:59

En Liga Santander, sólo el Valencia CF perdió dinero en la temporada 2017-2018, mientras que en LaLiga 1|2|3 la cifra fue de diez equipos

 

Ámsterdam acogía ayer una reunión de la Asociación de Clubes Europeos (ECA) en la que se creía que iban a adoptarse decisiones decisivas para el futuro del fútbol europeo. Finalmente no fue así, pero en Madrid un grupo de equipos de LaLiga advertía del riesgo que puede tener un fortalecimiento de la Champions League a costa de los torneos domésticos. “El crecimiento de los últimos años ha sido por la estabilidad que se ha dado a propietarios, patrocinadores y aficionados”, recordaba ayer Antonio Fernández Monterrubio, director general del Granada CF, durante la presentación de la Guía Económica LaLiga 2019.

 

El documento, elaborado por Palco23 con el patrocinio del Centro de Estudios Garrigues (CEG), constata que los ingresos de la competición en 2017-2018 se acercaron a 4.500 millones de euros y consolidaron el beneficio neto agregado en torno a 170 millones de euros, en línea con el año anterior. En LaLiga Santander sólo el Valencia CF perdió dinero, mientras que en LaLiga 1|2|3 fueron una decena de equipos, si bien registraron pérdidas controladas gracias al apoyo de los accionistas o anticipando que con el ascenso podrán compensar ese desfase.

 

“El conflicto competencial que se está evidenciando es lo que preocupa, porque el negocio será de distinto si las ligas nacionales pierden la batalla”, apuntó Féliz Plaza, director del CEG y socio del área de deporte y entretenimiento en Garrigues. De momento, “los números demuestran un año más que el negocio de los clubes crece gracias al marco de estabilidad que se ha construido, sin renunciar a realizar inversiones en estadios y ciudades deportivas que mejoren las condiciones de los futbolistas y experiencia de los aficionados”, señaló Javier Gómez, director general corporativo de LaLiga.

 

 

 

 

Ese es el gran reto que a futuro abordan todas las instituciones deportivas, pues la práctica totalidad de equipos tienen en marcha obras de ampliación o remodelación de sus instalaciones. Son proyectos que difícilmente se podrían acometer de no ser por el trabajo previo que ha habido de reducción de la deuda histórica que muchos clubes tenían, aunque no es suficiente. “Los bancos pueden tener dudas sobre qué sucede con los préstamos en caso de bajar a Segunda, pero los datos demuestran que en la categoría también hay rentabilidad”, razonó Ignacio García, director financiero del Levante UD.

 

Javier Fernández, presidente ejecutivo del Real Sporting, confirmó que “desde hace dos años los bancos tradicionales ya dan entrada a los clubes, aunque continúa siendo una financiación a corto plazo”. Ello, pese a que la deuda financiera neta ajusta del torneo continúa bajo control pese al repunte del 4,7% en 2017-2018, hasta 606,2 millones de euros, y que la actual ya está muy vinculada a la creación de valor, ya sea patrimonial o deportivo.

 

José María Duran, director general del Getafe CF, argumentó que el club podría haber ganado mucho más dinero y rebajado su pasivo el último año, pero que priorizaron la inversión. “Invertimos 22 millones en jugadores para tener el 100% de los derechos sobre nuestra plantilla; es una manera de aportar valor al área deportiva y hace que tengamos que gestionar cada inversión identificando todos los riesgos posibles”, opinó.

 

 

 

 

El conjunto de asistentes coincidió en la importancia que han adquirido las direcciones generales deportivas, tanto por el volumen de gasto que absorben como por el potencial de ingresos que representa si se gestiona bien la revalorización de futbolistas. “Ahora es una de las vías para diferenciarse más del resto de equipos, especialmente en Segunda División teniendo en cuenta el actual sistema de reparto por televisión”, acuñó Fernando Sainz de Varanda, consejero delegado del Real Zaragoza.

 

El directivo también apuntó a la importancia que podría tener que la titularidad de los estadios pudiera ser privada y no de los ayuntamientos, como sucede actualmente. “Permitiría invertir con seguridad jurídica y nos dotaría de una mayor flexibilidad en el uso del activo”, coincidían en señalar los clubes ayer representados. “Es la principal ventaja, ya que difícilmente hoy es aceptado como una garantía para obtener financiación”, comentó Joan Fitó, director financiero del RCD Espanyol.

 

Un mayor control sobre los recintos sería el paso previo a poder mejorar la experiencia de los aficionados, una tarea en la que ya están inmersos muchos equipos. Ahora bien, García, del Levante, señaló que “imitar a otros países como Inglaterra o Alemania es complicado porque no existe la misma cultura futbolística; hay qué pensar qué tipo de cosas encajan aquí”. “Yo sí veo posible conseguir que la gente pueda venir tres horas antes, siempre que se les ofrezca algo de entretenimiento”, acuñó Sainz de Varanda.

 

El problema, como fue planeando en diversos momentos del debate, es que ahora todos son más cautelosos a la hora de afrontar según qué proyectos. “Se están poniendo en juego muchas cosas, y todo el ruido no ayuda a financiar estas cosas”, advirtió Fernández, del Sporting. Sobre el tablero, un negocio de 4.500 millones de euros que, de momento, no ha dejado de crecer.