Entorno

Así es el plan de China para que el deporte genere un negocio 195.300 millones de euros en 2020

El Gobierno del país ha visto interrumpido temporalmente su plan para que en 2050 un total de 1.400 millones de residentes hagan ejercicio, con una clara apuesta por las competiciones internacionales y el auge del athleisure entre los jóvenes.

P. López

8 abr 2020 - 04:58

China ha trazado un plan para convertirse en líder en la industria deportiva: que en 2050 un total de 1.400 millones de residentes hagan deporte

 

 

Tal vez China no sea el primer mercado en el que un inversor piensa a la hora de hacer negocio en la industria del deporte, pero, de entre los gigantes del mundo, sí es el que mayor margen de crecimiento arroja. Con el constante aumento del número de practicantes y su derivada repercusión en el gasto deportivo, se espera que el consumo deportivo en el país alcance los 1,5 billones de yuanes (195.305 millones de euros) en 2020. Pero ¿cuáles son las palancas que el Ejecutivo de Xi Jinping está activando para desarrollar su industria deportiva?

 

En la base de la pirámide está estimular la práctica, una condición indispensable para que aumente el consumo de equipamiento deportivo y el interés hacia campeonatos, con la previsión de que la industria genere cinco billones de yuanes al años antes de 2025 (651.015 millones de euros), según el plan aprobado por el Gobierno chino en 2014.

 

El alza de la práctica ha derivado en un mayor gasto deportivo. Según el Ministerio de Comercio de China, en 2019 el 72% de los consumidores urbanos aumentaron su gasto en los sectores vinculados al estilo de vida saludable, lo que incluye calzado y textil deportivo. Se estima que el país más poblado del mundo concentra el 13% de las ventas de zapatillas, sólo superado por Estados Unidos, que concentra un 33%, según el último informe publicado por Sporting Goods.

 

 

 

 

“China es el mercado que más reconocimiento ha experimentado y el que más potencial alberga”, explicó Mark Parker, presidente ejecutivo de Nike, el año pasado. La multinacional estadounidense apenas se ha visto afectada por el Covid-19, si bien sus ventas en China descendieron un 4% entre diciembre y febrero. Allí, el negocio de su ecommerce se disparó un 30% y el uso de sus aplicaciones móviles de entrenamiento alcanzó niveles únicos.

 

En cierto modo, Nike es un player que, en su ofensiva al consumidor, ha desarrollado un sistema que también impulsa la práctica deportiva en un momento en que el Gobierno ha redoblado esfuerzos para aumentar el porcentaje de personas que son activas físicamente. De hecho, en 2019 presentó un plan para hacer de China un país líder en la industria deportiva con el objetivo de que 1.400 millones de chinos practiquen deporte en 2050.

 

La idea es que en 2035 el 45% de la población haga deporte con regularidad, por el 33,9% de 2018. En otras palabras, se espera que en quince años China cuente con 630 millones de personas activas, lo que elevará el valor de la industria deportiva hasta 11,3 billones de yuanes (147.000 millones de euros).

 

Pero más allá del gasto en artículos para hacer ejercicio, las marcas cada vez están explotando más el binomio moda-deporte. “Seguiremos integrando el deporte profesional con la cultura pop para atraer a más consumidores; el objetivo es aumentar los elementos de moda de nuestros productos deportivos y enfocados al deporte profesional”, recoge LiNing en su memoria anual de 2019.

 

 

 

 

En un según escalón está la atracción de eventos deportivos al país. El gigante asiático se ha adjudicado la organización del Mundial de Clubes de 2021, que será el primero en el que participarán 24 equipos de todo el mundo. La elección del país estuvo aderezada por el ambicioso plan de promoción del fútbol que China lleva a cabo desde hace años.

 

Asimismo, el Comité Olímpico Internacional (COI) asignó a Pekín los Juegos de invierno de 2022, una adjudicación a la que le siguió una avalancha de inversión del Banco de China, que se comprometió a invertir 30.000 millones de yuanes (3.915 millones de euros) en los Juegos y en fomentar el deporte de los ciudadanos.

 

Además, el país ha redoblado su apuesta por la Diamond League al adjudicarse un segundo meeting, y el circuito femenino de tenis, la WTA, adjudicó a Shenzhen su torneo más prestigioso, la Copa de Maestras, que se celebrará en China hasta 2028.

 

Los inversores chinos no sólo son uno de los principales mecenas en el deporte español, sino que en los últimos años han intentado firmar acuerdos con las principales competiciones para desarrollar el deporte sobre el terreno. Por ejemplo, la ACB firmó un acuerdo con un grupo para vender sus derechos audiovisuales en China, organizar partidos amistosos y desarrollar el talento baloncestístico del país.

 

Con LaLiga, se ha firmado un acuerdo para crear un hub de 40 millones de euros aportados por la Administración de Kunming, capital de la provincia de Yunnan, situada al sureste del país. Además, la patronal acordó con la Federación China de Fútbol la llegada de jugadores chinos en formación para que se formaran en España.