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Viejo o nuevo orden de poder en el fútbol: qué se juegan Uefa y Superliga en los tribunales

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue) acoge hoy el segundo día en el que los jueces europeos decidirán si la Superliga quebranta las normas del deporte o si la Uefa ejerce un abuso de poder sobre otras competiciones.

Viejo o nuevo orden de poder en el fútbol: qué se juegan Uefa y Superliga en los tribunales
Viejo o nuevo orden de poder en el fútbol: qué se juegan Uefa y Superliga en los tribunales
Actualmente, únicamente Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín se mantienen implicados en la Superliga

A.F.O.

12 jul 2022 - 05:00

La Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (Uefa) y la Superliga europea se encuentran por segundo día en los tribunales en un juicio histórico que definirá en buena medida la estructura de poder en el fútbol europeo. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue) acogerá hoy la última de las vistas en las que se terminará decidiendo si la Uefa ha incurrido en abuso de posición dominante al oponerse a la creación de la Superliga.

 

Tras la audiencia, que será pública, habrá que esperar varios meses para conocer el fallo de un largo procedimiento que dio inicio hace más de un año. La resolución por parte del Tjue será no vinculante, aunque el tribunal nacional (en este caso el juzgado de lo mercantil 17 de Madrid) deberá aplicar la interpretación del Tjue.

 

En de abril de 2021, la European Superleague Company denunció que la Uefa iba a ejecutar sanciones contra los clubes que pusieron en marcha la nueva competición, además de establecer una posible posición de abuso de acuerdo con los artículos 101 y 102 del tratado de funcionamiento de la UE (Tfue), al impedir la existencia de otras competiciones fuera de su ámbito.

 

Si el Tjue fallase a favor de la Superliga, esta tendría la oportunidad de volver a poner en marcha el proyecto con una serie de condiciones distintas a cuando se creó”, explica a Palco23 Toni Roca, consejero delegado de Himnus Football Lawyers. La serie de requisitos a modificar engloban la participación por méritos deportivos o la creación de dos divisiones de veinte equipos cada una. En el caso que terminase fructificando el nuevo formato, la Superliga europea abandonaría su esquema inicial, es decir, una competición selecta para los clubes de Europa con mayor potencial deportivo y recursos económicos.

 

 

 

 

El pasado 21 de abril, la jueza Sofía Gil, al frente del caso en el juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid, levantó las medidas cautelares que impedían a la Uefa sancionar a los clubes, si bien el organismo no se ha movido para sancionar de nuevo a los equipos impulsores del proyecto.

 

Actualmente, únicamente Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín se mantienen implicados en la Superliga manteniendo reuniones eventuales para reflotar un proyecto de la que renegaron el resto de los clubes fundadores.

 

“La Uefa debería modificar su reglamento para ejercer una mayor transparencia y exponer explícitamente qué sanciones podría aplicar a los clubes de la Superliga”, señala Irene Aguiar, asesora jurídica en el sector del deporte. Para la Uefa, la Superliga es contraria a los objetivos fijados por la Unión Europea en el ámbito deportivo establecidos en el Tfue, que restringe la competencia respecto al resto de competidores. “El problema no es que la Uefa tenga el monopolio del fútbol en Europa, sino que haya ejercido un abuso de poder como institución superior”, añade.

 

El proyecto para la creación de una Superliga europea de fútbol se anunció el 18 de abril de 2021, después de años de especulaciones e informaciones sobre la creación de una nueva competición europea llamada a sustituir la Champions League. Su objetivo, según el comunicado conjunto preparado para entonces, era salvar el negocio del fútbol tras el Covid-19 y una crisis estructural que conduce a una progresiva pérdida de aficionados.

 

El proyecto pasaba por crear una competición con los 15 mejores clubes del continente (en calidad de clubes fundadores), con una plaza asegurada en la Superliga, y cinco clubes sin plaza garantizada, y que se clasificarían según su rendimiento en la anterior temporada. La nueva competición aspiraba a generar más de 4.000 millones de euros por temporada gracias a los derechos de patrocinio y retransmisiones globales.