Competiciones

Champions League 2024: LaLiga hundirá un 41,5% sus ingresos por TV y su valor será nulo en cinco años

La competición española se vería mucho más afectada que el conjunto de las ligas nacionales, donde el correctivo sería del 33%, según un estudio de Kpmg. La Uefa, por su parte, doblaría sus ingresos audiovisuales y superaría los 4.000 millones anuales.

Marc Menchén

6 jun 2019 - 05:00

Las cuentas de la Uefa señalan que sus dos torneos de clubes facturaron 2.021,1

 

 

La idea de una Superliga europea a imagen y semblanza de la NBA o la NFL siempre ha estado sobre la mesa de los grandes clubes. La idea pareció desactivarse hace dos años con el aumento del dinero que se repartía entre los participantes de la Champions League, pero algunos de los históricos del fútbol continental han decidido reabrir el debate pensando en 2024. El argumento es que será mucho más entretenido para el aficionado, pero las consecuencias en el sistema parecen no haberse considerado. Un informe de Kpmg al que ha tenido acceso Palco23 advierte de que la devaluación audiovisual de las ligas nacionales superaría el 20%, y en el caso de LaLiga alcanzaría el 41,5%.

 

Pero hay más: los expertos avisan que la devaluación podría llegar al 100% con el paso de los años. Y hay que tener en cuenta las mayores implicaciones que todo esto tendría, pues un estudio reciente de Pwc señala que el fútbol profesional español generó un impacto económico de 15.688 millones de euros en el conjunto de la economía en 2016-2017, equivalente al 1,37% del PIB. De ahí que algunos mandatarios gubernamentales sí hayan decidido salir en defensa de sus ligas, como ha hecho Emmanuel Macron en Francia.

 

En el caso de España, la propuesta de ECA haría que el campeonato español volviera a la casilla de salida y retrocediera el camino emprendido en 2015 con la centralización de la venta de sus retransmisiones. Esa medida hizo que los derechos de televisión se hayan doblado en cuatro años, al pasar de 855,2 millones a 1.516 millones de euros entre 2014-2015 y 2017-2018. Ahora, y en un momento en el que la competición se aproxima a los 2.000 millones de euros anuales para el próximo ciclo, esa revolución provocaría hundir esa cifra hasta 1.200 millones.

 

¿La razón? Los broadcasters han demostrado en los últimos meses que su presupuesto para la compra de derechos deportivos tiene un límite y que van a apostar por aquellos contenidos que tengan más capacidad de arrastre sobre los consumidores. Nadie duda del atractivo de un torneo con las grandes potencias europeas, pero a eso hay que añadir que el formato de la nueva Champions supone ocupar más ventanas en el calendario. “Al jugar más partidos, el calendario de la competición dura más meses y, por tanto, el valor audiovisual aumenta considerablemente”, razona el informe elaborado por LaLiga a partir de los cálculos de Kpmg.

 

 

 

 

Entre los argumentos que justificarían el nuevo reparto del mercado televisivo es que las ligas nacionales podrían llegar a perder su condición de contenido premium, ya que “al desaparecer prácticamente el acceso a Champions League a través de las competiciones nacionales, estas últimas perderían un valor considerable”. “Los clubes centrarían sus esfuerzos y recursos en la nueva Champions”, añade el inform, sobre el hecho de que reservar a los mejores jugadores para Europa y no alinearlos en España o Reino Unido también influiría en el valor de sus emisiones.

 

A todo esto, la firma de servicios profesionales estima que pasar de 125 a 261 encuentros por temporada en la Champions League “tendría un efecto directo en su valor audiovisual, que de forma global podemos estimar en una subida de más del 100%”. A este incremento, el estudio le añade un alza adicional del 15% por el plus que supone para un canal que se ocupen más meses de competición con los partidos, y otro 20% más por “las mayores sinergias que genera el modelo de competición al tener asegurado una serie de clubes top”.

 

Las cuentas de la Uefa señalan que sus dos torneos de clubes facturaron 2.021,1 millones de euros por sus retransmisiones en 2017-2018, por lo que el valor en 2024 alcanzaría los 4.750 millones. Un alza que saldría a costa de la devaluación de los torneos nacionales, en un momento en el que los broadcasters cada vez son más selectivos con los deportes que eligen para construir su oferta. En este sentido, el informe recuerda que Champions y Europa League hoy ya suponen más del 30% de la recaudación del fútbol en algunos países, y que su cuota podría llegar al 70% en 2024 si sale adelante la propuesta de la ECA.

 

 

 

 

Este cambio en la percepción del valor del producto no sólo aumentaría el precio que cobra la Uefa, sino que en las ligas nacionales ya supondría un correctivo del 15% en los mercados domésticos, al dejar de ser el único producto que, en el caso de España, es capaz de provocar grandes movimientos de usuarios entre las plataformas de pago. “En muchos mercados europeos es muy posible que el mercado audiovisual no crezca, sino que llegue a retraerse”, advierte el estudio sobre la combinación de factores que podrían resquebrajar las ligas nacionales.

 

El quebranto en el mercado internacional sería del 33%, pues la competencia es mucho más dura. De hecho, en los últimos meses ya se ha evidenciado cómo LaLiga, Bundesliga y Premier League tenían problemas para conseguir acuerdos relevantes en los países de sus rivales, y el hecho de concentrar a las grandes potencias daría a la Uefa el liderazgo en territorios emergentes para este deporte, como China, Sudeste Asiático o Estados Unidos.

 

El gran riesgo, no obstante, es en el medio plazo. La irrupción de una Champions League prácticamente cerrada se adueñaría de buena parte del negocio audiovisual nada más ponerse en marcha, pero el documento añade: “Los efectos negativos se irán retroalimentando, adentrándose en un círculo vicioso donde las competiciones nacionales irán perdiendo valor año tras año”.

 

El informe, que recoge algunas de las ideas lanzadas por la asociación European Leagues, justifica sus malos augurios para las ligas tradicionales con lo que ha pasado en otras disciplinas como el baloncesto. Su opinión es que no aumentar la carga de los futbolistas implicará que el crecimiento de la Champions sea a costa de las ligas nacionales, a las que se forzaría a reducir el número de partidos rebajando la cantidad de jornadas o participantes. “Las competiciones nacionales se habrán deteriorado hasta tal nivel, que tendrá ya poco sentido jugar en fines de semana”, opina el informe. “Es la única manera de acceder al mercado asiático de producto televisivo en directo y de seguir creciendo en términos de ingresos”, añade.

 

La incertidumbre más clara es el impacto que pueda tener a nivel de clubes, pues los borradores sobre el sistema piramidal propuesto por ECA y Uefa no explican cuál sería la redistribución de los ingresos. Pero si en el actual modelo FC Barcelona y Real Madrid ya multiplican por diez la facturación de algunos de sus rivales en LaLiga Santander, nada hace pensar que su apoyo a ese nuevo formato aspire a reducirla, sino más bien a aumentarla. De momento su silencio es una aprobación implícita, a diferencia de Premier League y Bundesliga, donde de forma unánime han dicho que ese partido no van a jugar este torneo.