Mediapro descarta pujar por la F-1 en España para centrarse en el fútbol

Mediapro no quiere perder sus principales contratos de televisión en España, de ahí que no piense en distraerse con otros grandes derechos deportivos en el país. La compañía, que ayer anunció sus “mejores resultados de la historia”, ha decidido que no optará a la compra de las retransmisiones de la Fórmula 1 a partir de 2018, una vez concluya el actual contrato entre Telefónica y Formula One Management (FOM), que en la industria cifran en unos 65 millones de euros. “Aquí queremos centrarnos en beIN y fútbol”, explica Jaume Roures, socio-fundador del grupo audiovisual, en declaraciones a Palco23.

Mediapro tiene actualmente Canal F1 Latin America, un dial temático sobre la competición después de que a finales de 2014 arrebatara a Fox los derechos audiovisuales del campeonato automovilístico en esta región hasta 2019. Tras dos temporadas de emisiones, su distribución ya incluye plataformas como Sky, DirecTV, Telefónica o Megacable, que le garantizan el acceso a millones de hogares en Argentina, México, Perú, Chile, Uruguay, Colombia y el resto de países de Centroamérica.

En España llegó a tener la propiedad de las retransmisiones en abierto hasta 2015, cuando todavía se emitían algunas carreras y podía revender los derechos a Atresmedia o TV3, por ejemplo. Sin embargo, el seguimiento de la F-1 en España se encuentra lejos del que llegó a tener cuando Fernando Alonso pujaba por los títulos, y en 2016 cosechó una audiencia media de 279.000 espectadores por gran premio, según datos recopilados por Havas a los que ha accedido este diario.

Estos registros quedan lejos de los que está obteniendo el fútbol español. Aquí, Mediapro tiene el principal paquete con ocho partidos por jornada de la Liga Santander desde 2016 y hasta junio de 2019. Incluso de la Champions League, por los que la industria vaticina una importante batalla para el ciclo 2018-2021 en la que Mediapro sí estará. La máxima competición continental fue la puerta de entrada del canal beIN Sports en España y Roures confirma que buscarán retener este contenido, que actualmente distribuyen en Movistar (no sin un fuerte estira y afloja de por medio), Vodafone y Orange, lo que garantiza un importante nivel de exposición.

Uno de los interrogantes que existe ahora mismo es el modelo de licitación que planteará la Uefa, que en Reino Unido ha decidido romper con su tradición de reservar parte del torneo para la televisión en abierto y entregársela al completo a BT Sports. A cambio, la plataforma de pago de British Telecom pagará 394 millones de libras (455 millones de euros) al año a partir de 2018. En España, siempre según varias fuentes de la industria, la organización está cobrando unos 160 millones entre Mediapro, Atresmedia y TV3, tanto por la Champions, como por la Europa League y la Supercopa de Europa. Además, no es descartable una situación como la de Reino Unido, ya que el catálogo de acontecimientos de interés general que deben emitirse en abierto sólo incluye la final de la Champions League y no todo el torneo.

Algunos patrocinadores se han quejado de la pérdida de visibilidad que ha supuesto ese viraje hacia las plataformas de pago, aunque los partidarios apuntan a la mejora de las emisiones y la creciente opción de alargar la experiencia. “Hace dos años había cosas que ni siquiera se retransmitían, pero ahora hay más necesidad de contenidos y de calidad”, apunta Roures.

Sobre este aspecto, el ejecutivo considera que difícilmente plataformas como Facebook o Twitter se acabarán convirtiendo en potenciales rivales por los grandes contenidos. “Las redes sociales son complementarias y para productos off match”, opina, en referencia a vídeos de repeticiones en 360 grados que se han empezado a elaborar con tecnología de Intel o la creación de clips con vídeos-resúmenes. “Cada día es necesaria más producción y de más calidad”, admite.

Roures se muestra algo escéptico sobre la utilidad que pueden tener la tecnología 3D o la realidad virtual para el fútbol, ya que la necesidad de situar las cámaras en lo alto para la emisión dificultan aprovechar al máximo la experiencia que puede ofrecer. “La tecnología no es un problema a nivel de realización y vamos testando cosas, pero aún no hay un estándar de todo”, resume, en referencia a que puede no tener sentido utilizar según qué opciones si la mayoría de hogares españoles no disponen de los dispositivos necesarios.

El cogestor de Mediapro junto a Tatxo Benet admite que “la evolución tecnológica va abriendo ventanas y desaparecerá la televisión tradicional”. No obstante, asevera que las plataformas de contenidos de pago seguirán controlando los principales derechos, ya que “no veo a Facebook gastando cientos de millones por La Liga; no le hace falta ese riesgo”. En cambio, sí se beneficia que la propia patronal y canales como GOL utilicen su plataforma para emitir algunos eventos deportivos en abierto.

En paralelo trabajan con la red social para eliminar las nuevas formas de piratería, una lacra que, en su opinión, “será algo continuo porque es un problema cultural. La diferencia fundamental respecto a otros países es que la Administración se tome en serio este tema”.

En cuanto al canal temático regresó a la TDT tras el verano y ha logrado importantes datos de audiencia, aunque Roures tiene muy clara cuál es su función. “No aspiramos a competir con grandes audiencias, porque siempre se moverá entre un 2% y un 3% de share”. Eso sí, les ha servido para optimizar los derechos que posee, ampliar la cobertura futbolística con el fútbol femenino y de juveniles, y dar con agradables sorpresas como el boxeo. “Hemos recuperado la tradición”, concluye.