Entorno

El golf, una crisis a dos velocidades que deja 1.300 millones de euros en el aire

Los clubes sociales confían en sortear el impacto del coronavirus con las cuotas de los socios, pero los campos vinculados al turismo se exponen a cierres y meses de pérdidas si no se recupera el turismo.

Marc Menchén

3 abr 2020 - 05:00

El golf, una crisis a dos velocidades que deja 1.300 millones en el aire

 

 

El golf parecía haber llegado en 2019 a un punto de inflexión con el que iniciar el crecimiento que no vislumbraba desde hace una década. Lastrado desde el estallido de la crisis financiera mundial en 2008, este deporte había ido perdiendo licencias año a año. También en España, donde una nueva recesión amenazada a cientos de campos. “Más de un club pequeño puede quedarse en el camino”, admite un empresario del sector, que advierte que el mayor golpe puede ser la pérdida de unos turistas que anualmente dejaban 1.300 millones de eurosen el país.

 

El pasado 17 de marzo se produjo una reunión de urgencia de la junta directiva de la Asociación Española de Campos de Golf (Aecg), que agrupa a 170 instalaciones del país (casi la mitad), con tal de analizar el impacto adicional que podría tener la crisis del coronavirus en un deporte que ya venía tocado por otro problema no menos importante: la quiebra del turoperador Thomas Cook, que llenaba aviones procedentes de Reino Unido con turistas en busca de un green.

 

“Los campos turísticos, que en otras épocas del año son los potentes porque van acompañados de resorts, son los que ahora más están sufriendo y los que más van a tardar en recuperarse”, admite Claudia Hernández, presidenta de la Aecg, que reúne a 170 campos que dan trabajo directo a cerca de 8.000 personas. De ahí que una de las primeras peticiones al Gobierno haya sido la de beneficiarse de un tipo reducido del IVA, al igual que hoteles, restaurantes o bares, por ser “un factor clave en la elección de España como destino turístico”.

 

 

 

 

Las últimas estadísticas desveladas por Turespaña señalan que el turismo internacional vinculado al golf ascendió a 1.383,39 millones de euros en 2017, con un gasto medio diario de 107 euros y una inversión durante toda su estancia de 1.226 euros. “Tenemos que ser competitivos, y al principio habrá que trabajar el turismo nacional”, sostiene Hernández, quien advierte que Italia y Portugal también serán agresivos en su planteamiento post-coronavirus.

 

Javier Reviriego, director general del Real Club Valderrama, apunta que los clubes turísticos “lo van a pasar mal muchos meses, es muy difícil que corto medio un turista de golf vuelva a España”. Ahora bien, matiza que un punto favorable puede ser que “no competimos con Escocia e Irlanda, porque es otro tipo de viaje que no solo busca buenos campos, sino también buena climatología”. En su opinión, la oportunidad podría acabar siendo para Marruecos y Caribe.

 

La directiva señala que, en este contexto de parálisis y lenta recuperación, también podrían sufrir mucho los clubes pequeños, de pocos centenares de miembros, y aquellos comerciales que viven de entradas puntuales y abonos. “Las numerosas cancelaciones por parte de la touroperación dejará a las instalaciones cuya principal fuente de ingresos provienen de la visita de turistas, en una situación de precariedad sustancial”, admite.

 

Es una opinión compartida por el miembro de la junta directiva de uno de los principales clubes de golf de Cataluña, que prefiere hablar desde el anonimato. “Los ingresos de las cuotas sociales suponen en torno al 75% de los ingresos y no se pueden dejar de pagar si se quiere mantener la membresía y la propiedad del club, en definitiva; sólo nos podría afectar en caso de que la crisis económica se alargue y acabe afectando a hogares con ingresos medio-altos”, sostiene.

 

 

 

 

La media de federados por club en Madrid es de 1.290 jugadores, muy por encima del resto gracias a instituciones como el Real Club de la Puerta del Hierro o el Club de Campo Villa de Madrid. Le siguen los 666 de País Vasco, los 495 de Cataluña, los 475 de Navarra y los 437 de Galicia, según datos extraídos del Consejo Superior de Deportes (CSD). En cambio, en regiones como Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y Castilla y León la cifra cae por debajo de los 300 practicantes. “Cuidado con no saber fidelizar al que viene al club por una cuestión de estatus y no tanto por jugar”, advierte un empresario.

 

Es una fortaleza que los mencionados clubes comerciales no tienen, pues ahí sí se paga por un servicio. En este punto, el último paquete de medidas introducidas por el Gobierno estableció que las cuotas debían congelarsey, en caso de haberse cobrado por adelantado, ofrecer fórmulas para disfrutar del servicio en un plazo de un año. Aun así, se reservaba el derecho para que los consumidores rescindieran unilateralmente sus contratos y solicitaran el reembolso.

 

Los territorios que más pueden verse afectados por esta crisis son Andalucía, Baleares y Canarias, los tres territorios más volcados en el golf comercial, mientras que Cataluña, Comunidad de Madrid y País Vasco tendrían más músculo gracias a ese tejido asociativo. “Para nosotros, el visitante ocasional es un ingreso extra, pero no alcanza ni el 10% de los ingresos”, señalan desde un club de Barcelona. Y eso que semanas atrás, media docena de entidades de la ciudad vinculadas al golf se unieron para promocionarse internacionalmente con abonos.

 

 

 

 

La Junta de Andalucía asegura que los visitantes internacionales en busca de un green generaron 670 millones de euros en la región en 2016, por los 235 millones que estima Canarias y los 167 millones de euros que calcula Baleares. En el caso de la Comunidad de Madrid, que ahora busca atraer nuevos públicos con el relanzamiento del Mutuactivos Open de España, el jugador foráneo apenas supone 20 millones de los 230 millones que genera esta disciplina en la región.

 

El orden de regiones por negocio turístico vinculado al golf no coincide exactamente con el de clubes federados, que son los que más opciones tendrían de transitar por esta crisis. Andalucía manda con 123 clubes, superando al parque conjunto de Comunidad de Madrid y Cataluña, con 64 y 58 clubes, respectivamente. Le siguen Comunidad Valenciana, con 55, y Castilla y León, con 49, y a partir de aquí ninguna región más supera la treintena, según datos del CSD.

 

De ahí que uno de los caballos de batalla del sector en estos días haya sido asegurar que los campos de golf podían abrir con servicios mínimos para garantizar el mantenimiento de los campos. De lo contrario, la patronal advierte que “habría sido matar directamente a las empresas, pero no por falta de actividad, sino por mal cuidado de los campos; en Europa no hay suficiente césped para replantar todos los campos en caso de no poder ser cuidados estas semanas”.

 

Hernández admite que han sido “cuatro días de infarto escribiendo a Sanidad, Turismo, Agricultura, con la Federación…”. “Somos muy conscientes del enorme esfuerzo que están haciendo los clubes en condiciones laborales y sanitarias muy difíciles para mantener los campos de golf”, asegura Gonzaga Escauriaza, presidente de la Real Federación Española de Golf (Rfeg), en una carta a los distintos representantes del sector.

 

 

 

 

El dirigente, que siempre ha apoyado la llegada de torneos internacionales para posicionar a España como destino, añade en su misiva que ese trabajo de cuidados durante la pandemia “es una labor imprescindible para que una vez la pandemia sea superada, los campos de golf vuelvan a la normalidad lo más rápidamente posible y que sectores como el turismo de golf tengan una pronta recuperación”.

 

“En el golf vivimos del extranjero; somos exportadores natosy el quiebre de Thomas Cook Airlines, que atraía mucho turismo, nos hace ser escépticos de cara al futuro”, admitía Iván Llonch, fundador y consejero delegado del ecommerce de golf Patadon. Y lo hacía antes de que estallara la crisis del coronavirus. 

 

Y aquí, la desventaja se convirtió en oportunidad, pues “es un deporte que engancha, y complejo de aprender, eso puede ayudarnos a no perder clientes respecto a otras disciplinas”, admite Hernández. O, como dibuja otro empresario: “Uno puede cambiar el gimnasio por el running, pero el golf sólo lo dejas por problemas de espalda. De estos, en España quedan hoy mil menos que hace un año y 63.000 menos que cuando estalló la última gran recesión con la caída de Lehman Brothers. En total, unos 270.000 federados en el país que deberán ser la base para la reconstrucción del negocio.