Entorno

Del “no” a la Superliga a las sanciones del Chelsea: el legado de Boris Johnson en el deporte

El premier británico anunció ayer su dimisión y lo hizo después de haber tenido al deporte en el punto de mira. Boris Johnson fue el primer mandatario que manifestó rápidamente su firme oposición al proyecto de la Superliga.

Del “no” a la Superliga a las sanciones del Chelsea: el legado de Boris Johnson en el deporte
Del “no” a la Superliga a las sanciones del Chelsea: el legado de Boris Johnson en el deporte
Él fue el primer mandatario que se manifestó rápidamente en contra de la Superliga. 

M. L-E.

8 jul 2022 - 05:00

Carpetazo a la era Johnson en Reino Unido. Boris Johnson, que ha tenido al deporte en el punto de mira durante su mandato, anunció ayer que dejará el cargo de primer ministro una vez tenga sustituto tras una grave crisis en el seno de su Gobierno.

Boris Johnson hizo y deshizo, y también protagonizó muchas polémicas. Él fue el primer mandatario que se manifestó rápidamente en contra de la Superliga. 

 

El 19 de abril de 2021, pocas horas después del anuncio de creación de la competición, que casi cambia el escenario mundial del deporte rey, el primer ministro británico se comprometió a hacer “todo lo que pudiera” para evitar que el proyecto “saliera adelante como estaba planeado”. En aquel momento, Johnson ya aseguró que no era buena idea ni para los aficionados ni para el fútbol del país y consideró que los equipos eran algo más “que marcas globales”.

 

Johnson fue el político que lideró el ariete contra la Superliga y aseguró, haciendo gala de su patriotismo, que los clubes debían mantener un vínculo con los aficionados en los territorios donde se habían originado. Juntamente con las declaraciones de Boris Johnson, las aficiones de Manchester United, Chelsea, Arsenal, Tottenham, Manchester City y Liverpool salieron a la calle.

 

El proyecto agonizaba 48 horas después de su anunció y lo hacía en parte por las amenazas del primer ministro británico: si se unían al proyecto, podrían ser expulsados de la Premier League al no estar amparados a la legislación de la Unión Europea. De hecho, Johnson llegó a reunirse con los directivos de la Premier, con representantes de los aficionados y con la Federación Inglesa y advirtió que hasta el Parlamento podría tomar cartas en el asunto.

 

 

 

 

Las presiones del político dieron sus frutos y posteriormente, sólo Juventus FC, FC Barcelona y Real Madrid decidieron seguir adelante. Por lo tanto, no habría equipos ingleses en la competición. Y esto fue, en parte, gracias al movimiento del dirigente. El Brexit daba sus frutos, al menos, en el aspecto deportivo, puesto que el político consideró que se podía endurecer la normativa de fichar jugadores extranjeros y, por lo tanto, daría un puñetazo a las plantillas de los equipos rebeldes.

 

Boris Johnson, además, se encargó de mantener la buena relación con el sector y en julio del año pasado, cuando aún había restricciones de aforo en los estadios, autorizó 60.000 espectadores en las semifinales y la final de la Eurocopa.

 

Johnson también utilizó el fútbol en las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania. Tras la invasión rusa, el Gobierno británico intervino en el negocio del Chelsea FC, sancionando al propietario del club, Roman Abramovich, por su relación con Vladimir Putin.

El Gobierno congeló sus activos en el país, una cartera que incluye barcos, aviones, casas y la propiedad del Chelsea FC. Además, al oligarca ruso se le prohibió formalmente viajar a Reino Unido y realizar cualquier tipo de transacción financiera con cualquier persona o empresa del territorio. El movimiento terminó con la venta del club, de manera que, en mayo, la operación recibió la autorización por parte de la Premier League y del Gobierno británico por la que se aprobó su venta al consorcio liderado por Todd Boehly.

 

El Gobierno británico emitió una licencia que permitía la venta del club, según informó la ministra de deportes, Nadine Dorries. “Estamos satisfechos de que los ingresos de la venta no beneficien a Roman Abramovich ni a otras personas sancionadas”, señaló Dorries en Twitter. “Dadas las sanciones que impusimos a los vinculados a Putin, el futuro a largo plazo del club sólo puede estar asegurado bajo un nuevo propietario”, añadió.

 

El conjunto londinense aceptó en mayo la oferta de Todd Boehly, en una operación valorada en 4.250 millones de libras esterlinas (4.971 millones de euros), para poner fin a los veinte años de Roman Abramovich al frente de la entidad.

 

Además, durante su mandato, Johnson también quiso cambiar algunas condiciones de la Premier League. En septiembre del año pasado, el Ministerio de Cultura, Medios, Digital y Deportes (Dmcs) anunció que revisaría la actual legislación sobre los patrocinios de las casas de apuestas, prohibiendo la publicidad de las casas de apuestas extranjeras. Sin embargo, por el momento, esta nueva normativa, no ha prosperado. Y ahora, con el paso al lado de Johnson, su futuro es incierto.