Luis Benjumea (Rfepolo): “El polo es elitista y es difícil cambiar esa percepción”

La opción de abrirse al público a través de las administraciones, cada vez más necesaria. Después del Covid-19, deportes como el golf han apostado por ser más accesibles para todos los bolsillos, algo que se plantea también la Real Federación Española de Polo (Rfepolo). Aun así, lo que rodea el propio deporte (tener un caballo y mantenerlo), dificulta la introducción de nuevos usuarios en el país. “Por desgracia, el nuestro continúa siendo un deporte elitista, y cambiar la concepción de algo arraigado es complicado”, expone Luis Benjumea, director general del organismo

Pregunta: ¿Cómo ha afectado la pandemia al polo en España y a la Federación?

Respuesta: En 2020 la competición de la federación se resintió porque no hubo competiciones internacionales como solía pasar en otros años. Aun así, el año pasado el Consejo Superior de Deportes (CSD) nos ayudó en gran parte porque hizo que los polistas de fuera de nuestras fronteras pudiesen entrar al país cuando las fronteras estaban cerradas, siendo así un “año normal”.

P.: ¿Existe una base de practicantes de polo en España?

R.: Con respecto a años anteriores el crecimiento ha sido increíble, puesto que hemos integrado a jugadores de varios clubes extranjeros, pero muy jóvenes, con un total de prácticamente mil jugadores.

P.: ¿Cuáles son las barreras para el desarrollo de este deporte en España?

R.: Primero de todo el desconocimiento, ya que el polo un deporte que no se suele practicar en algunas localidades. Sí que es cierto que actualmente existen lugares donde algunos clubes se han abierto al público en general, donde el precio es inferior en comparación con otros territorios, y al menos es un comienzo.

P.: El polo cuenta con su propio servicio over-the-top (OTT) y LaLiga Sports TV retransmite algunos torneos. ¿Hay una falta de interés por parte de los otros medios?

R.: Como otros deportes minoritarios, tiene el interés que tiene. Si logramos captar el interés del público en general, quizás logremos hacer un efecto dominó y llamar la atención de publicistas y patrocinadores. Aun así, desde hace muchos años, el polo tiene un mayor interés en el extranjero que en España, y debemos hacer algo para revertirlo.

P.: ¿Hace falta una figura relevante a escala mundial para dar mayor visibilidad a este deporte?

R.: Ahora mismo esa figura o símbolo para nuestro deporte se encuentra en Argentina. Aun así, en España contamos con dos jugadores que están presentes en los mejores torneos, pero a diferencia de otros deportistas, no generan ni tampoco tienen un gran interés mediático.

"Queremos y necesitamos más recursos para seguir creciendo"

P.: Tras la pandemia, algunas empresas han apostado más por patrocinar el deporte. ¿Cree que será más sencillo encontrar nuevos patrocinadores ahora?

R.: Siempre hemos tenido patrocinadores importantes. Actualmente estamos ultimando un acuerdo de patrocinio con una marca de automóviles para que ponga el naming en el Campeonato de España. También estamos tratando de renovar el acuerdo que tenemos desde hace años con Scalpers para que vista a nuestros jugadores.

P.: ¿Qué puede hacer la administración para hacer crecer este deporte?

R.: Hay veces en que deberíamos de tirarles de las orejas y otras donde debemos agradecer el trabajo y las oportunidades que nos brinda. Aun así, siempre queremos y necesitamos más recursos para seguir creciendo.

P.: ¿Perjudica que se vea como un deporte elitista? ¿Se puede cambiar esta percepción? ¿Cómo?

R.: Ni perjudica ni ayuda, porque el mantenimiento de los caballos no es barato. Hay otros deportes que tienen un precio superior al nuestro, como la Fórmula 1 o la vela. Cambiar la concepción de algo arraigado es más complicado, pero fíjese en el golf, que en los últimos años ha logrado abrir clubes municipales, haciendo que el precio para el consumidor final sea más barato. Aun así, continúa siendo un deporte elitista.

P.: ¿En qué países debe fijarse España para que el polo crezca en audiencia y practicantes?

R.: Sobre todo, en algunos muy concretos de Latinoamérica, como lo son Argentina y Uruguay, que son el paraíso del polo. Allí las condiciones climáticas son muy buenas para mantener el campo en perfecto estado y también para la crianza de caballos cuando son potrillos.