Clubes

Un día en Ipurua: tras los secretos de la fórmula de la SD Eibar

La SD Eibar es el club más pequeño de Primera División, pero en términos de rentabilidad se ha situado en lo más alto. Palco23 pasó un día entero en las oficinas de la entidad, conociendo al equipo y su modelo de trabajo para seguir en la élite sin perder su singularidad.

Marc Menchén

20 nov 2017 - 04:59

El txoko y la bolera son dos lugares íntimamente relacionados con Ipurua, y sin ellos difícilmente podría comprenderse la singularidad de la SD Eibar, un club en cuyo ADN aún se distinguen los rasgos de un club humilde que busca la fórmula para que esos genes no se diluyan mientras se consolida en la élite del fútbol español. En los despachos del estadio, un equipo de quince personas trabaja en esa línea, y durante todo un día compartieron con Palco23 su plan de trabajo y las líneas maestras de su filosofía: “otro fútbol es posible”.

 

Lo hicieron el pasado jueves, a cuatro días de disputar el partido contra el Real Betis en su estadio, punto de encuentro de una ciudad ubicada en el valle del río Deva y con apenas 27.000 habitantes. Una cuestión circunstancial, pero que explica muchas cosas de la cultura corporativa de la organización, su relación con la sociedad y su obsesión por ser creativos para buscar ingresos fuera de España. “No sería responsable no hacerlo”, explica Patricia Rodríguez, la única mujer que ocupa la dirección general de un club de la Liga Santander.

 

Con sólo 35 años, su llegada a la entidad armera no se entiende sin el rápido crecimiento que el club ha experimentado en términos de ingresos. Cuando llegó en 2014 como responsable financiera y de recursos humanos, el presupuesto no había superado jamás los cinco millones de euros, mientras que ahora suma más de 45 millones y uno de los modelos de negocio más rentables. Tras ascender a Primera, se creó una pequeña estructura de seis personas en oficinas, y hoy ya son una quincena. Todos tienen una función específica, pero “todos somos muy versátiles”, admiten en los despachos sobre su obligación de multiplicarse para hacer las mismas gestiones que en otros clubes hacen con estructuras mucho más grandes.

 

 

 

La jornada para muchos comienza en torno a las nueve de la mañana, aunque algunos llegan antes y el final del día pocos saben cuándo será. “Esto es fútbol, un día tranquilo puede complicarse en cualquier momento”, admiten. Pero ese día, jueves de la semana pasada, la planificación está clara: entrenamiento en las instalaciones de Atxabalpe, reunión pre-partido y comisión de transformación digital. Entre medio, la necesidad de preparar a conciencia la próxima junta de accionistas y atender alguna visita.

 

El lunes recibirán al Betis en Ipurua, con un horario complicado para motivar a los socios a acudir, especialmente en invierno. La reunión la lidera Gergori Prieto, responsable de administración y quien se encarga de asegurar que la planificación del evento está en orden desde todos los prismas. Junto a él participan los responsables de comunicación, protocolo, márketing, ticketing e infraestructuras. La idea es que todos sepan qué debe suceder en día de partido, sea el estreno de un nuevo arco de entrada al terreno de juego de uno de los patrocinadores, la colaboración con bares de la zona para fomentar la asistencia o quiénes estarán en el palco presidencial.

 

Por ejemplo, del debate sobre cómo llenar el estadio un lunes por la noche surge la idea de usar las redes sociales para recordar cuáles son las opciones de transporte público, de manera que nuevamente se recuerda la existencia del encuentro contra el Betis y el precio de las entradas. “También aprovechamos para hacer balance de las cosas que se hicieron bien y mal en el partido anterior, para así ir corrigiendo”, explica Prieto, uno de los directivos más veteranos y que ya estaba en Ipurua con el equipo en Segunda B.

 

 

 

 

Tras la reunión, en las oficinas, Unai Artetxe, responsable de comunicación, comparte con Ibon Goiko los  mensajes que el club debe comunicar durante la semana. Su objetivo es trabajar la comunicación en varios frentes, desde el ámbito local para fomentar que la gente acuda a los partidos y el club esté implicado en la sociedad, al estatal para ganar cuota mediática, y el internacional para buscar nuevos ingresos. Y ahí, un nombre que surge en casi todas las conversaciones es el de Takashi Inui.

 

Hace pocos días, Rodríguez viajó a Japón con Edu Valdés, fichado en junio como responsable de desarrollo internacional tras haber formado parte del programa LaLiga Global Network. “Tenemos que aprovechar que es un gran mercado y que están muy interesados en el modelo de formación del fútbol español”, explica quien forma parte del equipo encargado de hacer rentable el negocio del fútbol en Eibar.

 

En el despacho del área deportiva está Mikel Martija, secretario técnico de un área cuya actividad ha ganado relevancia, después de que el consejo de administración abogara por un cambio en su política para poner a trabajar la tesorería y empezar a invertir en fichajes. Y lo han hecho con éxito, puesto que el año pasado fueron cinco millones en plusvalías por traspasos y esta temporada ya serán más de diez millones de euros.

 

 

 

Él, que empezó entrenando a los cadetes y fue ganando responsabilidad, admite la dificultad para encajar siempre los intereses de todas las partes. Es un debate recurrente, tanto a nivel interno como en el conjunto de la industria del fútbol: cómo mantener la esencia del balón sin que ello suponga renunciar a introducir una visión empresarial. “Exige mucha cercanía y pedagogía, porque hay que entender que es lo único que tenemos para desarrollar nuevas oportunidades, por lo que no sería responsable no hacerlo”, defiende Rodríguez.

 

Para coordinarse, y siempre que no la coja de viaje, la directora general lidera la reunión semanal de seguimiento, en la que cada departamento explica durante quince minutos en qué se está trabajando, balance de acciones realizadas, etcétera. De esta manera, Rodríguez tiene en la cabeza todo lo que sucede de cara a la comisión ejecutiva, que se reúne una vez al mes y en la que participan ella, la presidenta, Amaia Gorostiza, y los consejeros José María Arrizabalaga, Joseba Unamuno y Mikel Larrañaga.

 

Es en esas reuniones donde quedan reflejadas las jerarquías, puesto que en el txoko todos son iguales. Es uno de los rincones de Ipurua que mejor preserva su esencia tras las constantes obras de remodelación que ha experimentado el estadio para pasar los exámenes de LaLiga.

 

Sus sillas de madera, y una barra con emblemas de décadas pasadas, convierten el comedor en un viaje al pasado, en el que los utilleros del Eibar continúan invitando a los del equipo rival a tomar algo el día de partido, el rincón en el que la directora general puede acabar comiendo al lado de un técnico o de jugadores del primer equipo como Bebe o Yoel.

 

 

 

 

“Esto es una familia”, insisten, y en ese rincón es donde mejor se expresa esa comunión, que intentan utilizar como un activo a la hora de convencer a los futbolistas sobre el trato que les ofrecen a ellos y a sus familias, para las que se ha creado un palco privado en el que pueden seguir los partidos. Una vez al año, además, la presidenta y la directora general se reúnen con las parejas para explicarles la filosofía de la entidad y su labor.

 

Tras el almuerzo, y atender algunas reuniones con clientes, parte del equipo se reúne con Rodríguez para avanzar en el plan de transformación digital. “Es un proyecto estratégico y de los más importantes, por eso se saca del departamento para atender todos los puntos de vista”, indica la primera ejecutiva, que en la reunión estará con personas de márketing, atención al cliente y comunicación.

 

Allí se presenta el plan para adaptar el club a las exigencias del mundo online, la introducción de la tecnología en los procesos y también en la relación con los aficionados y accionistas, ya sea desde el propio estadio al ticketing, al ecommerce o a la experiencia online en general. Presentado cuál debería ser el paisaje, Rodríguez les exige que en unas semanas presenten el calendario para pintarlo.

 

Se acerca el fin de la jornada, y Gema Baqué y Nagore Elorza culminarán el día en la inauguración de las nuevas oficinas de Viajes Premier Class, uno de los patrocinadores históricos y que acaba de firmar la renovación por un año más. En pleno centro de Eibar, en el evento también se dejarán ver entre el bullicio el entrenador, José Luis Mendilibar, y el delantero Sergi Enrich. Como dos miembros más de la familia eibarresa, una imagen que bien resume la filosofía de un club que aspira a su cuota de globalidad sin olvidar de dónde vienen.