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El fútbol español dispara su inversión en instalaciones y supera los 400 millones

El aumento de los ingresos y la constante amortización de deuda han llevado a los clubes a una inversión récord en activos y también en futbolistas, que de media ha superado los 700 millones desde 2014.

El fútbol español dispara su inversión en instalaciones y supera los 400 millones
El fútbol español dispara su inversión en instalaciones y supera los 400 millones

Marc Menchén

20 abr 2018 - 04:58

 

 

El dinero ya no está solo en el césped, si bien acostumbra a destinarse a proyectos que aspiran a que en un futuro haya más potencial sobre el verde. La inversión de los clubes de LaLiga alcanzó máximos en 2016-2017 y, por segundo año consecutivo, superó los 1.000 millones de euros. En concreto, fueron 1.146,5 millones, un 12,6% más que el curso anterior y el doble que hace sólo cuatro temporadas.

 

“Se ha logrado con una competición capaz de afrontar un aumento sostenible de los gastos de explotación y de acometer inversiones productivas (fichajes, estadios, instalaciones, etcétera) a niveles nunca antes registrados, pero sin comprometer su estabilidad”, señala Javier Tebas, presidente de la asociación, en el Informe económico-financiero del fútbol profesional 2017.

 

En ese documento, se revela que el grueso de los recursos se destina al fichaje de jugadores, que de media ha superado los 700 millones de euros en las últimas tres campañas. En 2016-2017 se anotaron inversiones brutas en futbolistas por 740,9 millones de euros, lo que supone que el crecimiento medio anual ha sido del 19,5% desde 2013-2014. Ahora bien, si se descuentan las desinversiones en derechos federativos, el gasto neto en esta finalidad fue de 265,4 millones.

 

“LaLiga está siendo capaz de extraer un provecho cada vez más eficiente a sus inversiones”, ensalza la patronal, que cifra en una media de 452,3 millones de euros el volumen de los ingresos anuales obtenidos por los equipos con la salida de futbolistas durante los últimos cuatro ejercicios auditados. Es decir, que las direcciones deportivas han sabido aprovechar su capacidad de anticipación para detectar talento para obtener plusvalías con las que financiar sus operaciones sin descuidarse de seguir reforzando el equipo.

 

 

 

 

Al margen del terreno de juego, las entidades también han aumentado su inversión bruta en otros activos, que en 2013-2014 fue de sólo 89,1 millones y en 2016-2017 ya ascendió a 405,6 millones de euros. De esta inversión en infraestructuras, 205,4 millones se consideraron recurrentes, mientras que el resto no. ¿Por qué? Porque el último ejercicio concentró una parte importante de las obras de remodelación del Benito Villamarín y de construcción del Wanda Metropolitano.

 

La dirección de control económico sitúa la diferenciación entre lo que es recurrente y lo que no “aquel importe -en jugadores o en infraestructuras- que excede en un determinado año el promedio de las temporadas anteriores”. “Esta magnitud es indicativa igualmente de una situación financiera más desahogada por parte de muchos clubes, que les está permitiendo gastar en renovación y crecimiento, algo que tan solo unas temporadas atrás no habría resultado posible”, defiende el informe.

 

Es una cuestión que irá a más en los próximos años, pues ahora es la Real Sociedad la que está renovando Anoeta; el RC Celta ha proyectado una ciudad deportiva, y FC Barcelona y Real Madrid han obtenido los permisos definitivos para poder actualizar el Camp Nou y el Santiago Bernabéu, respectivamente.

 

La patronal defiende que “el incremento sostenido de la facturación y de la rentabilidad del negocio están permitiendo incrementar al mismo tiempo tanto la base salarial, como las inversiones deportivas y no deportivas”. De hecho, el gasto en salarios deportivos subió un 18,4% en el último ejercicio, un ritmo de crecimiento superior al experimentado por el conjunto de los ingresos.