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Asobal y Lnfs, ante el reto de convertirse en un producto valioso

En España existen cuatro ligas que aspiran a la plena profesionalización, pese a que la actual Ley del Deporte sólo considera como tales a LaLiga y la ACB. Asobal y Lnfs también aspiran a avanzar hacia un modelo que genere más ingresos para los clubes y sus jugadores, aunque su camino será aún más largo. 

Palco23

20 dic 2018 - 04:59

asobal y lnfs, ante el reto de convertirse en un  producto valioso

 

 

Este año se ha celebrado el primer aniversario de la Asociación de Ligas Profesionales Españolas. La legislación dice que sólo cumplen esa definición LaLiga y la ACB, pero también Asobal y Lnfs trabajan para conseguir que los jugadores de balonmano y fútbol sala puedan vivir en condiciones dignas por su trabajo como deportistas de élite. Si el baloncesto está a años luz del fútbol en términos de negocio, no es menos cierto que estas dos disciplinas se encuentran aún más alejadas, aunque en el último año se hayan realizado importantes esfuerzos para acortar distancias. Hoy, los ingresos agregados de estas dos ligas estarían incluso por debajo de un club grande de LaLiga 1|2|3.

 

El primer paso que ambas organizaciones han dado esta temporada es renunciar a los ingresos fijos que les aseguraba la televisión de pago para volcarse nuevamente en las retransmisiones en abierto. Lo han hecho de la mano de LaLigaTV, que es la OTT creada por la patronal de fútbol para concentrar el máximo de contenido deportivo no premium en una misma plataforma. Este giro les ha permitido ofrecer a los potenciales patrocinadores una visibilidad mucho mayor que antes, ya que el problema del cerrado es que a cambio del dinero se exponían a sólo ser vistos por unos pocos miles de telespectadores.

 

Pasar al nuevo servicio en streaming no es garantía de más seguidores en una sola temporada, pero sí ha supuesto la eliminación de una barrera existente y la posibilidad de conocer mucho mejor cómo se consumen sus retransmisiones. Además, se ha conseguido crear un sistema de colaboración con cadenas de televisión presentes en la TDT, como GOL a nivel estatal y algunas cadenas públicas autonómicas y locales, que ofrecen algunos de los mejores partidos.

 

 

 

 

Asobal, que venía cobrando 700.000 euros anuales de Movistar+, justificó el cambio porque “hará que crezca el valor de sus actuales sponsors y facilite la labor de encontrar nuevos, la consideración de sus administraciones, el conocimiento de sus jugadores y el crecimiento del producto balonmano”.  En términos económicos, las fuentes consultadas señalan que se ha conseguido mantener el nivel de ingresos, ya que LaLiga también se ha garantizado una importante presencia publicitaria en las pistas de los encuentros que se retransmiten. Un primer paso para recuperar el interés de las marcas, pues en 2018-2019 sólo cuenta con el apoyo adicional de PlusUltra Seguros, la marca de balones Select y Renfe. En el último lustro, la competición llegó a colocar sus title rights a Bauhaus, primero, y a Loterías y Apuestas del Estado (LAE), después, pero es una vía de ingresos que se cortó ante la poca repercusión mediática que generaba el balonmano.

 

El pase de la Lnfs a LaLiga TV ha sido mucho más relevante para el fútbol sala, pues se trata de la primera vez que los clubes empezarán a cobrar por sus derechos audiovisuales. La organización presidida por Javier Lozano ha empezado a trabajar en un sistema de reparto que no genere grandes diferencias entre los clubes, que desde el primer día han apoyado la estrategia de cuanta más difusión, mejor. “Es un acuerdo histórico que fundamentalmente va a beneficiar a todos los clubes”, defendió Lozano tras la venta de las retransmisiones.

 

La competición de fútbol sala llevaba meses trabajando en la creación de un producto que fuera atractivo para las marcas, un proyecto para el que se apoyó en LaLiga buscando replicar reglamentos como el audiovisual o el de los mínimos que debe cumplir un pabellón de la máxima categoría. El establecimiento de estándares de calidad en el servicio a clubes y aficionados, así como la exigencia de al menos 2.000 asientos en cada recinto, ha permitido que la Administración desbloquee inversiones por más de 16 millones de euros para que clubes como Jaén Paraíso Interior, Industrias Santa Coloma o Aspil Vidal Ribera Navarra no se vieran excluidos.

 

 

 

 

El apoyo del sector público era necesario en este proyecto, pues sólo Barça Lassa, Movistar Inter, ElPozo Murcia, Levante UD y CA Osasuna Magna tienen el respaldo de clubes de fútbol o corporaciones empresariales que les ayudan a completar su presupuesto y poder mantener en nómina a toda la plantilla. “El 90% de los clubes trabajan con un presupuesto inferior al millón de euros”, recuerdan, sobre un deporte en el que los accionistas aún no buscan crear un negocio rentable. Con el problema añadido de que no ha sido hasta ahora que la Uefa ha decidido dar un verdado impulso al fútbol sala europeo, pues a día de hoy es una disciplina en la que el talento se concentra en pocos países: España, Italia, Rusia, Portugal y Brasil.

 

La situación de Asobal es distinta, pues el balonmano sí goza de una gran implantación en toda Europa. Sin embargo, este deporte en España ha estado muy ligado a los éxitos de la Selección masculina y femenina, relegando a un segundo plano la liga de clubes en la que el dominio del Barça Lassa ha eliminado prácticamente toda la emoción: ha ganado las últimas ocho ediciones y entre mayo de 2013 y diciembre de 2017 no perdió ni un sólo encuentro. ¿La razón? La sección blaugrana trabaja con un presupuesto anual que ronda ya los diez millones de euros, un importe superior al del resto de la Asobal en su conjunto. Según el Consejo Superior de Deportes (CSD), su cifra de negocio ha ido menguando en los últimos dos años, hasta 7,7 millones en 2016-2017, con un beneficio neto de 511.264 euros.

 

La posición de debilidad de Asobal quedó reflejada en verano, cuando la Real Federación Española de Balonmano (Rfeb) logró recuperar la explotación comercial de la Copa del Rey y la Supercopa de España, con la idea que de las ediciones femenina y masculina puedan disputarse al mismo tiempo. Además, impuso una subida del canon que la asociación de clubes paga por organizar la competición profesional, de 30.000 euros a 80.000 euros anuales. El convenio estará en vigor durante tres años, periodo en el que su reto será dar un paso adelante como producto comercial.