Entorno

Anomalía estadística o falta de libertad: el fútbol sigue ajeno al colectivo Lgtb

Hasta hoy, sólo nueve jugadores profesionales de fútbol se han declarado homosexuales en toda la historia del deporte profesional, apartándolo de la sociedad, donde el 9% de los jóvenes se identifica como parte del colectivo.

Anomalía estadística o falta de libertad: el fútbol sigue ajeno al colectivo Lgtb
Anomalía estadística o falta de libertad: el fútbol sigue ajeno al colectivo Lgtb
Borja Iglesias, el jugador del Real Betis Balompié, es un claro ejemplo de la lucha contra la homofobia en el sector del fútbol.

D.G.M.

28 jun 2023 - 05:00

En el fútbol no cabe el orgullo. En toda la historia del fútbol profesional, por la que han pasado miles de jugadores de orígenes y culturas diferentes, sólo nueve han declarada abiertamente que formaban parte del colectivo Lgtb. Cuando algún jugador de fútbol de élite se declara homosexual, la noticia salta a periódicos y televisiones y la pregunta vuelve a surgir: mientras que un 9% de los jóvenes se declara homosexual o bisexual en todo el mundo, en el fútbol, con cientos de jugadores, son prácticamente inexistentes.

¿No hay libertad en el fútbol de élite o es una extrañísima anomalía estadística?

 

En España, la cifra de jóvenes que se identifican como parte del colectivo es superior a la estadística global: la cifra asciende a un 16,4%, según dato del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El último futbolista en salir del armario en la liga española fue Jakub Jankto la temporada pasada, mientras estaba cedido al Sparta de Praga, convirtiéndose en el primero de la competición liguera española en hacerlo tras casi cien años de historia.  

 

En la historia del fútbol profesional, Justin Fashanu fue el primer futbolista en declararse abiertamente homosexual, en 1990. Más de veinte años tuvieron que pasar para que, en 2011, Anton Hysén hiciese pública su orientación sexual. En 2013, Robbie Rogers, jugador de Los Ángeles Galaxy, anunció a través de sus redes sociales su homosexualidad, apuntando que “decidí que perseguir mi sueño significaba sacrificar una parte de mí mismo y ocultar mi sexualidad al mundo, en lugar de abrazarla”.

 

“La historia del fútbol profesional denota una falta de sincronía entre la realidad social y la realidad deportiva”, ha apuntado el expresidente de la Asociación Española de Filosofía del Deporte (Aefp), José Luis Pérez Triviño.

 

 

 “Que los jugadores no se atrevan a manifestar su condición sexual mancha al deporte y los organismos que regulan el sector deportivo deberían promover políticas y medidas de libre expresión”, añade Treviño.

 

Pese a la tendencia generalizado en el sector del fútbol, a veces aparecen iniciativas personales para acercarse a la comunidad Lgtb. Borja Iglesias, el jugador del Real Betis Balompié, es un claro ejemplo de la lucha contra la homofobia en el sector del fútbol. El Panda fue noticia en 2020 por pintarse las uñas de negro y, recientemente, por asistir a una boda con un bolso, pendientes y complementos.

 

La semana pasada, Iglesias lanzó una campaña para luchar conta la “masculinidad frágil”, que engloba que exigen a los hombres ser fuertes, independientes, competitivos, exitosos y no mostrar vulnerabilidad.

 

Lejos queda el sector del deporte, y en concreto el fútbol, de otros ámbitos culturales, como la música o el cine. “Estamos varios pasos por detrás de donde deberíamos estar, aunque en el sector del deporte se está filtrando la capilaridad de otros ámbitos culturales”, ha señalado Javier Mancebo, especialista en márketing y patrocinio deportivo y profesor del Máster Universitario en Márketing Deportivo del Real Madrid CF en la Universidad Europea. 

 

El fútbol parece tener personalidad propia en el sector del deporte. “El fútbol se caracteriza por tener aficionados que pueden llegar a crucificar al deportista que reconozca su homosexualidad”, ha reconocido Mancebo. “En otros deportes, podría pasar desapercibido”, ha añadido.