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La Uefa diseña su hoja de ruta para doblar el valor de la Women’s Champions League

El torneo de clubes de fútbol femenino apenas facturó 412.000 euros en 2017-2018, pero la confederación prepara una serie de cambios en torneos y activación para darle mayor dimensión. De momento, Visa y Nike ya se han sumado.

M.Menchén

21 may 2019 - 04:59

La Uefa diseña su hoja de ruta para doblar el valor de la Women’s Champions League

 

 

El Olympique de Lyon se impuso este fin de semana al FC Barcelona en la final de la Women’s Champions League. Era un día importante para las blaugranas, que alcanzaban la final por primera vez en su historia, pero también para las francesas que buscaban salir campeonas por cuarta ocasión consecutiva. Sin embargo, la atracción que el partido suscitó en ambas ciudades no se extendió al resto del mundo como sí sucederá probablemente con el duelo entre Liverpool FC y Tottenham Hotspur el 1 de junio. Y es algo que la Uefa quiere cambiar, con un plan de acción que aspira a doblar el valor de sus dos principales torneos femeninos en 2024: la Champions y la Eurocopa.

 

Las primeras medidas para potenciar la Champions y la Eurocopa femenina empezaron a introducirse tras el verano y fueron esenciales para que llegaran los primeros patrocinadores propios de los torneos de mujeres. Se trata de Nike y Visa, las dos únicas multinacionales que tuvieron presencia en la U televisiva durante los noventa minutos en los que el Lyon demostró que sigue teniendo la mejor plantilla de Europa. El margen de mejora es amplio, pues en 2018 se lanzó un tender para buscar socios en las categorías de automoción, refrescos, servicios profesionales, seguros y relojes.

 

A la espera de que toda esa batería de nuevos acuerdos entren en vigor, lo cierto es que con el fútbol femenino se da una situación distinta a la del masculino, pues la Women’s Champions League supone un negocio muy inferior al que pueden conseguir determinados campeonatos domésticos. En 2017-2018, su facturación ascendió a 412.000 euros, nueve veces menos que incluso lo que hoy factura la versión juvenil de la máxima competición continental. En el caso de la Eurocopa femenina, los ingresos del último año fueron 12,66 millones de euros, según las cuentas de la Uefa.

 

 

 

 

La confederación sabe que incrementar este negocio pasa por la atracción de nuevas marcas, pero eso también exige demostrar una mayor capacidad de llegada a los consumidores y asegurar distintas ventanas de distribución. De ahí la importancia del proyecto de OTT que maneja la entidad, que se utilizará para emitir todos los partidos en todo el mundo para no depender exclusivamente de la venta de los derechos a terceros. En España, el gran aliado han sido los propios clubes como el Barça, que emitió los partidos en su canal oficial y en Internet, y GOL, que se encargó de la final y ha emitido parte del torneo.

 

La Uefa tiene claro que se trata de una disciplina que necesita de las emisiones en abierto, y por eso ha cobrado tanta importancia el uso de los entornos digitales. Durante la final de Champions, los casi 20.000 espectadores que acudieron a Budapest y los miles que lo vieron por televisión vieron numerosas promociones de #WePlayStrong, la plataforma creada para dar protagonismo al fútbol femenino y que las más jóvenes dispongan de referentes.

 

La idea de este portal es doble, ya que por un lado se busca “cambiar las percepciones que rodean al juego”, pero también disponer de un canal que sirva para “entregar un plan de comunicaciones y medios con mensajes coordinados y promociones cruzadas”. Es decir, que al mismo tiempo que se crea un clima de opinión favorable para doblar el número de futbolistas en 2024, hasta 2,5 millones de licencias, también se estará incrementando el valor comercial de los contratos.

 

A diferencia del torneo masculino, cuya consolidación nadie discute e incluso su crecimiento va a más, la Uefa sabe que con el femenino necesita crear “soluciones y modelos innovadores de ingresos comerciales y derechos de televisión con patrocinadores, socios y broadasters que apoyen los objetivos estratégicos”.

 

 

 

 

 

La confederación también deja la puerta abierta a un posible cambio de formato respecto al actual, en el que la Champions femenina arranca directamente con eliminatorias de ida y vuelta entre 32 equipos. “Las competiciones deben ser dinámicas, entretenidas y en constante evolución para los equipos, las jugadoras y los aficionados. Debemos esforzarnos por proporcionar el mejor escenario posible para mostrar la calidad del juego, inspirar a la próxima generación y garantizar que sigamos siendo relevantes para nuestra audiencia”, señala.

 

Al margen del apartado comercial, los gestores del fútbol europeo consideran que también se puede acelerar la profesionalización del fútbol femenino mediante la regulación. En concreto, el informe hace referencia al uso del sistema de licencias para exigir unos requisitos mínimos para participar en Europa, como podrían ser el volumen de presupuesto, el número de jugadoras con contrato o la capacidad de los estadios. Sólo en España, en la Liga Iberdrola la capacidad de gasto oscila entre quienes manejan menos de 500.000 euros y los que, como el Barça, han apostado decididamente e invierten en torno a 3,5 millones de euros.

 

Con tal de acelerar en ese ámbito, la Uefa da 100.000 euros a cada federación que implementa un programa de desarrollo de fútbol femenino, y otros 250.000 euros si sus equipos participan en las competiciones creadas a tal efecto. Además, se ha hecho más lucrativa la obtención de títulos, pues los pagos por participación en la Eurocopa femenina pasaron de 2,2 millones de euros en 2013 a 8 millones de euros en 2017.

 

De momento es dinero a fondo perdido que aporta el regulador del fútbol europeo, puesto que la Eurocopa femenina arrojó unas pérdidas de 8,5 millones de euros en 2017, por los números rojos de 5,76 millones que obtuvo la Champions femenina en 2017-2018. Pero con la convicción de que esta inversión de hoy supone “luchar por la sostenibilidad financiera dentro de los sistemas de competición” a futuro.