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La cadena de gimnasios Demmero se afianza en Valencia y prevé facturar 3 millones en 2017

Tras invertir 2,5 millones en su primer club propio, destinará ocho millones de euros en Piscinas Valencia, su tercer centro en régimen de concesión en la capital.

Patricia López

26 oct 2017 - 04:58

Demmero Group, que invertirá 8 millones de euros en su tercer centro concesional, busca nuevas ubicaciones en Madrid

 

 

Demmero Group crece en Valencia con una nueva concesión administrativa. Después de diversificarse e inaugurar su primer club propio en Castellón, la compañía ya trabaja en su próximo proyecto: la gestión de Piscinas Valencia, una instalación municipal en la que levantará un centro deportivo. En conversación con Palco23, Jesús Ferrer, consejero delegado de la compañía, explica que se ha comprometido a invertir ocho millones de euros para reconvertir la piscina municipal “en un complejo deportivo actual”.

 

La empresa está pendiente de obtener la licencia para empezar las obras a finales de 2017, con vistas a inaugurar en diciembre de 2018 o principios de 2019. Éste será el cuarto centro de la cadena, que desde su fundación en 2010 ha centrado su operativa en la Comunidad Valenciana, donde gestiona tres instalaciones en régimen de concesión administrativa en la capital y una privada de reciente inauguración en Castellón.

 

Ferrer admite que la diversificación ha sido una vía de crecimiento alternativa a la concesión. “Inicialmente intentamos buscar parcelas donde explotar un centro público, pero después de varios intentos surgió la oportunidad de abrir un club privado ocupando los antiguos cines ABCD Rafalafena, que en época de crisis económica cerraron”, apunta el directivo. 

 

 

 

 

“Durante la época de recesión se generaron nuevas oportunidades porque espacios amplios quedaron desocupados, y eso propició nuestra diversificación”, admite. “La vía privada nos aporta mayor flexibilidad y precisa de costes menores. Mientras que en Castellón se ha invertido 2,5 millones en un club de 3.600 metros cuadrados, en los centros municipales destinamos doce millones y seis millones de euros en cada uno”, subraya.

 

Esta nueva vía de negocio hacia el club privado propició la creación de la marca Suma Fitness Club, cuya imagen corporativa se replicará en el resto de centros concesionales “siempre que el Ayuntamiento esté de acuerdo”. Este proceso de rebranding irá acompañado de la renovación de la página web de cada centro y de una inversión de 600.000 euros para modernizar el equipamiento de las instalaciones municipales, que cuentan con diez años a sus espaldas.

 

Aunque las perspectivas de la compañía pasan por consolidar sus centros operativos, no renuncia a crecer y tiene a Madrid en su punto de mira. “Hemos hecho varios intentos fuera de la Comunidad Valenciana y estamos negociando alguna parcela en Madrid. Al margen de que los firmemos o no, es una ciudad que nos interesa por su densidad de población y porque existen ubicaciones en las que encajan nuestras instalaciones”, afirma.

 

 

 

 

Para financiar esta expansión, Ferrer no prevé la entrada del capital riesgo en su compañía, una fórmula que sí explotó en los inicios de Demmero, en 2010.  Fruto de la alianza entre la gestora de instalaciones deportivas Esportinat, dirigida por el empresario Manuel Lacomba, y Angels Capital, un fondo promovido por Juan Roig, la empresa captó el músculo financiero necesario para crecer.

 

En aquel momento, Esportinat operaba de la mano de la constructora Secopsa a través de una UTE que se adjudicó las dos instalaciones en Valencia. Sin embargo, la entrada de Angels Capital supuso la salida de la constructora en 2010, de modo que Demmero pasó a gestionar esos dos centros, ubicados en Patacona y Alfafar. Cuando en 2013 el fondo decidió desinvertir, Ferrer y Lacomba asumieron el control de la compañía.