Entorno

Xavier Ginesta: “Ayuso está usando la Fórmula 1 como diplomacia deportiva para Madrid”

El profesor de la Universitat de Vic experto en geopolítica y deporte sostiene que “el deporte se usa como clave en la estrategia de place branding, aunque no está demostrado que tenga un impacto positivo”.                     

Xavier Ginesta: “Ayuso está usando la Fórmula 1 como diplomacia deportiva para Madrid”
Xavier Ginesta: “Ayuso está usando la Fórmula 1 como diplomacia deportiva para Madrid”
© UVic-UCC

David García Martínez

1 feb 2024 - 05:00

El deporte, factor determinante en la geopolítica. “El deporte es un altavoz para cualquier tipo de acción que quiera penetrar en masa”, defiende el profesor de la Universitat de Vic experto en geopolítica y deporte, Xavier Ginesta. Sin embargo, añade que “no está demostrado el impacto positivo que implica la celebración de un acontecimiento deportivo o la construcción de un estadio en un territorio”. El profesor, además, subraya que “países como Catar o Arabia Saudí están utilizando el deporte como estrategia para reposicionar su marca de país”.

 

 

Pregunta: ¿Las decisiones políticas en el deporte se toman con transparencia?

 

Respuesta: Muchas veces se toman sin tener en cuenta la opinión de todos los agentes implicados. El ecosistema está formado por múltiples stakeholders y no todos son del mismo tamaño, por lo que se aplican lógicas de poder evidente en la que los grandes se comen a los pequeños. Es inevitable situar el sector del deporte en el ámbito de las relaciones de poder. El deporte se usa como place branding, aunque científicamente no haya ningún tipo de evidencia que confirme que la construcción de un estadio, por ejemplo, repercutirá positivamente en la economía de una ciudad. En el ámbito estrictamente intangible se puede vender tanto humo como se quiera. Está comprobado que esa construcción responde a una lógica de poder entre los tres grupos dominante: intereses del sector inmobiliario, de las organizaciones deportivas y de las políticas sociales. La lógica de poder que se establece entre ellas determina por qué beneficio se construirá el estadio.

 

 

P.: Desde los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 hasta el Mundial femenino de 2023, ¿cómo actúa el deporte como elemento vehicular en la política?

 

R.: Los valores asociados al deporte son muy positivos, por lo que, en muchos momentos se convierte en un altavoz de causas sociales justas. Sin embargo, también puede ser un espacio de gran penetración social que, en ocasiones, ha sido utilizado por regímenes, gobiernos y ayuntamientos para poder mejorar su imagen hacia los suyos y los demás. El deporte, desde la política, actúa en ese doble ámbito. Su grandeza pasa por sus valores intrínsecos y su gran visibilidad. Sin olvidar su consumo irracional. Todo ello da un espacio abogado por cualquier tipo de acción que quiera penetrar en masa. Hay un elemento clave para entender la industria del deporte y es que vende emociones.

 

 

 

 

P.: ¿Pesa más el deporte que la cultura en el ámbito geopolítico?

 

R.: Debemos debatir antes si el deporte es o no es cultura. La taxonomía sobre diplomacia pública de Kool no habla de diplomacia deportiva, sino cultural. Debemos entender el deporte como parte de la cultura del país. Deporte y cultura deben ir de la mano. En Reino Unido, ¿quién puede decir que la Premier League no es parte de la base cultural británica? Tras el Brexit, como gran plataforma de britishnes desde el punto de vista cultural y deportivo está la Premier League.

 

 

P.: ¿En qué medida afecta el nacionalismo al devenir de un club?

 

R.: Depende de la vida de cada club, de cómo configura su territorio de marca, su simbolismo. En función de cómo se trabaja el simbolismo, esto conlleva un impacto positivo o negativo. En el caso de FC Barcelona, no se puede entender su dimensión actual e histórica sin su la simbólica y esta está vinculada al catalanismo político. Otros clubes, como Real Madrid CF han tenido dificultades para definir su simbolismo, desde su relación con el régimen franquista hasta su vinculación con España como país.

 

 

P.: ¿El deporte tiene responsabilidad social?

 

R.: Los valores positivos y la irracionalidad ya conllevan un gran impacto social. Las organizaciones deportivas lo tienen intrínseco y va en aumento. Ya sea por una cuestión cosmética o porque alguien se lo cree. En España, Real Betis es un claro ejemplo de éxito en responsabilidad social. Su compromiso con el cambio climático es intachable y su vinculación con iniciativas que favorecen evitar el cambio climático es muy importante. Hay una gran cantidad de clubes que han asumido un rol de actor de agente de cambio, pasando de lo cosmético a lo real.

 

 

P.: ¿El fútbol español aguantaría un sistema de selecciones nacionales como el de Reino Unido?

 

R.: El Reino Unido tiene un sistema de selecciones diferente a España por la configuración de esas selecciones. Debemos asumir el hecho de que España acepte selecciones nacionales no depende de lo que diga estrictamente la ley, sino de la voluntad política. Es una simple cuestión en la relación de poder entre los agentes dominantes del panorama deportivo español.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo afecta la geopolítica a los contratos de patrocinio y la inversión extranjera en la industria del deporte?

 

R.: Varios contratos de patrocinio deportivo son de estados o fondos soberanos a organizaciones o eventos deportivos para poder marcar la agenda geopolítica de un determinado territorio. Muchos de estos están enmarcados en sport place branding strategies. En varios casos incluso son fruto de estrategias turísticas. Además, para aquellos contratos de patrocinio no vinculados a la acción política de un determinado territorio, la relación entre ambas partes (patrocinador y patrocinado) puede estar marcadas por las decisiones políticas que pueda tomar uno de ellos. Es decir, un club, tras firmar un contrato de patrocinio con Arabia Saudí, puede encontrarse en la tesitura que otro sponsor quiera retirarse al no sentirse cómodo en un pool compartido con un país de Oriente Próximo. Cada vez hay mas organizaciones vinculadas a un estado, fondo soberano u organización estratégica de un estado que se convierten en patrocinadores de organizaciones deportivas.

 

 

P.: Con los Juegos Olímpicos de París tan cerca, ¿puede ser un factor clave en la invasión de Ucrania?

 

R.: El conflicto de Ucrania está suficientemente enquistado como para que los Juegos Olímpicos de París 2024 puedan tener un efecto desbloqueante o similar. Puede haber momentos en los que la exposición internacional que supone unos Juegos Olímpicos permita a Ucrania exponer su reivindicación, del mismo modo que para Rusia, que Putin podría usarlos para posicionarse de una determinada manera.

 

 

P.: En el panorama nacional, Madrid le ha robado la Fórmula 1 a Barcelona. Se estima que la organización del Gran Premio costará 500 millones en diez años, ¿ha sido un movimiento económico o una decisión política?

 

R.: Es una decisión política porque es imposible determinar el impacto económico certero de esa decisión. El deporte por sí mismo se ha convertido en un activo trascendental en operaciones diplomáticas, es decir, estrategias marcadas top down de posicionamiento de un determinado territorio, o parte de estrategias place branding, que generalmente implican una visión más inclusiva de las relaciones de los actores para posicionar la marca de un territorio. Ayuso está utilizando el deporte como diplomacia para la Comunidad de Madrid.

 

 

 

 

P.: ¿Un país autoritario y sin derechos fundamentales, como Arabia Saudí, puede blanquearse a través del deporte?

 

R.: Arabia Saudí, Catar y otros países de Oriente Próximo están usando el deporte para poder hacer procesos de rebranding, es decir, para revisar y reconfigurar su marca de país. Hay tres grandes ejes en las que esos países trabajan para poder reconfigurar su marca: inversión en talento, en mercados internacionales y en megaeventos e infraestructuras.

 

 

P.: Mundial de Qatar, el PIF entrando en el deporte, la SPL y el éxodo de jugadores… Oriente Próximo está llevando a cabo una estrategia de sport washing. ¿le está funcionando?

 

R.: A Catar, a corto plazo le está funcionando. Es un país que no quería perder su papel de actor neutral mediador en determinados conflictos y nunca le ha interesado marcar un cierto paso hacia una mayor estandarización del país a ojos de Occidente. Con las reformas del sistema laboral y del salario mínimo interprofesional ha conseguido un poco más de aceptación internacional. El país también utilizó el Mundial para mejorar la promoción del deporte como salud. Todo el pensamiento idealista occidental en relacion a estos países es un wish thinking. El deporte puede mejorar determinados aspectos, pero no hacer cambios radicales en las estructuras de estos países a corto plazo.