Entorno

Más patrocinio y menos subvención: el negocio de las federaciones se acerca a niveles precrisis

Desde 2009, los organismos deportivos han reducido la dependencia de las subvenciones gracias al aumento de un 25% de la facturación a través de la celebración de competiciones y de un 40% por la venta de patrocinios. El conjunto de las federaciones, sin contar la de fútbol, facturaron 189 millones de euros, la cifra más elevada desde 2010.

P. López

2 may 2019 - 05:00

El Plan ADO toca mínimos y empuja a las federaciones a aumentar sus ingresos por la vía privada

 

 

Una de las enmiendas más repetidas al anteproyecto de Ley del Deporte es el reclamo de las federaciones para disponer de un presupuesto a cuatro años vista, con el que poder gestionar los recursos en base a los ciclos olímpicos. Esta petición de momento no se ha materializo, pero las federaciones ya han iniciado un camino para depender más de sí mismas y menos de las subvenciones. En la última década, el presupuesto de estos organismos ha pasado de depender en un 47% de las ayudas de la Administración y el Comité Olímpico Español (COE), a hacerlo en un 42%, según el informe elaborado por la subdirección general del CSD al que ha accedido Palco23.

 

El recorte más acusado ha llegado por parte del COE, que ha visto como los recursos que aportan las marcas al Plan ADO se han reducido un 61% en la última década. El tijeretazo del CSD fue mayor en época de crisis, aunque en el último año la aportación agregada del Gobierno a las federaciones, sin contar la de fútbol, aumentó un 26,4%. Como resultado, el 33,8% del presupuesto de las federaciones proviene del CSD, una realidad que muestra la innegable dependencia de estos organismos del apoyo público.

 

Ahora bien, la aportación del COE no ha dejado de caer y ha pasado de representar un 4,6% de los ingresos a significar sólo un 1,9%, la tasa más baja desde que el CSD empezó a publicar las cifras económicas de las federaciones en 2007. Ante esta situación, estas entidades han iniciado un camino que les lleve a que su presupuesto dependa más de su capacidad de generar ingresos que de las subvenciones. Y prueba de ello es que han creado o reforzados equipos de márketing para comercializar sus activos

 

 

 

 

Como resultado, en la última década la facturación a través de la celebración de competiciones ha subido un 25%, mientras que por la vía del patrocinio lo ha hecho un 32%. Sólo en el último año, estas dos fuentes de inrgesos aumentaron un 60,7% y un 40,1%, respectivamente. Son dos de las cuatro partidas más importantes que conforman los presupuestos de las federaciones, junto a los cobros por licencias y cuotas, y las subvenciones del CSD.

 

Estas líneas permitieron a las federaciones sumar una facturación conjunta de 189,4 millones de euros, la cifra más elevada desde 2010. En otras palabras, en 2018 se regresó al volumen de ingresos que estos organismos tenían antes de que los efectos de la crisis económicos empezaran a notarse, a partir de 2011 y especialmente durante los años olímpicos de 2012 y 2016.

 

En la última década, estos entes han visto reducido sus ingresos en un 4,6%, pero los gastos lo han hecho un 7,2%, lo que ha permitido a las federaciones afianzar su rentabilidad, con un resultado de 4,4 millones, según las cifras del CSD. Pero, ¿qué partidas recortaron las federaciones? Los gastos de estructura son los que más han caído. Si en 2009 representaban un 27,3% del presupuesto, en 2018 sólo significaron un 23,2%, el menor porcentaje de la década.

 

 

 

 

El número de personas en nómina en el conjunto de las federaciones pasó de estar cerca de 800 trabajadores entre 2009 y 2012 a situarse en 742 profesionales en 2018. Buena parte del recorte en el gasto vino por la reducción en los viajes de los órganos de gobierno, cuyo importe ha caído un 57% en la última década, mientras que se ha destinado un 12% más a los desplazamientos de deportistas y técnicos. Es decir, las federaciones han recortado el dinero en los despachos para invertirlo en los deportistas.

 

Además, la deuda se ha reducido un 47% desde 2009. Este importe no incluye a la Real Federación Española de Fútbol (Rfef), que mantiene compromisos por 88 millones de euros, 71 millones de ellos a corto plazo. Este es el resultado de los planes de saneamiento aprobados en 2012, cuando la deuda era de 84,4 millones de euros, el 77% a corto plazo.

 

Tras cuatro años con reducciones de deuda a un ritmo inferior al 10%, en 2016 se produjo un tijeretazo del 37,1% gracias sobre todo al ente rector del golf en España, que en balance llegó a tener 18 millones de euros en periodificaciones a corto plazo por ingresos anticipados. Tras un alza de la deuda en 2017 del 11%, el CSD considera que en 2018 “se recupera esa disposición a la reducción del endeudamiento que se vio truncada en 2017.

 

 

 

 

También ha caído el importe de los préstamos concedidos por el CSD, que hasta 2013 tuvieron un carácter estable con cerca de cuatro millones de euros anuales. A partir de ese año, la concesión de préstamos pasó a estar vinculada a la realización de planes de saneamiento, por lo que el importe total de los préstamos se redujo significativamente, pasando de 3,7 millones en 2013 a un millón en 2014 y a tan solo 799.384 euros en 2018.

 

Pese al buen camino emprendido por las federaciones a partir de 2013, el CSD advierte de que a cierre de 2018 son doce los organismos que, según sus propias estimaciones, mantienen un patrimonio neto negativo y, consecuentemente problemas de solvencia. Con todo, es una cifra muy inferior a la de 2013, cuando treinta entidades estaban en quiebra técnica. ¿Conseguirán las federaciones colgarse la medalla de la rentabilidad?