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La presión salarial en ACB eleva a 80 millones el agujero de los clubes en 2017-2018

Pese a que la facturación de los clubes creció un 8,4%, hasta 108 millones de euros, no fue suficiente para compensar unos gastos que alcanzaron máximos históricos. Sólo cuatro equipos finalizaron la temporada con beneficio, y el resto se apoyaron en las secciones de fútbol, accionistas, mecenas y patrocinadores para compensar su desfase.

Patricia López

3 jun 2019 - 05:00

La posición salaria en ACB eleva a 80 millones el agujero de los clubes en 2017-2018

 

 

La sostenibilidad de los clubes de la ACB es uno de los viejos anhelos de la competición. Los equipos de la Liga Endesa desean fortalecer su negocio con recursos propios y reducir la dependencia de las secciones de fútbol y el mecenazgo. Pero el camino que queda por recorrer es largo, y cada vez más cuesta arriba. Así lo demuestran las cuentas de los clubes en 2017-2018 a las que ha accedido Palco23, y que cifran en 81 millones de euros las pérdidas agregadas en la competición de baloncesto, un 33,8% más que en el ejercicio anterior.

 

Este resultado rompe con la tendencia de austeridad de las últimas tres temporadas, y devuelve al sector a niveles de números rojos que no se veían desde la campaña 2010-2011. El resultado ordinario total en 2017-2018 arrojó unas pérdidas de 88,3 millones, y es gracias al resultado extraordinario provocado por la venta de jugadores que las pérdidas totales fueron de 81 millones. De los 88 millones de pérdidas ordinarias, 50 millones correspondieron a Real Madrid y el Barça Lassa, y otros 8,5 millones al Valenci Basket.

 

“El principal problema de la competición es que los equipos no reconducen la situación de pérdidas continuadas, incluso las agravan”, advierte el Consejo Superior de Deportes (CSD) en el balance sobre la situación del baloncesto español. “Esta situación que sólo es sostenible por aquellos que absorben dichas pérdidas por los recursos generados por otras secciones del club, el accionista mayoritario o un patrocinador”, añade el organismo.

 

 

 

 

De hecho, la entidad afirma que las pérdidas totales de la competición se concentran en “tres clubes que las asumen con el apoyo de otras secciones deportivas rentables o por las aportaciones del accionista”. Aun así, sólo cuatro de los 18 equipos de la ACB cerraron el año en beneficio, aunque el CSD no detalla cuáles fueron.

 

Es el caso de Barça y Madrid, pero también de Valencia Basket, que recibe el apoyo incondicional de Juan Roig, o de Unicaja, patrocinador y dueño del CB Málaga, al que ha inyectado capital en las últimas temporadas para compensar las pérdidas. Estos mecenas y salvavidas de las secciones de baloncesto han permitido a los equipos pelear por títulos en ACB y Europa, en un contraste en que la necesidad de elevar la inversión avanza a un ritmo superior al de los ingresos. La facturación creció un 8,4%, hasta 108,1 millones en 2017-2018, pero las pérdidas aumentaron a mayor ritmo, con un 33,8%.

 

“Los ingresos ordinarios crecieron respecto a temporadas anteriores, pero los gastos lo hicieron en mayor medida por el incremento de los gastos de personal”, analiza el CSD. Estas ventas, sumadas a los ingresos por el traspaso de jugadores, generaron una facturación total de 116,6 millones de euros.

 

 

 

 

Los gastos agregados de los 18 clubes alcanzaron cifras nunca vistas en la ACB con 197,9 millones de euros, un 13,7% más que el año anterior. La partida más importante es la de nóminas, que absorbió 134,3 millones de euros (+20,1%), y por sí sola exigió más dinero que la capacidad real de los clubes para generar ingresos. El motivo principal es que aquellos que compiten en Europa gastaron mucho más que el resto de participantes; sin ir más lejos, el Barça Lassa y el Real Madrid gastaron 27 millones de euros en personal durante 2017-2018.

 

Para reducir la dependencia de las administraciones, mecenas o de las secciones de fútbol, los equipos de baloncesto son conscientes de que deben mejorar su negocio a mayor ritmo, y es algo en lo que se están empleando a fondo, tal y como evidencian los datos del CSD. Esa es la cara de una moneda en cuya cruz se sitúan los gastos, que desde 2014-2015 no dejan de aumentar.

 

¿Cuáles son las palancas del negocio de la ACB? La principal es el patrocinio, una vía que genera el 45% de los ingresos de los equipos, con 49 millones de euros. Esta línea logró una facturación récord en 2017-2018, algo que no sucedía desde hacía doce temporadas. Con todo, el CSD argumenta que el aumento del 20,3%  en parte se debe a la corrección de un error contable de la temporada anterior.

 

 

 

 

La segunda palanca fueron los abonos y el ticketing, con 30,3 millones de euros, un 12,2% más. Durante esa temporada regular, la ACB promedió una asistencia de 6.294 por pabellón, y los clubes con más afición en las gradas fueron el Kirolbet Baskonia y el San Pablo Burgos, que superaron los 9.000 asistentes por encuentro.

 

El negocio audiovisual, por su parte, generó 9,1 millones de euros, en línea con el ejercicio anterior. La única partida que se redujo fue la de otros ingresos, en los que se engloban la venta de merchandising, la organización de eventos o el alquiler del pabellón, en el caso de que sea propiedad del club. Esta línea cayó hasta 19,7 millones de euros, un 2,1% menos.

 

El aumento de los números rojos afectó a la evolución de la deuda, otro de los indicadores que empeoró. De hecho, el  pasivo agregado de la temporada anterior fue el segundo más elevado de toda la serie que recoge el CSD desde 1999-2000, con un total de 106,3 millones de euros. “El aumento del 6% interanual se circunscribe a la concesión de préstamos participativos por parte de accionistas en un número reducido de clubes”, indica el CSD.

 

 

 

 

Las deudas con la Agencia Tributaria se redujeron un 3,6% interanual y con la Seguridad Social un 1,9%, lo que demuestra que los clubes están en la senda para ponerse al día con estos pagos. Las obligaciones de pago con Hacienda se elevan a 25,3 millones, un 24% menos que en 2010-2011, mientras que con la Seguridad Social se han reducido a la mitad. Entre los clubes que están en proceso de ponerse al día con Hacienda están el Movistar Estudiantes y el Divina Seguros Joventut.

 

También ha caído la deuda con entidades bancarias, que han bajado un 21,4% interanual y un 89% en las últimas siete campañas. En cambio, las deudas privadas aumentaron un 40,8% por el incremento de préstamos participativos y al incremento de las remuneraciones pendientes de pago por las primas a jugadores. Y es que, a la espera de la mejora del producto, la llegada de nuevoc mecenas como Scranton en La Penya serán claves para el devenir de los clubes.