Clubes

Unzué (Movistar Team): “Nuestro negocio se basa en el patrocinio; aquí no hay ingresos por TV”

El directivo del equipo ciclista explica su aventura con el deporte femenino, que parte de la iniciativa de Telefónica, el principal sustento económico de la organización.

Guillermo G. Recio

4 ene 2018 - 04:59

En 1989, el equipo de Unzué tenía un presupuesto equivalente a 75.000 euros y sólo contaba con 25 personas en plantilla

 

 

Eusebio Unzué cuenta con 30 años al frente de Abarca Sports, empresa que gestiona el actual Movistar Team y por donde han pasado leyendas como Miguel Indurain. El histórico dirigente y máximo accionista del proyecto ve con optimismo el futuro del ciclismo, que pasa por una creciente base de practicantes y una reducción de los casos de dopaje. Su nuevo desafío para 2018 será la consolidación en la élite de su primer pelotón formado por mujeres. “Ya somos unas setenta personas”, indica en una entrevista con Palco23.

 

¿Por qué se decidió a entrar en ciclismo femenino?


Nosotros creemos en la igualdad y la diversidad, que se suma a una creciente sensibilidad por la mujer en los últimos años. Telefónica es la que nos mostró su interés hace unos años en tener un equipo femenino algún día.  Me ha sorprendido la muestra de apoyo y agradecimiento de muchos sectores, y es que en la presentación del equipo no hicimos distinción alguna, lo que demuestra que queremos tratarlo de la misma forma que el masculino.

 

¿Supone tener más recursos y más gasto en personal?


Ahora, para ponerlo en marcha y descubrir el mundo del ciclismo femenino hemos tenido que mejorar la colaboración con todos los patrocinadores. Ello también implica ampliar la estructura del World Tour con seis personas más, así que ahora somos unas 70 personas trabajando en el equipo, contando a deportistas. El primer año de nuestra organización, en 1980, con Reynolds como patrocinador, el coste de 25 personas era lo equivalente a 75.000 euros.

 

 

 

 

¿Qué evolución ha habido desde entonces?


No tiene nada que ver el escenario de entonces al de ahora, empezando por las audiencias espectaculares de hoy en día y la globalización. Está habiendo una importante explosión del ciclismo y el apoyo televisivo que estamos teniendo va a ayudar a que la afición crezca y la práctica también, algo que se demuestra con la llegada del ciclismo femenino.

 

En este deporte los patrocinadores tienen un peso importante. ¿Cuáles son las vías de ingresos?


Tenemos un presupuesto dedicado a la plantilla de 12 millones de euros. Nuestro negocio se basa principalmente en el patrocinio, ya que no tenemos ningún tipo de ingresos vía derechos de televisión, como sí que lo tienen otros deportes. Es verdad que por asistir a las pruebas tenemos unas dietas que nos paga la organización, pero no son significativas.

 

¿Cómo se saca el máximo partido de los patrocinadores para conseguir ese nivel de gasto?


Es muy importante construir una marca que ayude a vender los contratos de patrocinio. Telefónica no busca excelentes resultados, sino utilizar el ciclismo como forma social para llegar a la población. En nuestro deporte tenemos sufrimiento y espíritu solidario, ya que se trabaja en equipo y se gana individualmente.

 


 

 

¿Qué supone el contrato de Telefónica para el Movistar Team?


El 70% de nuestro presupuesto lo cubre Telefónica, aunque tenemos un total de 27 socios que nos aportan muchas cosas. Son imprescindibles, son socios técnicos como la marca de bicicletas Canyon, Campagnolo para los componentes, Volvo en los coches, Garmin con los GPS, Oakley en las gafas, la marca escocesa de ropa técnica Endura… Todo va ligado a las necesidades que tenemos.

 

¿Qué diferencia hay con los equipos más potentes del World Tour? ¿Hay algún tipo de límite salarial?


Algunos equipos rivales tienen entre 30 millones y 35 millones de euros en presupuesto para sus plantillas. El arma del dinero pone en ventaja a algunos, pero es una máxima que ocurre en todos los deportes, menos en algunas ligas de Estados Unidos. No hay ningún tipo de restricción en cuanto al gasto, pero sí que hay obligaciones muy rigurosas con los presupuestos de cara a garantizar los pagos, porque hace tiempo había muchas deudas en el sector. Desde que se fundó el World Tour todo se profesionalizó más. Nosotros toda la vida hemos sido muy rígidos con nuestra cultura de no tener prácticamente deudas y no hacer locuras. No gastamos ni una peseta más de que la tenemos.

 

¿Qué argumentos tienen para convencer a los ciclistas para que fichen por su equipo?


El ciclismo siempre ha sido muy global, no hay grandes diferencias en modelos de trabajo, por ello la ubicación no es relevante. También puedo decir que hay ciclistas que han renunciado a cantidades mayores para estar en el equipo. Tenemos el espíritu de contar con los mejores deportistas españoles, pero también hay que tener en cuenta los intereses de Telefónica. Con su presencia en Sudamérica, miramos con buenos ojos a los ciclistas de allí. Tenemos un costarricense y cuatro colombianos, por ejemplo.

 

 

 

 

¿Cómo se busca también el talento entre las canteras ciclistas?


El modelo de ciclismo base se basa en ayudas municipales y patrocinadores. Nosotros somos la punta de la pirámide y no tenemos estructura en categorías inferiores, pero colaboramos con el equipo Lizarte sub-23, del que en los últimos seis años han pasado por nuestro equipo unos ocho o diez ciclistas.

 

¿Qué le parece el impulso a la Fundación Euskadi por parte de Mikel Landa?


Tanto las acciones de Mikel como las de Alejandro Valverde con los jóvenes cuentan con un gran sentido de responsabilidad y hay varios exprofesionales que alimentan con ayudas económicas la ilusión de este deporte y tienen como objetivo devolver al ciclismo lo que tanto les ha dado.

 

¿Cómo influye la relación con los patrocinadores en un deporte tan afectado por el dopaje?


Está claro que todas las marcas quieren huir de cualquier escándalo de cualquier tipo. En ciclismo hemos pasado momentos complicados, pero en los últimos años ha habido un cambio de consciencia muy importante. Las asociaciones han impulsado la detección, que ha hecho que el dopaje se haya reducido casi a nada. Afecta a toda la industria, pero es una pena que el 1% de los casos sirva para que haya gente que trate al ciclismo de mala manera. A cada equipo le cuesta casi 200.000 euros mantener el sistema de controles antidopaje.