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La Liga acelera sus inversiones en cantera, ¿fórmula de ahorro o fuente de negocio?

Diversos clubes, desde el Atleti al CD Lugo, pasando por el Málaga CF, han reservado más de 50 millones para construir ciudades deportivas en las que seguir desarrollando su fútbol formativo, uno de los más talentosos de Europa.

Marc Menchén

18 jul 2017 - 04:59

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Los futbolistas españoles no son una mercancía al uso, pero si se extrapolara el mercado de fichajes al ámbito de las exportaciones, podría decirse que España es un país con un superávit comercial importante, sin que suponga una pérdida de competitividad interna. Los últimos datos de la Fifa revelan que La Liga ha dejado de ser la competición que más invierte y, de entre las grandes, es la única que obtiene un saldo neto en la compraventa de jugadores extranjeros. Además, la Liga Santander es dominante en cuanto al uso de canteranos.

 

Estos logros son fruto del largo trabajo que se viene desarrollando desde hace años en el país, con programas metodológicos que se intentan replicar en otras regiones y una base de técnicos que cada vez más también busca su oportunidad en el exterior. Sin embargo, precisamente esta movilidad laboral, unida a la pujanza económica de otras grandes ligas, ha llevado a los clubes de La Liga a acelerar inversiones en sus ciudades deportivas y reconfigurarse para asegurar itinerarios deportivos atractivos para sus jóvenes.

 

De hecho, en algunas ocasiones es esa falta de proyección la que hace que muchos jugadores acaben cambiando de aires y busquen suerte en otro lado, ya sea por falta de sitio en el primer equipo (casos de FC Barcelona o Real Madrid) o porque llegan ofertas más seductoras. “La nueva ciudad deportiva hará que haya más interacción entre la cantera y el primer equipo; debemos hacer que los jóvenes estén a gusto y vean en nosotros una opción de futuro”, explica Martín Ortega, director general del CD Leganés, conocedor de la dificultad de retener el talento entre los equipos próximos a la capital española.

 

 

Un talento que podría permitir construir un primer equipo sin necesidad de grandes inversiones o, al menos, sin tener que acudir cada verano al mercado de fichajes. Probablemente el mejor ejemplo sea el Athletic Club, que ha estado casi dos años sin realizar incorporaciones a su plantilla, gracias a una política basada en la subida de jugadores de Lezama y en el fichaje a edades tempranas de los mayores talentos de Vizcaya a través de equipos convenidos.

 

El club bilbaíno trazó un plan director para mantener ese ritmo de producción de jugadores profesionales con un plan director que supondrá una inversión de 26 millones de euros entre 2013 y 2020 en su ciudad deportiva, clave si quiere seguir liderando la clasificación de entidades deportivas que más minutos da a sus canteranos, con el 64% del tiempo disputado en el tramo final de la última temporada, según un estudio del CIES Football Observatory.

 

El grupo suizo de investigación, en base a datos recopilados entre diciembre de 2016 y junio de 2017, ha establecido que, de los veinte equipos que más utilizaron a menores de 21 años que llevaban más de tres temporadas en su academia, ocho son españoles. Y no es casualidad que el segundo en esta tabla sea la Real Sociedad, con el 50,1% de los minutos, y el tercer lugar lo ocupe CA Osasuna, con el 35,1%.

 

En el caso de los donostiarras se debe a una idéntica política de cantera, también favorecida por los equipos convenidos con los que trabaja en la provincia de Guipúzcoa. El club presidido por Jokin Aperribay, que ha invertido 3,8 millones en las dos últimas campañas en las instalaciones de Zubieta, también apuesta por fichar a jóvenes talentos de otros países, razón que explica el menor peso porcentual de sus canteranos, pero también las importantes plusvalías logradas en ejercicios recientes con traspasos como de Antoine Griezmann o Claudio Bravo.

 

 

Sin embargo, no todos los equipos tienen la capacidad para absorber todo el talento que generan o, simplemente, no el 100% disponen del nivel que Barça, Atlético de Madrid o Real Madrid exigen para su primer equipo. De hecho, los blaugranas, que cada año destinan más de 20 millones al fútbol base, han sufrido en más de una ocasión la fuga temprana de talento ante las dudas sobre el recorrido que podrían tener. Algunos regresaron, como Gerard Piqué o Cesc Fàbregas, mientras que otros han recorrido mundo, como Marc Crosas, Héctor Bellerín u Oriol Rosell.

 

Ellos son algunos de los 362 expatriados españoles que, según el CIES, están compitiendo en las ligas nacionales de otros países, en un 78% de los casos en Europa. La única big five que le supera es Francia, con 781 futbolistas jugando en el extranjero y en un 86% en torneos Uefa. El mercado galo se ha convertido en estratégico por el buen trabajo formativo, de ahí que el Atlético de Madrid se haya hecho con el 35% del RC Lens de la Ligue-2 para tener un mayor control de los jóvenes talentos y poder retenerlos allí hasta que cumplan los 18 años y puedan viajar a La Academia, en la que se han a invertir 25 millones en la apertura de dos nuevas sedes en el entorno de la capital española.

 

De hecho, Francia está incluso por encima de un mercado exportador tan histórico como Argentina, con 753 expatriados y sólo un 37% de ellos en Europa. El rey sigue siendo Brasil, con 1.202 emigrantes que en un 65% eligió países de la Uefa y que cada vez también más ha hecho negocios en Brasil. Por encima de España, según el CIES, también está Serbia (460 jugadores) e Inglaterra, aunque hay trampa: de los 451 contabilizados, un total de 287 (el 63% del total) juegan en otras ligas de Reino Unido, como Gales, Escocia o Irlanda.

 

Precisamente la Premier League, y su lucrativo contrato audiovisual, también han obligado a los clubes españoles a plantearse una política de cantera más seria, ante las facilidades de sus rivales por ofrecer mejores salarios y, sobre todo, por la inflación que han provocado en el mercado de fichajes. Esta circunstancia hace aún más necesaria las inversiones, tanto para mejorar la formación como para ser más atractivos de cara a los futbolistas que deben decidir entre una liga u otra. Una situación que evidencian los datos de la Fifa, que revelan que el torneo británico registró un déficit comercial (diferencia entre lo gastado y lo ingresado en fichajes)  3.128 millones de dólares entre 2012 y 2016, por el superávit de 26,6 millones en La Liga, pese a las altas inversiones habituales de Barça, Madrid y Atleti.

Patricio Viñayo, director general de la UD Las Palmas, explicaba a este diario que su inversión de 8 millones en nuevas instalaciones responde a esa necesidad de “ofrecer un club con ambición deportiva para que los valores se queden en casa”, además de que en su caso “nos resistimos a la inflación salarial que ahora empieza a sufrir el fútbol español”. Diferente es el caso de la SD Eibar, que si bien está volviendo a recomponer su cantera tras dejarla en mínimos cuando tuvo problemas económicos, su decisión de contar con una ciudad deportiva y buscar jóvenes talentos también responde a la necesidad de poner a trabajar los importantes excedentes de tesorería que tiene. En muchos casos, las inversiones dependen del apoyo público, como evidencia el caso del CD Lugo.

 

El conjunto armero es el quinto por la cola en minutos dados a jóvenes formados con el sueño de debutar en Ipurua, con un 7,1%, por encima de otros equipos que también tienen proyectos de crecer en formación. El Granada CF ha invertido 4 millones, en su caso también para reconectar con la sociedad nazarí tras la etapa de Gino Pozzo, mientras que el Alavés ya ha habilitado una residencia para jóvenes y el CD Leganés, que ha logrado un acuerdo con el Ayuntamiento para mejorar sus instalaciones.

 

Tanto los albiazules como los pepineros tienen el problema añadido de competir territorialmente con equipos más históricos de la élite y mayor poder adquisitivo, un reto al que también se está enfrentando el Girona FC, que negocia su venta a City  Football Group (CFG) de forma que pueda ofrecer un itinerario deportivo similar al que tendrían en el Barça. Para ello, el club catalán, que debutará este año en la Liga Santander, ha tenido que reestructurar toda su política formativa en apenas dos años, doblando el presupuesto, hasta el millón de euros, buscando un filial como el CF Peralada, al que ha ayudado a pagar los 133.000 euros para jugar en Segunda B.

 

De ahí que el caso gerundense pueda acabar convirtiéndose en un paradigma de los dos modelos que imperan en el fútbol europeo actual: formador y comprador. El riesgo, sin embargo, siempre será que, a diferencia de sus rivales, el poder de decisión sobre el futuro de los futbolistas necesarios para seguir en la élite no esté en Montilivi sino en el Etihad Stadium. Una disyuntiva, la de cuándo se decide dónde juega el talento, que también puede acabar dañando el gran valor de la cantera: el sentimiento de pertenencia que generan en el jugador, pero también en la afición.