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Fútbol y autonomías: qué perdería el Madrid en Valencia y qué ganaría el Barça en Madrid

El tramo autonómico del Irpf, con diferencias de hasta 8,5 puntos entre unas autonomías y otras, lastra la competitividad de clubes como Valencia CF o FC Barcelona y premia a entidades como el Real Madrid.

Christian De Angelis

1 feb 2021 - 05:00

Fútbol y autonomías: qué perdería el Madrid en Valencia y qué ganaría el Barça en Madrid

 

 

Para un club de fútbol (o de cualquier otro deporte profesional) no es lo mismo estar en Madrid, Barcelona, Bilbao o Alicante, y no sólo por aspectos como la masa crítica de aficionados a este deporte, el arraigo social de los equipos o el apoyo que puedan darle las administraciones públicas a los clubes. La creciente disparidad en los tipos impositivos, fundamentalmente los que gravan las rentas del trabajo, provoca un impacto millonario en las cuentas de los clubes por el hecho de estar en una u otra comunidad autónoma.

 

Las diferencias entre autonomías en los tipos máximos del tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (Irpf) llega a los 8,5 puntos, que en equipos con abultadísimas masas salariales puede llegar a generar diferencia de más de treinta millones de euros en los costes salariales. Tal y como ocurre con los regímenes fiscales de los diferentes países europeos, para un club no es lo mismo estar en Alcorcón (Comunidad de Madrid) o en Elche (Comunidad Valenciana): para un mismo salario neto para la plantilla deportiva, el diferente coste fiscal sería muy significativo.

 

Según los cálculos realizados para Palco23 por parte del despacho AGM Abogados, atendiendo a los gastos salariales de los dos mayores clubes españoles (Real Madrid y FC Barcelona) y un equipo modesto de Primera División (SD Eibar) en la temporada 2019-2020, los clubes de la Comunidad de Madrid son los más beneficiados por las diferencias en la fiscalidad entre autonomías.

 

Si una imaginaria movilidad de la sede social de FC Barcelona o Real Madrid a Roma generaría (gracias a su atractivo régimen fiscal para los futbolistas impatriados) menores costes fiscales por entorno a 40 millones de euros por club, trasladar el FC Barcelona a Madrid beneficiaría al club blaugrana con cerca de treinta millones de euros. Por el contrario, si el Real Madrid se desplazara su sede a Cataluña vería elevada su factura de Irpf en unos 18 millones de euros.

 

 

 

 

La razón de estas diferencias es que la comunidad madrileña, con un tipo marginal de Irpf de del 45,5%, es la que menos grava a las rentas altas. Si el tipo estatal máximo (para rentas de 300.000 euros en adelante) es del 24,5%, el tramo autonómico llega en este caso al 20%.

 

En el caso de Cataluña, en cambio, el tramo autonómico llega en 2021 al 25,5%, provocando que el tipo efectivo total sobre las rentas altas ascienda exactamente el 50% de la renta. País Vasco tiene un tipo impositivo intermedio, con un diferencial de 3,5 puntos por encima de Madrid y un punto por debajo de Cataluña. Por su parte, el mayor gravamen se sitúa con diferencia en Comunidad Valenciana, donde el Irpf a las rentas altas llega al 54%.

 

Las diferencias son tales entre Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana que una virtual movilidad del club blanco a Valencia generaría un impacto fiscal de cerca de 35 millones de euros, según las estimaciones de AGM Abogados, realizadas en base a la masa salarial total y por diferencias sobre los tipos máximos, es decir, llevando al extremo el impacto del diferencial impositivo. Trasladar el FC Barcelona a Castellón, Valencia o Alicante tampoco saldría gratis para el club catalán, con un potencial impacto fiscal de cerca de 27 millones de euros.

 

Aunque las cifras más abultadas sobre el impacto de esta disparidad fiscal corresponden a los grandes clubes, la imaginaria movilidad geográfica de las sedes sociales de los equipos (algo normalizado, por ejemplo, con las franquicias de la NBA) también afectaría de forma muy determinante a los clubes más modestos.

 

En el caso de la SD Eibar, por ejemplo, trasladarse a Madrid generaría un potencial ahorro en términos fiscales de algo más de un millón de euros, mientras que ir a la Comunidad Valenciana generaría un coste adicional (siempre y cuando mantuviera los salarios de sus deportistas) de más de 1,5 millones de euros.

 

 

 

 

Jordi Rovira, director general de AGM Abogados, señala que, aunque existe “la idea” de que un régimen fiscal puede considerarse confiscatorio cuando supera el 50% de los ingresos (tal y como ocurre en la Comunidad Valenciana, no existe una verdadera limitación legal a que se supere este porcentaje. El resultado, su juicio, es que en España “hay en general un régimen de imposición fiscal importante por no decir duro” y que, además, ha ido en aumento.

 

Debate por los impuestos autonómicos

La ambición de armonización fiscal en Europa, que algunos economistas identifican como un reto esencial para el fortalecimiento del mercado común europeo y del propio euro, ha quedado olvidado por otros problemas más urgentes de la Unión Europea. Al mismo tiempo, en países como España expresiones como competencia, paraíso o dumping fiscal se han instalado en los últimos años en el debate político, a raíz de las diferencias que la autonomía fiscal acaba generando en los impuestos que ciudadanos y empresas pagan en los diferentes territorios.

 

LaLiga ha puesto el foco en numerosas ocasiones en el impacto que tiene para España una fiscalidad para la atracción de talento que, en definitiva, es hoy menos competitiva en comparación con otras ligas europeas. En cambio, la patronal española del fútbol ha evitado siempre el espinoso asunto de analizar la disparidad de condiciones que se produce muy claramente en los diferentes equipos que disputan sus competiciones en una clara desigualdad de condiciones por el diferente régimen fiscal entre autonomías.

 

La solución podría llegar desde el lado de la política, aunque no se antoja ni mucho a corto plazo. La ambición del Gobierno de Pedro Sánchez para avanzar hacia una mayor “armonización fiscal” entre autonomías para acabar con el “problema” de la desigualdad entre territorios genera una airada respuesta de presidentes autonómicos como Isabel Díaz Ayuso. “Hay declaraciones de presidentes autonómicos del PP que son conscientes de que tenemos problemas en nuestro sistema fiscal; si hablan con dirigentes del PP les dirán que hay que resolver el problema de armonización fiscal”, dijo Sánchez el pasado noviembre.