El RCD Espanyol cierra la transición y prescinde de su consejero delegado

El RCD Espanyol pone fin a la etapa de transición en la propiedad, y con ello el papel de su primer ejecutivo, Ramon Robert. El club, controlado desde 2016 por el empresario chino Chen Yansheng, ha decidido finalizar el contrato del hasta ahora consejero delegado, pese a que el presidente aseguró en diciembre que se le había renovado el mandato por cinco años más.

El consejo de administración ha informado que no tiene previsto nombrar a un sustituto para Robert en el consejo de administración, así como tampoco revalidar su figura. En su lugar, se apostará por un director general corporativo con el mismo rango en el oganigrama que Óscar Perarnau, director deportivo. Las decisiones últimas recaerán en la comisión ejecutiva, creada en mayo para agilizar la gestión.

La elección del nuevo primer ejecutivo del área corporativa está prevista para febrero, por lo que las actuales funciones de Robert serán asumidas de forma temporal por la propia comisión ejecutiva y por los distintos profesionales de la entidad que forman parte del comité de dirección.

El Espanyol prescindirá de la figura del consejero delegado y optará por una bicefalia en la dirección general, una corporativa y otra deportiva

Según ha comentado el club en un comunicado, “el consejo de administración se muestra convencido de que esta serie de cambios reforzarán y consolidarán la consecución de los objetivos fijados por el presidente Chen Yansheng”. Fuentes próximas al club añaden que, de alguna forma, se da por cerrada la etapa de transición que se inició con la salida del accionariado del expresidente Daniel Sánchez Llibre y el resto de grandes accionistas.

Cabe recordar que Robert estuvo presente en los órganos de dirección y de representación del club desde su llegada como consejero en 2012. Posteriormente, desarrolló tareas profesionales como director de control de gestión y, en esta última etapa, como consejero delegado y director general.

En este periodo, el Espanyol ha conseguido regatear todos los problemas financieros y amarrar su rentabilidad tras varios años en negativo. Con la llegada de Rastar Group, además, se ha logrado cancelar una parte importante de la deuda, poner fin a los compromisos aplazados con la Agencia Tributaria y liquidar una larga lista de litigios por morosidad.

La temporada 2016-2017 se cerró con un beneficio de 6,56 millones de euros, y la previsión para el ejercicio en curso es mantenerse en la senda de las ganancias. El plan estratégico contempla mantener esta línea y alcanzar una facturación de 125 millones de euros en 2020, pese a que el club ha admitido que las restricciones de China a la inversión supondrán una ralentización de ese plan de negocio.