Entorno

Más competitivos, más pragmáticos y menos soñadores: así son los ‘postmillennials’

La generación nacida después del año 2000 ha vivido una época gris, lo que ha rebajado sus pretensiones de vida por la pérdida de la ilusión.

Más competitivos, más pragmáticos y menos soñadores: así son los ‘postmillennials’
Más competitivos, más pragmáticos y menos soñadores: así son los ‘postmillennials’

Guillermo G. Recio

24 abr 2018 - 04:57

“Son hiperconscientes y tienden a un aumento de la ansiedad; se centran en el futuro seguro y les falta voluntad para soñar”

 

 

Generación tras generación, la evolución del ser humano ha ido en el último siglo de forma ascendente en perspectivas y con un rumbo claro hacia el progreso. Sin embargo, con la entrada en el nuevo milenio, el mundo ha sufrido considerablemente los efectos negativos del crecimiento del planeta. Por este motivo, los nacidos después de ese momento, conocidos ya como postmillennials responden a conceptos e impulsos diferentes a los hasta ahora conocidos.

 

Si una palabra puede definir a los actuales menores de 20 años es el pesimismo, según un estudio de M&CSaatchi, que analiza el comportamiento de este segmento de la población. Como parte de su ADN llevan la natividad digital, el sufrimiento de la mayor crisis económica de la historia después de la Gran Depresión y el crecimiento en un mundo de terror que llegó después de los atentados del 11S en Nueva York.

 

Todas ellas son píldoras de una actitud que se basa en Internet, en la convulsión geopolítica y en la recesión global. La primera de ellas tiene algunas pequeñas consecuencias, como la importancia de las redes sociales y de la imagen personal y los mensajes y noticias rápidas, algo que están empezando a adaptar la mayoría de competiciones con vídeos cortos de sus deportes, por ejemplo.

 

Por otro lado, la influencia geopolítica, conducida por el terrorismo, el cambio climático y una amenaza constante de una guerra nuclear, han desarrollado una apatía política significativa. Sin embargo, la indiferencia por los partidos políticos, también aupado por la corrupción y las malas prácticas, no se traduce en que no se tengan en cuenta el impulso del Día de la Mujer o algunos movimientos relacionados con los derechos humanos.

 

 

 

 

Además, la recesión económica ha dejado a este grupo de jóvenes con un futuro desolador, con un escenario donde el precio de la vivienda es cada vez más alto, la edad de jubilación se va retrasando y el riesgo no cobrar una pensión aumenta año tras año. Por este motivo, los postmillennials ya no ven como un camino seguro el ir a la escuela, a la universidad y, posteriormente, encontrar un trabajo estable.

 

Con todos estos imputs, las consecuencias son claras y preocupantes, ya que estos chicos y chicas sólo ven salida a su futuro si son los primeros de algo en concreto, es decir, que se convierten en más competitivos. También son más pragmáticos en todo lo que envuelve al crecimiento personal, como lo es la educación, y sus sueños son más pequeños, porque en vez de pensar en grandes mansiones y coches de lujo sus pretensiones se quedan en conseguir una vivienda digna y un trabajo sólido.

 

“Mientras que a menudo se piensa que los llamados millennials sufren de una inocencia perdida, en el sentido de que se les prometió tanto y sólo han conseguido una recesión global, unos costes en aumento y menos empleos, los postmillennials pueden verse como los nunca inocentes”, porque “son hiperconscientes y tienden a un aumento de la ansiedad; se centran en el futuro seguro, sin riesgos, y les falta voluntad para soñar en grande”, explica la compañía.

 

¿Qué pueden ofrecer las empresas para devolver la ilusión a este grupo? “Decirles que el error es posible, que todo puede ocurrir, que no es necesario saber qué se quiere ser de mayor a los 16 años y que el mundo no está jodido”, explica el informe. Por tanto, el mundo empresarial les puede dar principalmente una nueva forma de individualismo, basado en el autoempleo y el renacer en del emprendimiento.