Competiciones

Del Fan Fest al Kremlin: la experiencia de un aficionado en el Mundial

Viajar a Rusia 2018 no es sencillo para ningún aficionado. En el viaje se experimenta la barrera del idioma, precios inflados en los traslados, restaurantes y Fan Fest llenos, pero especialmente una experiencia multicultural. La reventa de entradas se disparó hasta diez veces sobre el precio oficial.

Ignacio Viruega

27 jun 2018 - 14:00

Fan Fest Moscú

 

 

La experiencia del fan en la Copa del Mundo es intensa. Palco23 experimentó en Moscú y San Petersburgo, dos sedes del Mundial, cómo se vive durante el torneo de fútbol más importante. El evento organizado por la Fifa atrajo a Rusia una diversidad cultural impactante alterando precios y adaptando, desde sus calles y costumbres, hasta el transporte público a visitantes que han buscado respirar fútbol a cada paso. Rusia se abrió al mundo con el balón en sus pies.

 

Al aterrizar en tierra moscovita se nos presenta la primera barrera, el idioma. Son pocos los ciudadanos rusos que hablan inglés, por contrario, insisten en dar indicaciones en su propia lengua a los recién llegados. Si tu llegada al Aeropuerto de Dodomedovo ocurre en plena madrugada, el traslado en taxi hacia la ciudad es la única opción, ya que por esas horas ni el tren ni el autobús están disponibles. Aquí llega el primer gran negocio. Ante la demanda, la tarifa del taxi se eleva a 70 euros cuando normalmente ronda los 10 euros. La primera preocupación de los aficionados es la comunicación. En el mismo aeropuerto, las empresas de telefonía móvil han montado stands de venta. El precio promedio de una tarjeta sim mensual es de 27 euros y en la ciudad se consigue a sólo 13 euros.

 

El Mundial es una oportunidad única para combinar futbol y turismo, y Moscú es una ciudad para conocer. La cantidad de visitantes dificultan el acceso a las mayores atracciones. La calle peatonal Nikolskaya, que desemboca en la Plaza Roja, es el primer sitio donde se siente el clima del mayor torneo de fútbol. Gran cantidad de aficionados latinoamericanos encuentran allí. Peruanos, mejicanos, colombianos y argentinos aportan su pasión, y sumado a la buena predisposición de los fans rusos, transforman el sitio en las gradas de un estadio en plena calle. Esta gran concurrencia tiene su efecto. Los bares, restaurantes y locales de comida rápida se ven sobrepasados en su capacidad, lo que afecta en la calidad del servicio. También los buses turísticos como los paseos en barco, en ambas ciudades, reflejan una gran demanda con precios desde 15 euros a 20 euros.

 

 

 

 

Utilizar el metro es la mejor opción para movilizarse en una ciudad tan grande como es Moscú, que tiene 12 millones de habitantes. El coste del viaje individual es de 0,50 euros y cuenta con la colaboración de voluntarios de la Fifa que señalizan el camino a seguir hacia los estadios o hacia el Fan Fest. Ni siquiera bajo tierra se deja de vivir el Mundial, ya que dentro de los vagones te encuentras con la transmisión de los partidos en directo. Desde el centro de la ciudad son ocho las estaciones que deberás viajar si te diriges al Fan Fest, pero una vez que llegamos a la estación Universidad hay que cubrir varios kilómetros a pie.

 

El Fan Fest de la ciudad de Moscú esta ubicado en Vorobyovy Gory, a orillas del río Moscova. Pese a su capacidad para 25.000 personas, el espacio ha estado lleno y ha cerrado sus puertas durante el partido inaugural del Mundial entre Rusia y Arabia Saudita. Las autoridades han tomado una decisión que también se repitió en San Petersburgo cuando el país local ha enfrentado a Egipto. Esta determinación ha generado incidentes menores por parte de algunos aficionados que han intentado ingresar por sus medios sorteando los controles de seguridad. Algo ha quedado claro, los fans de la selección local viven su Mundial con la misma expectativa que cualquier otro.

 

Dentro del recinto, los patrocinadores ofrecen al fan diferentes experiencias como acertar los resultados de los partidos de la jornada a cambio de premios, espacios para juegos infantiles, tomarte una foto con tu rival de turno, un mini campo de fútbol en el que hay que jugar con botas y balón gigantes hasta una tienda con todo el merchandising oficial de la Fifa. El ambiente festivo y la diversidad cultural logran un ambiente único. La pantalla principal ofrece un paisaje a la imponente Universidad Estatal de Lomonósov. Las otras cuatro pantallas gigantes garantizan la experiencia y aseguran comodidad y calidad de imagen.

 

La mayor deficiencia la otorgan los stands de alimentos y bebidas, pues los precios son un poco más caros que en la ciudad y hay esperas de media hora para ser atendido. El ingreso gratuito al Fan Fest se compensa con el precio de las cervezas y hamburguesas, 4 euros y 5 euros cada una. Por otro lado, la organización no ha contemplado menús alternativos para vegetarianos, diabéticos o celíacos y el ingreso con alimentos o bebidas al recinto no esta permitido.

 

Por su parte, la reventa de entradas ha estado presente tanto en el centro de la ciudad como en las Fan Fest, ya que se observan fans con carteles ofreciendo entradas para diferentes partidos. Durante el partido de Argentina e Islandia las ofertas subieron hasta diez veces el precio oficial. Una entrada categoría 2 o 3 se ha ofrecido entre los 500 dólares y 1000 dólares. El motivo de ver a Lionel Messi en una Copa del Mundo afecta considerablemente el valor.

 

En San Petersburgo, el predio dedicado a los aficionados esta mejor ubicado. Con una capacidad para 15.000 espectadores en la Plaza de Konyushennaya en pleno corazón del centro histórico de la ciudad, junto a dos de los lugares mas visitados, la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada y el Museo Hermitage. En esta ciudad, la oferta gastronómica es más variada. La ciudad esta mas acostumbrada a recibir turismo y se percibe una mayor predisposición a hablar inglés por parte de los rusos. Ha resultado se una localidad que acoge mejor al Mundial de fútbol.