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¿Qué ha sacrificado Red Bull para tener dos clubs en Champions League?

Un informe de la Uefa revela que el mayor sacrificio lo asume el Salzburg, renunciando a ingresos por patrocinio, un coste mayor por su estadio y menos ventajas en el acceso a financiación de su máximo accionista.

M.Menchén

4 ago 2017 - 05:00

El Red Bull Salzburg se ha llevado la peor parte en la negociación que el fabricante de bebidas energéticas mantuvo entre mayo y junio con la Uefa, reacia en un principio a permitir que este club y el RB Leipzig de la Bundesliga, también bajo la órbita de la marca de gran consumo, compitieran en la próxima edición de la Champions League. En concreto, según documentación a la que ha accedido Palco23, el equipo austríaco deberá renunciar a una parte importante de sus ingresos.

 

El informe del órgano de control financiero (Cfcb, por sus siglas en inglés) de la Uefa constata que la participación accionarial no podía tomarse como un elemento definitivo para decidir la exclusión de uno de los dos equipos. En su opinión, “no existe un nivel de participación definido en el que se produzca una influencia decisiva” y, “en función de las circunstancias (incluida la dimensión de otras participaciones y la existencia de derechos de veto y otros poderes otorgados a los accionistas), la adquisición de una participación minoritaria puede conferir la posibilidad de ejercer una influencia decisiva”.

 

Por ello, más que el peso accionarial, la asociación presidida por Aleksander Ceferin ha obligado a introducir cambios en la gestión, en la asamblea de socios y en la financiación del club austríaco, que es el que Red Bull ha preferido debilitar ante las mayores posibilidades del RB Leipzig de la Bundesliga. También debido a que la liga austríaca es mucho menos competitiva, y sólo con los ingresos que obtiene de la Champions League el Salzburg ya puede competir con garantías frente a sus rivales.

 

La multinacional ha rescindido las líneas de crédito en condiciones ventajosas que ofrecía al primer club de fútbol que adquirió en 2005. Además, también ha rebajado las aportaciones económicas que realizaba a este equipo en concepto de patrocinio y se ha visto obligada a renunciar a determinados activos publicitarios. Se desconoce el impacto de esta medida en el presupuesto.

 

En este sentido, si bien mantendrá los naming rights del equipo, se ha impuesto negociar con Nike para que, en lugar del logo de Red Bull en el frontal de la camiseta, sólo aparezca su nombre. También se ha decidido que, a diferencia de las campañas anteriores, la publicidad en la trasera pase a estar bajo los dorsales y con otra promoción que no sea su marca, ya que hasta ahora figuraba en la parte reservada habitualmente para el nombre del jugador.

 

Las concesiones de Red Bull también han supuesto poner fin al acuerdo de colaboración entre los dos clubes, que facilitaban la cesión de jóvenes futbolistas, revisar el contrato de alquiler del estadio y, sobre todo, reformar profundamente las normas que establecían el funcionamiento de la junta de accionistas y la toma de decisiones.

 

Cuando Red Bull compró en 2005 el 100% de Salzburg Sport AG, modificó los estatutos del club para asegurarse la libertad en la toma de decisiones. ¿Cómo? Otorgándose la exclusividad de decidir los nombramientos del consejo de administración, sin necesidad de ratificarlos en la asamblea de socios. Ahora, en cambio, la compañía ha dejado de estar presente en la asamblea, que desde hace unos meses es la propietaria de la mercantil que el Gobierno de Austria obligó a crear a todos los clubes para que traspasaran allí sus operaciones futbolísticas.

 

Tras todos estos cambios, el Cfcb considera que “Red Bull no tiene Influencia decisiva sobre el FC Salzburg” y que ahora ya “se asemeja sólo a una relación de patrocinio estándar”. Ello, sin analizar si en la asamblea de socios tiene una influencia real en la toma de decisiones, más allá de que se haya cesado de sus cargos a miembros de la asamblea que también ocupaban cargos en el fabricante de bebidas y en el RB Leipzig, que en cuatro años ha pasado del fútbol aficionado a la élite.

 

Tras este análisis, el equipo de trabajo encabezado por José Narciso da Cunha Rodrigues, que es quien firma el informe, considera que no hay motivos ni siquiera para analizar la estructura del RB Leipzig. Además, otro elemento que ha frenado una posible negativa es una posterior reclamación ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS, por sus siglas originales). “Negar el ingreso a una competición de la Uefa es claramente un resultado serio para cualquier club, financieramente y competitivamente”, admite la Cfcb.  Ahora serán los supervisores de integridad en el juego los que deban estar atentos de que no se buscan sinergias en los resultados si se produce un emparejamiento en la fase de grupos.