Entorno

Sánchez (Universidad Europea): “Años atrás el deporte femenino era salud; ahora también es profesional”

El doctor en ciencias del deporte por la Universidad de Castilla-La Mancha y profesor en la Universidad Europea (UE), Javier Sánchez, asegura que el tenis femenino debe servir de ejemplo para que el resto de disciplinas logren la igualdad de género.

P. López

6 sep 2018 - 04:57

Javier Sánchez: “El fútbol femenino es una disciplina de reciente creación; los primeros equipos se fundaron en los años 70”

 

 

El deporte femenino lleva años cosechando buena parte de los éxitos deportivos de España. En el último año, el número de federadas ha crecido un 13%; en la última década, un 35,4%. Cada vez hay más mujeres que practican deporte, federado o no, y el Gobierno se ha fijado aumentar la tasa penetración de la actividad física entre el público femenino. Mireia Belmonte, Garbiñe Muguruza y Alba Torrens son algunas de las deportivas de élite que se han convertido en referentes y, si hay una disciplina con un claro margen de mejora, esa es el fútbol. “Los equipos de fútbol femenino son de reciente creación y han evolucionado mucho, pero no lo suficiente”, advierte Javier Sánchez, doctor en ciencias del deporte por la Universidad de Castilla-La Mancha y profesor de gestión deportiva en la Universidad Europea.

 

El deporte ha sido históricamente un espacio reservado al público masculino, tanto en su práctica como en su gestión. ¿Todavía permanecen asentados los estereotipos de género que limitan y condicionan la participación de las mujeres en términos de equidad?

Lamentablemente sí. Aunque se ha evolucionado mucho en los últimos años, a día de hoy sigue habiendo una gran disparidad, especialmente en el fútbol femenino respecto al masculino. Sólo hay que echar un vistazo atrás: en los años 70 se empiezan a crear los primeros equipos femeninos, lo que indica que es un área de reciente creación que, si bien en los últimos cuarenta años ha evolucionado, no es el tiempo suficiente como para equipararse al deporte masculino.

 

Las deportistas llevan años logrando triunfos. ¿Estos éxitos están fomentando la reflexión sobre la dimensión social y cultural del deporte femenino?

Sí, esa es la principal razón para que se esté empezando a apostar más por el deporte femenino. Para darle mayor repercusión tiene que haber entes públicos y privados que lo apoyen. Las empresas buscan el mayor retorno posible en su inversión en patrocinio, de ahí que los éxitos que estén teniendo las selecciones españolas de fútbol femenino, como los europeos sub-17 y sub19, o el subcampeonato del mundo sub-20, ayuden a fomentar la reflexión de que el deporte también es femenino.

 

 

 

 

¿Se está fomentando el debate sobre cómo promocionarlo más y profesionalizarlo?

Sí, y prueba de ello es que por primera vez en la historia se están empezando a asentar las bases para redactar un convenio colectivo en el futbol femenino. Las futbolistas no tienen unas condiciones estipuladas a las que puedan acogerse en caso de tener algún problema. Que tengan un convenio al que ampararse es una gran noticia porque a nivel mundial la mayor parte de deporte femenino no cuenta con un convenio de este tipo que regule la situación de las jugadoras al nivel que se está planteando en España. Hablamos de poder reclamar una serie de exigencias comunes, como puede ser una cobertura total en caso de lesión, fondo de garantía salarial, derechos de imagen y, sobre todo, también establecer un mínimo salarial y una regulación de la Seguridad Social.

 

¿Se recogerá en ese convenio el derecho a ser madre sin que eso afecte a la estabilidad laboral de las jugadoras?

Que se incluya es algo de vital importancia, porque en la actualidad la protección de las jugadoras en caso de embarazo brilla por su ausencia. Estamos acostumbrados a ver cláusulas en los contratos de las futbolistas en los que se estipula que, en caso de quedarse embarazadas, la entidad puede rescindir su contrato de manera inmediata. Estas cláusulas provocan que sea imposible que las jugadoras puedan conciliar la vida familiar con el deporte.

 

¿Se podría plantear un convenio marco que diera cobertura a todas las deportistas, independientemente de la disciplina que practiquen?

Un convenio común sería complicado, porque cada modalidad es distinta y tiene una cobertura distinta. Se podría establecer un convenio genérico para que todos los deportes se puedan vincular a esas pautas generales, pero creo que cada disciplina debería tener un convenio ajustado a su deporte.

 

Para que una mujer alcance los mismos niveles de reconocimiento que tienen los hombres en el deporte, ¿se les exige mucho más?

Sí que es cierto que a día de hoy es complicado que obtenga, a nivel de repercusión, los mismos estándares que un deportista masculino. Se han hecho muchos avances. La Fifa ahora entrega también el premio a las mejoras jugadoras del mundo, y lo hace el mismo día que entrega el galardón al mejor futbolista. Ahora puede parecer normal y coherente, pero antes no se hacía. En España, cada vez es más posible ser jugadora profesional aquí. La situación que vivió Vero Boquete, que se vio obligada a marcharse a Estados Unidos, Alemania o Francia porque aquí era imposible ejercer como futbolista profesional, ya no se da al mismo nivel que antes.

 

 

 

 

 

Clubes como el FC Barcelona, el Atlético de Madrid y el Levante UD han permitido que el fútbol profesional en España sea una realidad, gracias también al apoyo de las secciones masculinas…

El fútbol masculino en España genera mucho negocio y estas iniciativas ayudan a profesionalizar el femenino. Es una palanca muy importante por los recursos y la visibilidad que generan.

 

Los equipos femeninos que no cuentan con el masculino como pilar económico disponen de menos presupuesto. ¿Hay desigualdad dentro del fútbol femenino?

Sí, y es una desigualdad que genera mayor impacto que la brecha presupuestaria que hay en LaLiga Santander, con un mínimo salarial de 150.000 euros, o en Segunda División, donde el mínimo está en 77.000 euros. En estas categorías, el jugador que menos cobra puede vivir el fútbol, pero en el femenino no, a excepción del Barça, el Atleti o el Levante. En el resto de equipos, las jugadoras deben compaginar su vida deportiva con la laboral. Para que esto cambie, deben tener mayor visibilidad.

 

¿LaLiga está ayudando en este sentido?

Está siendo fundamental, es la que más está contribuyendo a la profesionalización porque cede parte de sus ingresos al fomento de deportes con escasa repercusión, incluido el fútbol femenino. LaLiga está contribuyendo a estimular la venta de derechos audiovisuales. Es algo de vital importancia porque permite ver fútbol femenino en abierto, lo que ayuda a que la gente se enganche, a que los patrocinadores tengan más visibilidad.

 

¿Qué más debe ocurrir para que gocen de mayor reconocimiento y cobertura mediática?

Al final es un esfuerzo de todos. Son muchas las variables. Más allá del rol que juega LaLiga, los éxitos que se han logrado en el futbol femenino internacional han ubicado estas disciplinas en un estatus mayor, en una posición que puede ayudar a atraer patrocinadores.

 

 

 

 

En España, solo dos federaciones nacionales tienen a una mujer como presidenta. ¿A qué factores responde que la mujer no esté tan presente como el hombre en las estructuras que rigen el deporte y en los órganos de gobierno y de responsabilidad?

Es un problema que viene de largo, que afecta también a otros sectores y que no hemos sabido resolver con la celeridad que requería. Es necesario que los organismos públicos, que son los que pueden establecer determinadas normativas, se esfuercen en que haya más paridad. Es cierto que la disparidad es muy grande, pero ha evolucionado. Ahora, la mayor responsable del deporte en España es María José Rienda. Otro ejemplo es la Fifa, que está ayudando, a través de un programa de liderazgo femenino, para que las mujeres ocupen un especio relevante en los órganos de poder de organizaciones de fútbol.

 

Instituciones como el COI y el COE han creado comisiones de mujer y deporte. El Gobierno, a través del CSD, lleva desde 2006 trabajando en el Programa de Mujer y Deporte. ¿Qué considera que debe hacer la Administración para impulsar el reconocimiento de las deportistas?

Es complicado, pero al final tenemos que mirar las buenas prácticas que se han hecho en el deporte, también masculino, para asumir niveles de paridad. Si LaLiga es la segunda competición de fútbol más seguida, hay que replicar estrategias. Hay que tirar adelante una ley de mecenazgo con un apartado para el deporte femenino que ayude a que las empresas del sector privado apoyen a deporte femenino.

 

El tenis, donde los premios económicos para jugadores y jugadoras son idénticos, es probablemente el paradigma de equidad en el deporte. ¿Por qué?

Porque los torneos se organizan de manera privada y las gestoras tienen claro que cuantos más partidos juegan, más horas de retransmisión y, por ende, más pueden ingresar por derechos televisivos. Todo ello implica que las gestoras reconozcan el tenis masculino del mismo modo que el femenino, e incluso se han creado torneos mixtos. Otro punto de vital importancia es que los torneos femeninos y masculinos se celebran a la vez, en los mismos recintos, y alternando los partidos de jugadores y jugadoras, de modo que los aficionados que compran el abono diario pueden disfrutar de todos los encuentros de esa jornada. En el fútbol es más complicado que esto ocurra por el formato de competición, pero sí que se puede generar algo. Creo que el tenis podría servir de inspiración y para dar ideas que ayuden a lograr la igualdad de género en otras disciplinas.

 

 

 

 

¿Hay algún otro ejemplo de disciplina que lo esté intentando?

Desde la federación española de fútbol y LaLiga se está intentando que todos los clubes de Primera División tengan equipo masculino y femenino, y hacer que ese sentimiento de pertenencia a un club que tiene un socio o fan genere seguimiento en la modalidad femenina.

 

¿Qué barreras deportivas se encuentra la mujer hoy día? ¿Qué otras barreras se encontraban hace años y ya están erradicadas?

Antes era impensable que un equipo de fútbol femenino hiciera una gira con el equipo masculino, que es lo que hemos visto con el FC Barcelona. Además, el club ha firmado un acuerdo histórico con la marca Stanley que, aunque no han trascendido las cifras, generará unos ingresos que ningún otro equipo ha conseguido antes. Por otro lado, antes era inviable que se llegara a crear el nivel de profesionalización que tiene la Liga Iberdrola en la actualidad. Años atrás el deporte femenino era salud, y ahora también es profesional. Fuera del fútbol tenemos a Carolina Marín, que genera ingresos muy elevados porque es muy seguido en Asia, donde los premios son elevados. Que haya una mujer presidenta de un club o directora general, como Patricia Rodríguez en la SD Eibar, era imposible, y a día de hoy se ha superado ese techo de cristal. Antes también era impensable plantear un convenio colectivo, y hoy se están dando los primeros pasos adelante para que las futbolistas puedan regular su situación.