Clubes

El Girona FC, en busca de una ciudad deportiva tras captar 7 millones en dos años

Marc Menchén

7 abr 2017 - 05:00

El Girona FC se ha quedado a las puertas del ascenso en las últimas dos temporadas, y este año va en camino de por fin conseguirlo de forma directa. El club anda segundo en la clasificación, con seis puntos de ventaja sobre el Tenerife, y la consciencia de que, con los importantes paracaídas económicos que ofrece La Liga a los descendidos, la opción de subir podría complicarse más adelante si no se logra ahora. Ello, tras una reestructuración récord y un cambio en el accionariado. “Llegamos tras el concurso de acreedores, cuando no se podía gastar nada”, recuerda Ignacio Mas-Bagà, presidente ejecutivo del club, en una entrevista con Palco23.

 

Una situación que Jean-Louis Dutaret y Samir Boudjemaa, máximos accionistas desde mediados de 2015, han querido remediar con una importante inversión económica. Ya en el verano de 2016 decidieron capitalizar un préstamo de 3,8 millones de euros, y en diciembre pusieron en marcha una ampliación de capital de 3,569 millones de euros. De estos, más de 3 millones están asegurados por TVSE Futbol, que controla el 88,5% del capital y considera que estos fondos son necesarios para seguir construyendo el modelo de club que tienen en mente.

 

 

Girona FC Ignasi Mas Baga Director General 650
Ignacio Mas-Bagà, presidente ejecutivo del Girona FC, esta semana en Montilivi.

 

 

La aportación de dinero llega después de dos primeros años de potenciar la estructura y definir la hoja de ruta, según explica Mas-Bagà, uno de los ejecutivos más jóvenes de La Liga con sólo 31 años. “Lo primero que hicimos fue establecer un organigrama eficiente y departamental, con énfasis en el área de comunicación y marketing”, apunta. También ensalza la figura del director deportivo, Quique Cárcel, que desde 2014 se encarga de definir la metodología y los sistemas de formación y scouting. “Es importante que los dos estamos muy alineados, ya que nuestro proyecto es crecer poco a poco”, enfatiza, después de que en los últimos dos años hayan logrado acumular un beneficio neto de 1,35 millones.

 

Muestra de ello es que, pese a la importante mejora de los ingresos por el nuevo contrato audiovisual y la entrada de un nuevo accionista, la inversión en fichajes no se ha disparado y el volumen de las amortizaciones ha crecido a un ritmo inferior al de la facturación: menos de 580.000 euros las dos últimas campañas y unos 633.000 euros previstos este año. A ello ayuda la buena relación con grandes clubs como el Manchester City, que han visto en el Girona FC un buen lugar al que ceder jóvenes jugadores que necesitan minutos en un torneo más competitivo que las competiciones de filiales de Reino Unido. Por ejemplo, este invierno llegó el citizen Pablo Maffeo, y el año pasado contaron con Lejeune, que eclosionó y este año ya fichó por la SD Eibar.

 

No obstante, Mas-Bagà y la propiedad asumen la importancia de potenciar el fútbol formativo para generar talento interno, aumentar aún más la identificación con la ciudad y no depender tanto del mercado de fichajes. "Los que trabajamos en el día a día debemos evitar que esa conexión con la afición y el tejido local no se pierda", reflexiona sobre el papel que debe tener un inversor extranjero cuando adquiere un club de fútbol y la importancia del fútbol base en ese deber.

 

El ejecutivo asegura que han multiplicado por cinco el presupuesto del fútbol base, que ya supera el millón de euros al año; entre jugadores y técnicos, se trata de un colectivo formado por 450 personas. En paralelo, en junio de 2016 se firmó un convenio de afiliación con el CF Peralada, por el que asumieron el control de la dirección deportiva y los fichajes. “Necesitamos que el salto al primer equipo no sea tan grande”, defiende, sobre el vínculo con este equipo, que milita en Tercera División.

 

Un crecimiento que ahora les exige también plantearse la construcción de una ciudad deportiva propia, que también les haga más atractivo a la hora de igualar las ofertas que sus chicos puedan recibir de rivales de la élite del fútbol español. “Debemos ofrecerles un proyecto deportivo con un recorrido más corto para llegar arriba; aquí la proyección del futbolista es más tangible”, apunta, sobre un objetivo que discurre en paralelo a la búsqueda de unos terrenos sobre los que levantar unas nuevas instalaciones, ya que actualmente la falta de infraestructuras en la ciudad les obliga a utilizar hasta tres campos de fútbol distintos durante la semana. “También es un reflejo de la humildad del vestuario”, valora el máximo dirigente.

 

 

Aunque no sin dificultades por la falta de terrenos óptimos, la dirección ha iniciado la búsqueda de una parcela de 150.000 metros cuadrados en Girona y los municipios que la rodean. “Es un proyecto que entre recalificaciones de terrenos y demás trámites puede irse a los tres años”, estima Mas-Bagà, para argumentar que sí pueda ser algo más inmediata una solución para el primer equipo.

 

El club, con unos ingresos que este año rondarán los 9,5 millones de euros, también está en conversaciones con el consistorio para firmar un convenio que les permita disponer del estadio municipal de Montilivi por un periodo de cincuenta años. “Ahora es muy limitado y eso frena la inversión”, argumenta, sobre un convenio, el firmado en 2013, que sólo era por cinco años. Ahora bien, Mas-Bagà piensa más en que se le pueda dar un uso a la instalación más allá de la celebración de los partidos cada quince días y la celebración de encuentros. “Queremos que el club entre en la oferta cultural de Girona”, explica.

 

El ejecutivo sustenta con datos que no tendría mucho sentido plantearse una gran ampliación del aforo, que actualmente se sitúa en 9.286 espectadores. “Toda ampliación que nos podamos plantear pasa por gradas temporales. Primero tienes que ver qué haces en una nueva categoría para hacer algo permanente, porque lo que no podemos permitirnos es sobredimensionar las estructuras y las inversiones”, advierte.

 

El Girona ronda los 7.000 abonados, y uno de sus principales desafíos es hacer que toda la provincia se identifique con ellos y evitar quedar relegados a un segundo plano por la capacidad de seducción del FC Barcelona, que cada fin de semana lograda que decenas de autocares lleguen al Camp Nou desde todos los rincones de Cataluña. “Se ha construido una imagen de club familiar, en la que los niños pueden ver de cerca a los jugadores; antes era impensable ver a los pequeños con la camiseta del Girona FC por la calle”, considera Mas-Bagà.

 

Una mejora de la percepción de marca a la que ha ayudado la buena trayectoria de los últimos años, pero también el trabajo que intentan hacer a nivel de comunicación, con los jugadores participando en vídeos para las redes sociales. “También hacemos campañas a pie de calle para estar cerca de los ciudadanos”, comenta. Un trabajo que les ha permitido acumular más de 127.000 seguidores en Twitter y 52.000 fans en Facebook, lo que aumenta la capacidad de interacción con los seguidores, pero también genera oportunidades comerciales.

 

El club viste actualmente Kappa y tiene al fabricante de ascensores Citylift como patrocinador principal. Algunas alianzas podrían cambiar de cara al próximo curso, ya que admite que todo está muy supeditado a lo que suceda sobre el césped, ya que el esfuerzo económico que debe hacer una marca en Primera es mayor que el de Segunda. “No a todas las marcas les puedes pedir dos escenarios, pero no queremos cerrar la puerta a las empresas que nos han estado ayudando desde Tercera División”, recalca Mas-Bagà. Por ello, están trabajando para que, en función de los presupuestos, puedan encontrarse activos satisfactorios. Un problema que, a buen seguro, será más llevadero si finalmente logra el ascenso a la élite del fútbol español.