El dueño del Atlético Baleares inyecta 8,1 millones en el club en su asalto a LaLiga

El RCD Mallorca es el equipo más conocido de Palma, pero no es el único que ha seducido al capital extranjero ni el que tiene la exclusiva de las grandes inyecciones de capital. A apenas siete kilómetros de Son Moix está el Estadio Balear, sede de un Atlético Baleares que en las próximas semanas recibirá una inyección de 8,1 millones de euros, según confirman fuentes de la entidad a Palco23. Los fondos serán aportados por el máximo accionista, Ingo Volckmann, que se hizo con la propiedad en 2014 y ahora pasará a controlar casi el 100% del capital.

El objetivo de esta operación es compensar las pérdidas de ejercicios anteriores, así como disponer de los recursos necesarios para afrontar la remodelación de las instalaciones deportivas. “Tenía una serie de problemas estructurales graves y la reconstrucción los está subsanando”, explica Antonio Diéguez, abogado del club. El recinto tiene capacidad para 6.000 espectadores, un aforo que se mantendrá. El coste de las obras oscilará entre dos millones y tres millones de euros.

Este dinero llegará después de ejecutar lo que se conoce como operación acordeón, por la que el capital social se reducirá de 4,045 millones de euros a cero euros, para después ampliarlo a 1.213.500 euros. Además, la ampliación de capital incluye una prima de emisión por otros 6.876.500 euros. Y, en su práctica totalidad serán aportados por Volckmann, que se ha comprometido a que la suscripción de acciones sea del 100%.

Ingo Volckmann, máximo accionista del Atlético Balares desde 2014. /GuiemSports

Volckmann aportará 720.000 euros en metálico mediante compra de acciones, mientras que 4,218 millones de euros se compensarán con la capitalización de un “crédito vencido, líquido y exigible”. En paralelo, se abrirá otra ampliación de capital por otros 3,152 millones que se abrirá a todos los accionistas del equipo de fútbol, si bien Diéguez asume que el grueso del dinero lo aportará el actual presidente y máximo responsable de la entidad.

Diéguez constata que estas inyecciones de dinero son necesarias en categorías como Segunda División B si se quiere aspirar a entrar en LaLiga. “No hay ingresos ordinarios suficientes para poder sostener un equipo en esta categoría”, asume el club, que tiene en la casa de apuestas Betpoint a su patrocinador principal. Ahora bien, pese a que la ambición del empresario alemán es lograr algún día una plaza en la Liga 1|2|3, hoy su lucha es por evitar el descenso a Tercera División, salvación que estaría a dos puntos actualmente.

Pese a la crítica situación deportiva, Volckman acudió a Palma de Mallorca en marzo y aseguró que su compromiso con el equipo de fútbol es como mínimo hasta 2022. “Todos sabemos que es un año malo, el primer que no está contento soy yo. Tenemos una buena plantilla y a final de temporada buscaremos los culpables. Todos somos responsables”, señaló en rueda de prensa, después de una temporada, la 2016-2017, en la que sí lograron entrar en la promoción de ascenso a LaLiga.

Fundado en 1920, el Atlético Baleares ha sido el rival tradicional del Mallorca a nivel local. En 2012 se convirtió en sociedad anónima deportiva (SAD) y a los dos años presentó concurso de acreedores por las elevadas deudas que contrajo en una categoría que apenas genera ingresos para cubrir los costes de explotación. Fue entonces cuando Volckmann, empresario con negocios en Alemania y en la propia isla, salió al rescate de la entidad, como ahora. Desde entonces, su gran hito ha sido ganar la Copa Rfef en 2016, aunque su ambición sea ahora saltar a la élite del fútbol español.