Opinión
Un mar desconocido, una nueva carta de navegación

14 abr 2020
Ni he tenido, ni tengo entre mis objetivos predecir malos augurios, pero es más que evidente que las consecuencias de esta crisis sanitaria, y ya económica, nos van a afectar (más allá del mes que nos lleva afectando), a corto y medio plazo en el rendimiento de las compañías ubicadas dentro del sector del ejercicio físico y el bienestar. Y lo hará en la redefinición de las relaciones con nuestros clientes o en la oferta y servicios de centros de bienestar, gimnasios, espacios deportivos e instalaciones.
El volumen y variedad de consecuencias sociales y económicas, aunque no podemos definirlas con nitidez, si sabemos que son y serán aún de más alcance. Esta incuestionable realidad nos ha conducido a la necesidad de actuar con la mayor celeridad para prepararnos para lo que estamos viviendo y desarrollar de forma intuitiva los denominados planes de contingencia. Es posible que algunas empresas tuvieran preparados procedimientos y acciones agrupados con ese titulo, pero no es menos cierto que nunca con el contenido adecuado a lo que nos enfrentamos. En esta ocasión, por la situación de absoluto desconocimiento del origen, tratamiento y duración, tenderemos a una posición mucho mas reactiva.
Pero eso no será suficiente: la nueva realidad nos situará ante un escenario donde lucharemos por volver a la casilla de salida cuando ésta ya no existe. Y solo cuando aceptemos que no tenemos referencias y que estamos en un nuevo tablero con unas nuevas normas de juego, podremos diseñar un plan de acción para afrontar el proceso de la normalización de la actividad económica y social.
La nueva realidad nos situará ante un escenario donde lucharemos por volver a la casilla de salida cuando ésta ya no existe
Necesitábamos una nueva carta de navegación para afrontar esta dura travesía. Debería dibujarse con mucha creatividad, generosidad y humildad en la siguiente dirección: escenarios temporales de plazos de llegada a la tierra prometida de la nueva normalización; qué nuevos parámetros hacen falta de dotación de personal; recursos que deberíamos implantar y/o suprimir que faciliten una experiencia confortable y segura de nuestros clientes; nuevos indicadores que relacionen coste/ precio, y sin duda, una estructura presupuestaria con capacidad de adaptación a posibles cambios constantes.
Si somos capaces de trabajar en esa dirección, permaneciendo muy atentos a este muevo mar propenso a grandes y desconocidas tormentas, y sabiendo que tripulación y pasajeros tienen que observarse y aprender a transitar en este nuevo camino, tendremos opciones de alcanzar le nueva tierra prometida.

Alfonso Arroyo
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