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La CNMC advierte de la desaceleración del negocio de la TV de pago en España
29 ene 2018 - 04:57
La televisión de pago continúa creciendo en España, pero su ritmo de avance ya no es tan alto. “Su ritmo de crecimiento se ralentizó respecto a trimestres anteriores”, advierte la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc), sobre un negocio formado por 6.143.868 clientes al cierre del segundo trimestre de 2017. Un aspecto clave a las puertas de la próxima licitación de LaLiga, que espera ingresar un 30% más el mercado nacional y alcanzar los 1.300 millones de euros.
El parque de abonados creció un 4,7% interanual entre abril y junio del año pasado, pero el avance respecto al primer trimestre fue de sólo el 0,8%. ¿A qué responde esta situación? Según el ente regulador, a que “la televisión IP y la de cable sumaron en conjunto 400.000 abonados nuevos en el último año, en contraposición al descenso de 172.000 abonados registrado por la de satélite”. Es decir, que en muchos casos se ha producido una migración desde un tipo de servicio a otro, en línea con los nuevos formatos de consumo.
Los convencidos de que el negocio audiovisual tiene margen para crecer recuerdan la importancia que tiene el deporte en la decisión de los usuarios sobre a qué operador contratan. En este sentido, defienden que no sólo hay que medir los ingresos por la televisión de pago, sino la facturación conjunta que obtienen las telecos con sus paquetes convergentes. Una teoría que viene a confirmar el último informe de la Cnmc.
La televisión de pago vía IP ganó 400.000 abonados entre junio de 2016 y 2017, mientras que el satélite perdió 172.000 clientes
“Agrupar los servicios de telecomunicaciones en un único operador se consolida como tendencia”, indica el estudio, tras constatar que “en el segundo trimestre de 2017 se registraron 11,4 millones de paquetes convergentes con cuatro o más servicios, 1 millón más que hace un año”. Y uno de los más beneficiados ha sido Telefónica, que logró romper con seis trimestre consecutivos de fuga de clientes.
La compañía, que opera en el negocio audiovisual con Movistar+, creció un 1,3% y se reforzó en el liderazgo con 3,65 millones de usuarios. Aun así, está lejos de los 3,93 millones que tenía al cierre de 2015 tras la adquisición de Digital+, cuyos clientes de satélite son los que han ido desapareciendo desde entonces.
Vodafone continúa en segunda posición, aunque retrocedió un 0,2% en el segundo trimestre de 2017, hasta 1,31 millones de clientes. Le siguen Orange, con 528.932 abonados (+1,7%); Euskaltel, con 276.987 (+0,5%), y Telecable, con 123.645 miembros (+1,2%). Por último, el apartado en el que se recogen los nuevos servicios como Rakuten Tv, Netflix, HBO, Amazon Prime o beIN Connect, sufrió una caída del 2,2%, hasta 256.239 suscriptores.
Movistar+ ha renovado con la NBA y la F-1, reforzando su oferta deportiva a la espera de la próxima licitación de LaLiga
En cuanto a ingresos, Movistar+ lidera claramente el negocio de la televisión de pago, con un avance interanual del 10,4%, hasta 843,9 millones de euros en el primer semestre de 2017. Vodafone facturó un 31% más, con 113,6 millones, mientras que Orange disparó sus ventas un 61% y alcanzó los 39,9 millones de euros, posiblemente fruto del fin de las agresivas promociones que lanzaron al inicio. Lo mismo sucede con las plataformas OTT, que en el periodo analizado facturaron un 51% más y llegaron a 19,85 millones.
El grupo presidido por José María Alvárez-Pallete está realizando importantes movimientos para asegurarse este liderazgo. Prueba de ello ha sido la renovación del contrato con la Fórmula 1, cifrado en más de 65 millones de euros anuales y que, por primera vez, le asegura la exclusiva de todas las carreras, incluido el Gran Premio de España. También ha retenido la NBA, tiene un año más de contrato con MotoGP y antes del verano deberá decidir si continúa con la ACB.
Son derechos que sabe que puede tener en exclusiva, ya que Orange y Vodafone han renunciado a sublicenciar el motor y el resto de contenidos no está obligado a compartirlos con la competencia. Una baza a la hora de medir hasta qué punto puja fuerte en la próxima licitación de LaLiga, de la que actualmente posee El Partidazo y ofrece el resto de la jornada tras integrar beIN Sports en su oferta. Su gran rival volverá a ser Mediapro, que ya le arrebató la exclusiva de la Champions League para el ciclo 2018-2021 tras prometer 1.000 millones de euros por todo el periodo a la Uefa.