Media

Champions League: todos pendientes de Telefónica y sus cálculos de riesgo

El sector audiovisual asume que el actual sistema de reparto de los derechos de televisión sólo cambiará si el grupo de telecomunicaciones apuesta por concentrar todos los partidos en Movistar+.

M.M.A.

19 jun 2017 - 04:58

En menos de 24 horas se conocerá quién o quiénes serán los nuevos titulares de la Champions League en España. Que sea en singular o plural dependerá de lo que haga hoy Telefónica, la gran incógnita que planea sobre el proceso iniciado por la Uefa, que aspira a ingresar 200 millones de euros anuales en el país durante el próximo ciclo, como ya publicó Palco23.

 

Las fuentes consultadas por este diario indican que el grupo de telecomunicaciones está llevando con absoluto sigilo la elaboración de su propuesta, que es la única que supondría eliminar el partido en abierto por jornada que actualmente emiten Atresmedia y TV3. Ambos aspiran a retener su paquete actual de derechos, que ha estado compartiendo con Mediapro.

 

La compañía catalana jamás ha escondido que volverá a pujar por los derechos para mantener activo el canal beIN Sports, aunque se desconocen los términos económicos en los que se estaría moviendo su propuesta. Lo que sí indican en la industria es que, de los sondeos iniciales, la compañía sí estaría dispuesta a mantener parte de las emisiones en abierto y compartidas. Ya sea con estos dos canales, o con Mediaset y TVE, que al final podrían acabar entrando en liza.

 

 

Antes de entrar en negociaciones en España, la Uefa ha cerrado los contratos en sus mercados más importantes y, en todos ellos, ha demostrado que empieza a priorizar el trasvase de la oferta a canales de pago si eso se traduce en importantes plusvalías. En Reino Unido ha potenciado su alianza con BT Sport, en Francia se ha abrazo a SFR, en Alemania ha firmado con Sky Deutschland y DAZN, y en Italia con Sky, que se ha impuesto a Mediaset Premium. En todos ellos ha logrado el alza del 30% que esperaba para el ciclo 2018-2021.

 

Sin embargo, el dilema de Telefónica es el mismo que tiene siempre con los contenidos Premium: cómo rentabilizar un producto que sabe que no tendrá en exclusiva por la obligación de compartirlos con sus rivales si no quiere exponerse a una sanción de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Es una exigencia que ninguna otra plataforma tiene en Europa, y por esta razón, Orange y Vodafone ya han anunciado que no pujarán de forma inicial por estas retransmisiones, a la espera de ver cómo se resuelve el concurso.

 

No es que las dos compañías no quieran la Champions League, sino que esperan que alguien la compre para poder sublicenciarse los contenidos. Saben que es un escenario plausible y que minimiza los riesgos. Si Mediapro gana, les contactará para mantener su canal en las respectivas plataformas de televisión de pago, pero con un precio en función de la base de abonados. Si Telefónica gana, lo mismo, como ya sucedió con la Liga Santander y El Partidazo.

 

En cambio, de ir a la subasta de la Uefa, deberían pujar por todo el mercado y arriesgarse a realizar una campaña de promoción suficientemente atractiva para robarle los clientes a Telefónica. Porque, si bien la Champions League es uno de los torneos más seguidos, no está del todo claro que pueda ser un elemento clave de los clientes a la hora de decidir qué servicios contratan.