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Amazon agita el tablero de las OTT en la industria del deporte

El grupo de Seattle lleva meses trabajando en adaptar Amazon Prime a las emisiones masivas en directo, mientras que Disney, Endeavor y Perform Group se han hecho con sus propias plataformas para difundir sus contenidos y los de terceros.

Marc Menchén

2 abr 2018 - 05:00

Amazon agita el tablero de las OTT en la industria del deporte

 

 

“A lo mejor lo bueno es que se declare desierto y tengamos que anticipar nuestra estrategia tres años”, declaraba hace unas semanas el presidente de LaLiga, Javier Tebas, sobre la posibilidad de lanzar su propia plataforma OTT (over the top). La tendencia del consumo de contenidos audiovisuales empuja hacia este tipo de sistemas, y en Estados Unidos se han producido importantes movimientos corporativos en este sentido. Desde la compra de BamTech por parte de Disney o la de NeuLion por Endeavor, a la inversión de Dentus en Perform Group y las pruebas de Facebook, pasando por el player que más podría agitar la industria del deporte: Amazon.

 

El gigante tecnológico empezó su andadura audiovisual con Amazon Prime para ofrecer series y películas bajo demanda, pero en los últimos meses ha dado un paso más con la compra de retransmisiones deportivas. Pequeñas adquisiciones, como la ATP en Reino Unido o algunos partidos de la NFL en Estados Unidos. “Esto es solo el principio”, asegura el grupo, que en su portal de empleo ha publicado numerosas ofertas en busca de ingenieros para diseñar “el software de la próxima generación para lanzar eventos en directo en Prime Video”.

 

Es más, hacen abiertamente referencia al lanzamiento de una plataforma que “representará y recopilará cientos de miles de eventos deportivos y conciertos en directo para nuestro negocio global”. De momento, su experiencia en EEUU, donde tiene 26 millones de clientes de televisión según Reuters, ha validado su capacidad de tener a miles de usuarios conectados al mismo tiempo: 18,4 millones de visionados de los once partidos que emitió cada jueves durante la última temporada de la NFL en 200 países. Unos movimientos que no han dejado indiferente al resto de la industria audiovisual.

 

 

 

 

Facebook continúa insistiendo en que su deseo no es tanto pujar por derechos de televisión premium, como sí apoyar a la difusión de eventos, ya sea en directo o con highlights, a través de su herramienta de vídeo. No obstante, la creación de Facebook Watch para monetizar mejor estos contenidos con sus propietarios fue un primer cambio, y especialmente ha sido relevante su decisión de fichar al consejero delegado de Eurosport, Peter Hutton, como nuevo responsable de alianzas globales para deportes en directo. “El objetivo a largo plazo no es pagar por contenidos específicos, sino hacer un modelo de reparto de ingresos una vez que se haya formado toda la economía alrededor del vídeo en Facebook”, aseguró a finales de 2017 el fundador de la compañía, Mark Zuckerberg.

 

Una de las multinacionales que más rápido ha tomado posiciones es Disney, con la compra del 75% de BAMTech por 2.600 millones de dólares (2.094 millones de euros). El grupo de entretenimiento adquirió el brazo tecnológico de la Major League Baseball (MLB) para disponer de las herramientas necesarias para lanzar su ofensiva directa al consumidor a través de sus distintas marcas, como son la propia Disney o ESPN, que esperaba relanzar con el lanzamiento de una suscripción para dispositivos móviles. También es uno de los inversores iniciales en Hulu, otra plataforma de contenidos en streaming de la que posee un 30%.

 

Estas operaciones no sólo le permiten acceder a la tecnología desarrollada para soportar la alta demanda de contenidos, sino que también le ofreció acceso a dos de las principales ligas deportivas. El 25% que no controla en BAMTech está en manos de la MLB y la NHL, cuyos servicios de League Pass están desarrollados por la tecnológica, al igual que el sistema de HBO, una de las primeras productoras que se animó a crear su propio servicio a la carta.

 

La tecnológica ha dado el salto a Europa de la mano de Discovery Communications, con la que se ha aliado para crear “un nuevo proveedor de tecnología digital, dedicado a trabajar con propietarios de contenido, broadcasters y plataformas OTT para mejorar sus capacidades digitales, alcance y rendimiento”. Como no podía ser de otra manera, entre sus primeros clientes está Eurosport, canal temático adquirido por el grupo estadounidense en 2015 y que está volcado en desarrollar sus canales digitales para no depender únicamente de los acuerdos con las plataformas de televisión de pago de cada país en los que opera.

 

 

 

 

Esta oportunidad de trabajar directamente con propiedades deportivas es la que quiere aprovechar Endeavor, el hólding fruto de la fusión de WME e IMG, que hace unos días anunció la compra de NeuLion por 250 millones de dólares (202 millones de euros). La compañía de entretenimiento conocía a este proveedor de soluciones de vídeo porque se encarga del servicio a la carta de su participada Ultimate Fighting Championship (UFC), así como de NBA League Pass, que ha empezado a innovar con ofertas para comprar incluso la emisión de un único cuarto en partidos decisivos por solo un dólar.

 

Este tipo de servicios ha abierto el debate sobre el actual modelo de comercialización de los derechos de televisión, e incluso la manera en cómo se consumen los eventos deportivos e incluso el formato de los mismos. “En Europa hemos empezado los domingos con partidos en prime time y también estamos creciendo a doble dígito en suscriptores al League Pass”, señalaba recientemente Mark Tatum, vicecomisionado de la NBA.

 

A diferencia de las competiciones europeas, el vasto mercado estadounidense ha facilitado que todas las grandes competiciones creen herramientas digitales que conviven con las retransmisiones de ámbito nacional. De esta manera, los clubes pueden exprimir los derechos de aquellos partidos que no interesan a los grandes grupos como ESPN, Turner o Fox. Las ofertas son múltiples, y van desde comprar partidos individuales, a únicamente los de una franquicia en concreto en un determinado estado.

 

La NFL ha decidido crear una versión específica de su OTT para Europa, y lo ha hecho de la mano de Deltatre, empresa con sede en Turín y que en 2016 fue adquirida por el fondo de inversión Bruin Sports Capital. La empresa, fundada por Giampiero Rinaudo y Luca Marini, lleva más de veinte años desarrollando soluciones para mejorar la experiencia digital del consumo deportivo, incluidos servicios en streaming como el de la ATP. Y eso no sólo incluye la emisión en sí de los eventos, sino también el uso de los datos que genera la interacción con el usuario para abrir nuevos negocios.

 

 

 

 

De ahí que LaLiga también haya decidido empezar a trabajar en su propia OTT, que de entrada contará con las competiciones de algunas federaciones españoles, y probablemente con partidos de la Iberdrola Primera División de fútbol femenino y también de la Liga 1|2|3, cuyas emisiones no quiso comprar ningún operador de televisión.

 

Más adelante, y en función de cómo se resuelva el próximo ciclo audiovisual, se plantearía incluir también la Liga Santander, hoy en manos de Mediapro y Telefónica. Desde la ACB incluso llegaron a proponer que se creara un sistema conjunto entre estas dos competiciones, Asobal y la LNFS. El riesgo es cómo evolucionaría la audiencia, desde la base de 6,4 millones de usuarios que aseguran socios como Telefónica, Vodafone u Orange, hacia una nueva estructura que debería construirse directamente con los consumidores.

 

Las previsiones apuntan a que ese es el camino, pues un estudio de Ericsson revela que el 50% del consumo de televisión en España se realizará a través de dispositivos móviles y bajo demanda a partir 2020, un dato que supondrá triplicar los registros de 2010. Sólo un 9% será público exclusivo de la televisión lineal, aunque hoy los jóvenes ven 50 minutos diarios de streaming y 157 minutos de programación tradicional.

 

Su información está hoy en manos de los operadores de televisión, que son los que poseen todos los registros sobre comportamiento de sus clientes. Por ejemplo, qué otros contenidos interesan a los que ven el baloncesto o el fútbol, o cuánto tiempo aguanta sin cambiar de canal un seguidor de MotoGP o Fórmula 1 si se trata de un padre de familia o un adolescente. Y todo eso es para lo que Amazon está contratando a un ejército de ingenieros, porque probablemente el negocio de las retransmisiones ya no sólo sea audiovisual. “¿Cuál es su modelo de negocio? ¿Es para vender raquetas de tenis en la parte posterior de la emisión?”, se preguntaba hace unos meses Simon Green, director de BT Sport, el canal deportivo del grupo británico de telecomunicaciones.