Fuera de juego

El 'soccer' es cosa de mujeres: el Mundial femenino bate récord de audiencia en EEUU

Albert Malla

7 jul 2015 - 11:52

El soccer es cosa de mujeres. La Selección de Estados Unidos, que goleó a Japón (5-2) en la final del Mundial femenino y consiguió alzarse con el título por tercera vez, ha logrado batir todos los registros de audiencias de partidos de fútbol en el país. Sólo la semifinal EEUU contra Alemania (2-0), emitida por la Fox, generó una audiencia de 8,4 millones de personas. Un resultado jamás visto en Norteamérica, y aún por saber cuantas personas se congregaron frente el televisor el día de la final.

Unas audiencias de televisión que siguen en países como Japón, Canadá o Francia. El país asiático consiguió más del doble de telespectadores que en la pasada semifinal celebrada en Alemania (9,3 millones), Canadá batió récord de audiencia en un Mundial femenino, en cuartos de final alcanzaron 3,2 millones de personas. También en los cuartos, Francia obtuvo el mayor visionado en la televisión digital terrestre, con 4,1 millones de personas.

Estados Unidos ganó 5-2 en la final frente a Japón y se proclamó por tercera vez campeona del mundo.
Estados Unidos ganó 5-2 en la final frente a Japón y se proclamó por tercera vez campeona del mundo.

Este Mundial, albergado en Canadá, consiguió una asistencia total de 1,35 millones de personas en los estadios y una suma de 146 goles marcados. En siete partidos se rebasó los 50.000 espectadores, aunque hubo un promedio de 26.000 personas. La mayor asistencia de aficionados se registró en el encuentro de cuartos de final, celebrado en Vancouver, entre Canadá e Inglaterra, con 54.027 personas.

Unas cifras históricas para el fútbol femenino también en España. La Selección Femenina Española se clasificó por primera vez para un Mundial de Fútbol, y eso también elevó el interés mediático. Pese a no pasar de la fase de grupos, 959.000 espectadores se dieron cita el día del debut frente a Costa Rica, con una cuota de pantalla del 4,9%, cifras nunca vistas.

El único borrón a esta cita histórica fue cuando las jugadoras españolas pedían la dimisión de su entrenador, Ignacio Quereda, por su poca preparación y ambición en los partidos, una mala metodología con el grupo y la escasez de partidos amistosos.