Waterform entra en España para expandir su negocio internacional

Waterform da el pistoletazo de salida a su expansión internacional con su aterrizaje en España. La compañía francesa de equipamiento, distribución y programas de entrenamiento de aquafitness ha elegido la Penísula Ibérica para abrir su primera filial internacional. El objetivo para 2017 también es expandir sus negocio por Alemania y Reino Unido, aunque tampoco descarta poner ya un pie en Canadá y Estados Unidos.

“Llevamos tiempo actuando de manera puntual en mercados exteriores, como Bélgica, Suiza, España o Luxemburgo, pero ahora queremos tener una presencia más activa y una verdadera estrategia de internacionalización", explica el consejero delegado y fundador de Waterform, Serge Palisser. Según el directivo, "el mercado español tiene mucho potencial y es nuestra gran apuesta".

La compañía ya conoce el país porque es el distribuidor exclusivo del equipamiento de la marca Hydrorider, pero con la creación de Waterform Development España a lo largo de 2017 aspiran a llevar "las actividades acuáticas a otro nivel". Según Delphine Giraud, directora general de la marca para España, Portugal y Latinoamérica, "el mercado del fitness español es maduro, pero todavía no se encuentran centros deportivos 100% acuáticos".

El objetivo es llevar sus clases dirigidas acuáticas, y en especial la sesión de cycling, al mayor número de gimnasios. "Es curioso que en un país donde el spinning tiene tantos seguidores, el aquacycling no esté más desarrollado. Nuestro reto es ayudar a los clientes a diseñar una oferta aquasport rentable y atractiva, por un lado, y generar, por otro lado, una nueva demanda por parte del usuario final”, comenta Giraud.

Fundada hace 26 años en la localidad francesa de Montbéliard, la organización es proveedora de sesiones de entrenamiento y equipamiento. Aunque el grueso de sus clientes son los centros deportivos privados y públicos, también se dirigen al sector hotelero y sanitario, además de ofrecer un servicio de consultoría para ayudar a sus clientes a rentabilizar las piscinas, que representan un porcentaje importante de sus costes fijos, así como a fidelizar socios y captar nuevos clientes.

“La creación de clases de aquafitness requieren una gran inversión inicial para producir un programa de 28 vídeos al año”, explica Serge Palisser. De ahí que el pasado junio la empresa matriz, que facturó 4 millones de euros en 2015, ampliara su capital en dos millones de euros con la entrada del fondo francés M Capital Partners en el accionariado del grupo. Esta operación ha permitido la financiación de la oferta de las clases coreografiadas y su despliegue internacional.