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Viding apunta a una facturación de 16 millones en 2021, un 33% menos que antes del Covid-19

La cadena de gimnasios cerró el año de la pandemia con una facturación de 12 millones de euros y 33.000 abonados. Actualmente cuenta con 36.000 socios.  

Miquel López-Egea

24 jun 2021 - 05:00

Viding apunta a una facturación de 16 millones en 2021, un 33% menos que antes del Covid-19

 

 

Viding encara la recuperación. La cadena de gimnasios con sede en Madrid prevé cerrar 2021 con una facturación de 16 millones de euros, importe que supone un 33% menos que antes del Covid-19 pero un 33% más que el año de la pandemia, cuando cerró con un negocio de 12 millones de euros. Asimismo, la cadena cuenta con 325 empleados, un 8,3% más que a final de 2020 y un 12,1% más que antes del coronavirus.

 

La cadena, que tiene un plan de expansión ambicioso para este año, con más de 18 millones de euros de inversión en nuevos centros, cerró el curso de la pandemia con 33.000 abonados y actualmente cuenta con 36.000 socios. “Estamos un 28% por debajo de antes de la pandemia y ya hemos crecido un 10%, con un 2% de crecimiento intermensual”, comenta Álvaro Gumizio, portavoz de la compañía, a Palco23.

 

Tras la adquisición Fitness Illes este junio, cadena que opera en Mallorca desde hace 32 años, una de las mayores cadenas de Baleares y que cuenta con seis instalaciones, Viding cuenta con once centros y espera terminar 2022 con un total de, al menos, 14 centros ya que empezará obras en Madrid, Salamanca y Valladolid próximamente.

 

 

 

 

“Es posible que tengamos alguno más, pero no tenemos un fondo detrás empujando, vamos creciendo en función de las oportunidades; hacemos construcciones aisladas que tardan entre uno y dos años”, comenta el directivo. “Vamos creciendo en función de las oportunidades que vamos viendo y puede que surja alguna”, comenta, recordando que “son inversiones relativamente potentes de edificios propios, con una inversión mínima de seis millones de euros”.

 

De hecho, en Valladolid comenzará obras de manera inminente. Será una construcción sobre una parcela de 18.000 metros cuadrados, que contará con unas instalaciones interiores de primer nivel y una zona exterior de más de 15.000 metros cuadrados dedicada a piscinas exteriores y zonas de práctica deportiva.

 

Viding, propiedad de un grupo de inversores individuales que formaban parte del grupo de salud Taper, inauguró su primer centro en Sevilla en octubre de 2013 y en diciembre de 2016 abrió sus puertas Viding Alcántara, en Madrid. En 2017 abrió Viding Sant Jordi en Tarragona, mientras que un año después hizo lo mismo con Viding Piscinas Sevilla. En febrero del año pasado adquirió Ekke en Lleida. 

 

 

 

 

“Hay una tendencia de crecimiento desde principios de año; hemos ido recuperando socios, de manera sólida: es algo lógico porque hay gente vacunada y la pandemia se está reduciendo, el futuro se presenta brillante”, explica el directivo. “Ahora mismo estamos recuperando un 2%”,  pero depende de los barrios o las zonas, porque hay centros que recuperan hasta un 7% intermensual y otros un 1%, también depende del mes porque ha conseguido unos porcentajes de entre un 3,5% y un 5%.  

 

Para seguir con esta recuperación, Gumizio considera que hay que “ilusionar al cliente” porque “está pidiendo volver a la normalidad y hacer cosas que le gustaba hacer cosas que le gustaba hacer”. “Tenemos que gustar en deporte y en salud”, sentencia.

 

 

 

 

En los últimos meses, la empresa ha realizado inversiones en los centros para poder realizar más clases en el exterior y también ha apostado por Viding en casa, una plataforma para ofrecer una oferta a sus clientes. “Nos lo estaban pidiendo para generar un mayor vínculo virtual con la cadena, hemos tenido que avanzar en cuanto a tecnología y creíamos que teníamos que estar tanto en deporte outdoor como en online”, asegura. En esta línea, el directivo cree que “el home fitness es un complemento que ha crecido durante la pandemia y ha venido para quedarse; seguirá teniendo una buena recepción, pero complementa la actividad, aunque puede ser sustitutivo en algún caso”.

 

Por otro lado, Gumizio considera que “el uso de la mascarilla nos limita la organización de la actividad física”. “Tener que hacer ciclo indoor con mascarilla repele al usuario, poner una barrera para que entre porque no es cómodo; además muchas clases están al límite en muchas comunidades autónomas porque tenemos restricciones de aforo”, añade.