Fitness

Los gimnasios españoles denuncian que la desescalada del Gobierno pone en jaque su viabilidad

Los directivos del sector descartan abrir antes de junio, no consideran oportuno centrar las medidas de desescalada en el aforo y ven contraproducente la prohibición de uso de los vestuarios.

P. López

6 may 2020 - 16:09

Los directivos del sector del fitness afirman que no subirán los precios tras el cierre de instalaciones por el Covid-19

 

 

Volver a la actividad con seguridad y viabilidad tras el cierre de los centros deportivos. Ese es el objetivo que se han marcado las cadenas españolas de gimnasios, conscientes del problema que afrontan tras haber interrumpido en seco su servicio presencial en el club. Y, pese al anhelo de volver a generar negocio, los centros deportivos se resisten a abrir en cuanto el Gobierno lo permita por el temor a tener que volver a cerrar o a que sea inviable para su negocio.

 

Ningún operador se plantea abrir antes de junio, tampoco para ofrecer servicio de entrenamiento personalizado, que sí permite el Gobierno en fase 1. Así lo han recogido en la mesa redonda Los centros preparan la fase de desescalada después del estado de alarma por la Covid-19, organizada por Gym Factory para reflexionar sobre cómo preparar las instalaciones deportivas el regreso a la actividad.

 

“Abrir como se está proponiendo por parte del Gobierno es inseguro e inconsciente, porque tendremos que abrir para volver a cerrar por falta de viabilidad”, ha apuntado Josep Viladot, consejero delegado de Holmes Place en España. “Hablar únicamente de limitación de aforo no tiene sentido; propongo ceñirse a la distancia física porque si todo el aforo permitido acude al club a la vez, no podremos garantizar la seguridad de los clientes ni trabajadores”, ha añadido.

 

 

 

 

En estos términos se ha referido Gabriel Sáez, presidente ejecutivo de GO fit. “No tenemos fecha de apertura porque, cuando lo hagamos, queremos hacerlo con el 100% de los servicios; las normativas que plantea el Gobierno son de inseguridad y sería absurdo abrir ahora porque no podríamos garantizar una experiencia al cliente razonable”, ha añadido. Juan del Río, consejero delegado de Viva Gym Group, ha insisto en ello al afirmar que “me da reparo abrir sin garantizar la propuesta de valor porque la Ley no lo permita, porque ello podría poner en peligro la viabilidad”.

 

Roberto Ramos, consejero delegado de Serviocio-BeOne, ha confiado en que “las medidas se suavicen conforme avance el tiempo”, mientras que Rafa Cecilio, presidente de DreamFit, confía en volver a operar durante la primera quincena de junio. “Suponemos que estamos en la fase dos porque somos instalaciones deportivas cerradas y sin público, pero no tiene sentido abrir con tanta restricción de aforo y sin vestuarios”, ha aportado.

 

Pese a que los directivos han apuntado a que las condiciones de reapertura de los centros deportivos son incongruentes, todos han apuntado a que los gobiernos autonómicos sí que han tomado como referencia el protocolo elaborado por la patronal Fneid, elaborado tras consultar el proceso de reapertura en otros países.

 

 

 

 

Los operadores afirman que reorganizarán gimnasios para garantizar la distancia física y se modificará el modo de acceso al club para evitar entrar pasando por tornos o usando la huella dactilar. “Experimentaremos con la reserva previa para acceder al club”, ha apuntado Juan del Río.

 

Los centros no están planeando cambios drásticos en la oferta de servicios, más allá de las clases dirigidas. “No haremos grandes cambios y seguiremos trabajando el entrenamiento virtual como complemento al servicio presencial”, ha manifestado José Antonio Sevilla, director general de Altafit.

 

“Habrá que reflexionar sobre su duración y buscar espacios en los centros donde realizar sesiones en grupos más reducidos”, ha descrito Josep Viladot. DreamFit no se plantea reducir el horario de apertura del club, aunque sí la duración de las sesiones dirigidas, mientras que Serviocio-BeOne busca dar con el equilibrio entre seguridad y experiencia del cliente. “Tenemos que dar la sensación a los clientes de que, cuando vengan al club, no están entrando en una central nuclear; tenemos el reto de equilibrar en una balanza la seguridad y el confort del usuario”, ha añadido Roberto Ramos.

 

“Volverán todos los empleados, pero si el Gobierno no permite acompasar el regreso de los trabajadores según la actividad, lo solicitaremos”, ha explicado Juan del Río, en referencia a los Ertes. “Cuando tengamos todas las instalaciones abiertas queremos contar con todos, pero si las condiciones para abrir no permiten operar al 100%, tendremos que estudiarlo”, ha añadido Ramos.

 

Sin embargo, de momento el Gobierno no permite acompasar la reincorporación de los equipos a la oferta de servicios que puede ofrecer la cadena, pese a que desde la Ceoe se está trabajando en este sentido para que las empresas puedan ajustar el regreso a las necesidades de personal.

 

 

¿Cómo es el plan de Gobierno para la reapertura de centros deportivos?


El pasado 28 de abril el Gobierno presentó el plan para que los complejos deportivos vuelvan a operar, con un plan progresivo de flexibilización de las prohibiciones que permitiría la apertura de los establecimientos en junio.

 

El proceso empezó el 2 de mayo, permitiendo la práctica de actividad física individual, sin contacto y al aire libre. Como parte de la fase cero, a partir del 4 de mayo los deportistas profesionales podían entrenar en las instalaciones de los clubes, siempre que fuera en solitario y sin contacto.

 

Pasada la fase cero, el 11 de mayo debería iniciar una primera fase en la que ya se abrirán las instalaciones deportivas al aire libre sin público, de modo que se podrán practicar disciplinas sin contacto, como el atletismo, el golf o el tenis. A su vez, se autorizarán “actividades deportivas individuales con previa cita en centros deportivos que no impliquen contacto físico ni uso de vestuarios”.

 

En la segunda fase, prevista para a partir del 25 de mayo si la evolución del control de la pandemia es favorable, las instalaciones deportivas cerradas sin público, como los gimnasios sin espacio outdoor, podrán empezar a operar siempre y cuando se practiquen deportes en los que no exista contacto y el riesgo de contagio sea bajo. En la tercera y última fase, prevista para a partir del 8 de junio, se permitirá que haya un volumen de abonados equivalente a “un máximo de un tercio del aforo de los gimnasios, sin uso de los vestuarios”.