Fitness

Los gimnasios buscan su ‘brújula’ en la batalla por la ubicación

Los directivos del sector defienden que el contexto de alta competencia y el aumento del mercado inmobiliario obligan a buscar nuevas ciudades donde crecer, más allá de las urbes como Barcelona y Madrid.

Palco23

20 nov 2017 - 05:00

Las cadenas de gimnasios buscan crecer en nuevas ciudades, más allá de Madrid y Barcelona

 

 

El fitness español ha acelerado su desarrollo desde el estallido de la crisis. Proliferación del low cost y del segmento boutique, aumento del número de clubes y, por ende, de la competencia, que ha provocado que las cadenas se hayan vuelto más diligentes a la hora de dar con la localización ideal. El boom del metro cuadrado barato se ha acabado.

 

“La clave ahora está en ser más selectivo con las ubicaciones, puesto que las que no sean buenas no podrán competir y van a tener que cerrar”, señala Rafael Lirio, director general de McFit. No son pocos los directivos del sector que admiten que la creciente competencia y el paulatino aumento del precio del metro cuadrado han provocado que algunas cadenas deban abandonar sus zonas de confort para abrir en otras ciudades donde no operan.

 

Es el ejemplo de DiR, que por primera vez ha derribado la barrera de Barcelona y su entorno, donde ya tiene consolidadas sus posiciones, y se ha lanzado a abrir un club de yoga en Tarragona. Eso sí, lo ha hecho de la mano de un franquiciado, una fórmula que también le ha llevado a abrir en Sabadell (Barcelona). Basic-Fit también ilustra esta expansión deslocalizada en su principal área de influencia. Tras consolidarse en Madrid, se ha aventurado a crecer en Andalucía.

 

 

 

 

Además, ha cerrado algunos gimnasios heredados por Fitness First para centrarse en los mercados donde consideran que merece la pena expandirse. Huelva, Jerez y Cáceres son tres ejemplos, pero la clave pasa por “abrir en ubicaciones céntricas” para aprovechar el tránsito de población, ha señalado su primer ejecutivo en España, Francisco Fragoso, a Palco23 en varias ocasiones.

 

Synergym ha seguido el camino contrario a Basic-Fit y AltaFit, que se afianzaron en Madrid antes expandir su huella por el resto del territorio, o DiR, líder en número de centros en la capital catalana. Durante la primera fase de expansión, Synergym se ubicó en la Costa del Sol, lo que les permitió “controlar costes y crear presencia de marca de manera más rápida”, asegura Pedro Martínez, director general.

 

“Ahora hemos empezado una segunda fase de expansión en poblaciones más grandes, de 200.000 habitantes. No seguimos un criterio estricto, pero es importante el número de población, su poder adquisitivo y que la ciudad cuente con una amplia oferta de fitness”, detalla.

 

 

 

 

Duet Fit, punta de lanza del negocio del grupo Duet durante los últimos años, ha concentrado sus esfuerzos de crecimiento en Barcelona. “Nos interesan las calles con tráfico de gente, y nos ubicamos en zonas frecuentadas por la población joven”, recalca Pedro Hidalgo, director de estrategia. De ahí que hayan abierto un centro en Plaza Universidad o en el distrito tecnológico del 22@.

 

Desde la cadena admiten que, si bien tantearon dar el salto a Madrid, no ha surgido la oportunidad y han apostado por centrarse en localizar su crecimiento en Barcelona, donde ya cuentan con ocho centros, pero con una excepción: a finales de 2018 abrirá un club en el área metropolitana, el primero fuera de la capital.

 

Algunas cadenas, como Ifitness, han seguido la estrategia contraria. “No hemos apostado por consolidar una zona para crecer, sino en aprovechar las oportunidades que han ido surgiendo”, admite el director general, José Luis Torrecilla. “A veces, si te condicionas para estar en una única zona, acabas ubicándote en zonas que no cumplen todos tus criterios. Abrir el mercado es ampliar las oportunidades”, indica, sobre una política que le lleva a crecer en centros de como mínimo 1.500 metros cuadrados en ciudades de al menos 70.000 habitantes. “Nuestro modelo de gestión no penaliza que tengamos clubes lejos unos de otros, porque no nos resta productividad”, aclara.

 

 

Forus tampoco concentra su operativa en una parte del mapa. “En España y en el segmento medio hay 145 ciudades de más de 50.000 habitantes, y muchas de ellas tienen difícil de instalaciones deportivas. Hay un mercado tremendo”, comenta Ignacio Triana, director general. “Los indicadores nos dicen que obtenemos resultados parecidos sin importar la ubicación. Operamos en Chamartín, el distrito de mayor renta per cápita de Madrid, pero también lo hacemos en Parla, Segovia y Lugo”, defiende. Es algo que también señala el Lirio, al apuntar que “el reto está en dar el paso de las grandes ciudades a poblaciones más pequeñas”.

 

Pero, ¿cuáles son las ciudades que más interés han despertado en los últimos años? Consolidadas sus ubicaciones en las grandes urbes, las cadenas se han lanzado a por la zona del Levante, con Valencia y Alicante como mercados prioritarios. Holiday Gym, Dream Fit y Anytime Fitness son el ejemplo de ello, después de haber abierto dos gimnasios cada cadena durante los últimos años. Raúl Ríos, director gerente de sGo Health & Spa Club, asegura que “si bien sigue habiendo hueco donde crecer, comenzamos a percibir que esta zona está un tanto repleta de gimnasio”.

 

Zaragoza es otro ejemplo. La capital aragonesa ha despertado el interés de Viva Gym, OKMas y Forus. El consejero delegado de Viva Gym, Juan del Río, admite que la compañía busca crecer en las ciudades donde ya opera no sólo para ganar presencia de marca, sino para favorecer el flujo de clientes de un club a otro a través de la tarifa de acceso múltiple.

 

Los operadores del segmento concesional también buscan su hueco para crecer en aquellos mercados donde el modelo público-privado tiene más margen de crecimiento. “No nos planteamos crecer en Barcelona porque la competencia es tremenda; hay zonas más vírgenes y tranquilas donde abrir”, admite Jaime Gross, director general de Viding. El ejecutivo tiene claro que los 39 centros deportivos municipales de Barcelona son una barrera, motivo por el que apostó por Tarragona y Madrid, donde la gran mayoría de clubes municipales están gestionados de manera directa.