La industria mundial del ‘fitness’ crece un 8% en 2018 y ya factura 94.000 millones de dólares

Estados Unidos mantiene la hegemonía en el tablero mundial de la industria del fitness. El país acoge a los principales operadores de un sector que cerró 2018 con una facturación total 94.000 millones de dólares (84.149 millones de euros), un 8% más que el año anterior. El 71% de este negocio lo generaron las diez principales potencias del sector, con Norteamérica a la cabeza.

El año finalizó con 210.000 clubes operativos que dieron servicio a 183 millones de clientes. Así se desprende del informe anual publicado por Ihrsa, la principal organización del sector, que año a año desgrana las claves del negocio de los gimnasios y el crecimiento que registra en cada región. 

La entidad se ha fijado como objetivo que en 2030 la industria atienda a 230 millones de socios alrededor del mundo, lo que supondría crecer un 25,6% en doce años. Es un avance que ha superado en los últimos once años, ya que desde 2008 el sector ha crecido un 37,1%.

En Estados Unidos se contabilizaron un total de 62,5 millones de abonados que generaron un negocio de 32.300 millones de dólares (25.923 millones de euros), un 7,6% más que en 2017. Alemania volvió a superar a Reino Unido en facturación, con 6.300 millones de dólares (5.639 millones de euros), un 12,5% más, y fue uno de los mercados que más creció. Le siguió el país británico, que cerró el podio global por volumen de ventas con 6.200 millones de dólares (5.550millones de euros), un 12,7% más.

Desde Ihrsa sostienen que el sector tiene margen de crecimiento gracias a los países emergentes y muy poblados, como China e India. Los clubes ubicados en las diez principales ciudades del gigante asiático lograron una facturación agregada de 3.900 millones de dólares (3.491 millones de euros) y el país escaló hasta la novena posición del ránking mundial por volumen de clientes, con 4,5 millones. Sin embargo, no deja de ser una cifra inferior a la de España, que superó los 5,2 millones de usuarios a pesar de tener menos población.