Fitness

El fitness ante la segunda ola: entre el clima de miedo y los límites de aforo poco útiles

Las cadenas están perdiendo sus clientes a causa del clima actual de preconfinamiento que se extiende por España, aunque los límites de público no afectan a causa de las grandes infraestructuras.

M. L-E.

15 oct 2020 - 05:00

El fitness ante la segunda ola: entre el clima de miedo y los límites de aforo poco útiles

 

 

El miedo es el principal rival del sector del fitness. El clima de preconfinamiento que se extiende por España a medida que los indicadores de la pandemia del Covid-19 crecen está poniendo en jaque a las cadenas de gimnasios que operan en el país. A más miedo, menos socios. Este es, según operadores del sector consultados por Palco23, el principal reto al que se enfrenta ahora mismo el fitness, y no los límites de aforo establecidos por Madrid o Cataluña entre las medidas para contener la segunda ola del Covid-19.

 

Ejecutivos del sector consultados por Palco23 sostienen que las medidas de aforo establecidas ayer en Cataluña no afectarán al negocio por dos motivos. En primer lugar, porque la asistencia a los gimnasios ha bajado por este clima y, por otro lado, porque los tamaños de las instalaciones actuales ya están sobredimensionadas para el tráfico habitual.

 

Juan del Río, consejero de delegado de VivaGym, compañía que prevé rebasar los cien centros en España y Portugal este año, considera que “la reducción ya la operamos” y que “ya estamos habituados a manejar estas cifras”. “Además de la caída de socios que hemos tenido, alrededor de un 35%, la curva de uso ha cambiado al desaparecer gran parte del mercado corporate”, manifiesta.

 

 

 

 

“Los picos del mediodía y de antes de entrar a trabajar han desaparecido, queda el de la noche, que es el preferido de los socios”, comenta, recordando que “la caída y el teletrabajo han dulcificado este pico”. En este sentido, considera que “la reducción del aforo no es un drama, lo es la situación; la economía no se puede permitir un confinamiento pero hay un clima de paranoia y de fobia, más una incertidumbre económica “.

 

Asimismo, otros operativos consultados reconocen que “hay menos demanda para esta época que otros años” y destacan la situación “de miedo, que ha provocado una reducción de los clientes a lo que estaría previsto para este momento del ejercicio”.

 

“En algunos centros, donde la pandemia está afectando de manera más incisiva, estamos observando una caída de los clientes por encima del 50% en comparación con el año anterior o de un 20% o un 30% en comparación con lo que teníamos en julio”, señala el consejero delegado de Sano Center, Felipe Pascual. “Esto viene provocado por el miedo colectivo, la psicosis, y la falta de estabilidad de las rutinas, que provoca una disminución de la intención de compra y de retorno a la normalidad en cuanto al consumo del centro deportivo”, manifiesta.

 

“En alguna ciudad, las reducciones de aforo impuestas han provocado que hayamos disminuido el servicio y que hayamos sido menos productivos, pero en otros casos no ha afectado porque ya trabajábamos en grupos de seis personas”, remarca. “En julio y junio estábamos regresando de manera vertiginosa a los niveles de antes, pero en agosto y septiembre ha sido lo contrario, con contracción de la demanda a causa de la psicosis contaminada por estas noticias que no dejan de desalentar una vuelta segura”, añade.

 

Iolanda Latorre, gerente de la Asociación de Empresas de Clubes Catalanes de Fitness (Adecaf), recuerda que “hemos hablado con la Generalitat y estamos trabajando”. “Nos preocupa las restricciones porque no son buenas para el negocio y consideramos que no hay motivos para hacerlas, ya que no ha habido brotes en los gimnasios y Sanidad nos percibe como un entorno seguro”, recuerda, al tiempo que reclama que “las medidas no sean siempre las mismas, sino algo más elaborado”. “La demanda no ha bajado, la gente estaba empezando a tener normalidad en la vida”, añade.

 

 

Datos negativos para el sector del fitness

 

La consultoría Valgo, en colaboración con Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid) y el grupo de investigación Gisdoras de la Universidad de Sevilla, ha publicado reciente el segundo Informe sobre el Impacto del Covid-19 en las instalaciones deportivas, en el que estiman que cada centro tendrá un 53% menos de facturación respecto a 2019, suponiendo unas pérdidas totales para el sector de 1.246 millones de euros. En este sentido, hasta finales de año el informe prevé un 62% menos de facturación respecto al año anterior.

 

Las estimaciones de pérdidas se han incrementado en casi un 10% respecto al mes de mayo. Un 84% de los centros de fitness empeoran sus previsiones respecto al mes de mayo y sólo el 16% restante las mantiene. El impacto ha sido menor en los centros pequeños, mientras que los centros premium se han visto muy afectados.

 

En este sentido, el estudio indica que un 55,3% de las 409 empresas encuestadas considera que se recuperarán los niveles de facturación del 2019 a partir del tercer trimestre de 2021, aunque el 44,5% considera que será en el trimestre anterior.

 

En junio, el porcentaje de asistencia real en 2020 de los usuarios al centro cayó un 44% en relación con el mismo mes del año anterior, mientras que en julio la caída fue del 51% y en agosto del 53%. Ahora, con el clima actual, hará falta ver cómo evoluciona esta situación, aunque la previsión de los operadores es ir a la baja.

 

Por otro lado, en septiembre, el 43,5% de los gimnasios aún tenía entre un 1% y un 20% del personal en expediente de regulación temporal de empleo (Erte) mientras que el 41,1% ya no tenía a ningún empleado afectado. Un 9,3% tenía entre un 21% y un 40% del personal en Erte.

 

Finalmente, el 29% de los encuestados afirman que si la situación no cambia en los próximos seis meses hay un peligro de quiebra o de cierre, mientras que un 15% duda. Además, el 85% considera que la evolución de la previsión de los próximos seis meses será peor.