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Barcelona, de la moratoria a la apertura de hoteles... ¿a la de gimnasios?

Marc Menchén

15 jul 2016 - 05:00

Barcelona es muchas veces puesta como ejemplo de los buenos resultados de la colaboración público-privada en la gestión de instalaciones deportivas. Sin embargo, la crisis y los cambios en los hábitos de consumo han puesto en jaque al modelo, hasta el punto de que en la ciudad ya planea la idea de blindarlo. ¿Cómo? Según ha surgido en algunas reuniones entre el Ayuntamiento y los operadores, con la aplicación de una moratoria a la apertura de nuevos gimnasios, según ha podido saber Palco23.

 

“Surgió en una reunión con los operadores de centros deportivos; estudiaremos todas las opciones, aunque no puede decirse ni que esté en fase embrionaria”, afirman desde el Institut Barcelona Esports (IBE), organismo dependiente del gobierno municipal. El ente estaba encabezado por Marta Carranza hasta hace un par de meses, pero el cargo ha sido asumido por el socialista David Escudé tras el pacto entre Barcelona en Comú y el PSC.

 

PutxetSport
El CEM Putxet es uno de los gimnasios municipales que más crece en 2016.

 

Algunas empresas ya han empezado a mostrar su preocupación a Adecaf, la patronal que agrupa al sector en Catalunya. La medida supone un riesgo que afectaría a los planes de negocio de muchas cadenas y frenaría en seco la implantación de un formato que cada vez tiene más tirón entre los ciudadanos: el gimnasio de proximidad, ya sea de bajo coste o con el gancho de abrir las 24 horas del día. Por ello, ya se ha pedido una reunión con el equipo municipal para conocer de primera mano en qué se está trabajando.

 

No es la primera vez que el ejecutivo de Ada Colau frenaría en seco la apertura de negocios en un determinado sector, ya que una de sus primeras medidas como alcaldesa fue frenar la apertura de nuevos hoteles hasta definir la estrategia en materia de turismo. No obstante, en este caso lo que se acabaría provocando es la ayuda a un determinado grupo de operadores, que en su momento hicieron importantes inversiones para gestionar centros públicos y que ahora ven cómo a pocos metros abren clubes con tarifas más bajas y un servicio básico que seduce a muchos de sus abonados.

 

En este sentido, la queja vendría de que el consistorio cobre un canon anual a las concesionarias, a las que además exige otro tipo de inversiones en materia de promoción del deporte, mientras por otro lado también cobra por licencias a clubes que podrían acabar afectando a la colaboración público-privada.

 

Además, de cara al futuro ya saben que tienen que empezar a pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), del que habían estado exentos en muchos casos hasta que se ha regularizado el catastro. Para este año y los cinco ejercicios anteriores que no han prescrito tendrán una bonificación del 95%, pero a partir de entonces tendrán que abonarlo íntegramente. En paralelo, ya se están preparando los pliegos que se utilizarán en el futuro, con concesiones más cortas (de unos diez años) y la obligación de incluir tarifas más flexibles.

 

En la industria recuerdan que no es la primera vez que una parte de los operadores trata de buscar medidas legislativas o normativas para frenar la aparición de competidores. Ponen el caso de las reclamaciones, e incluso investigaciones por parte de la Agencia Catalana de Consumo (ACC), que se iniciaron contra empresas como Anytime Fitness, en su caso por la presencia de desfibriladores en los centros, y contra las cadenas de bajo coste por su política de promoción de precios.

 

 

 

Se trata de movimientos que, junto a la fuerte competencia que existe en la ciudad, habían frenado hasta ahora la llegada de marcas de otros conceptos. Por ejemplo, Altafit, líder por implantación en España, sólo tiene un club en la capital catalana, Basic-Fit todavía ni tiene en mente entrar y McFit sólo aceleró a partir del año pasado, primero con un segundo gimnasio cerca de la Plaza Francesc Macià y, próximamente, en la Gran Vía, entre las calles Balmes y Rambla Catalunya.

 

Está por ver cuál sería también el posicionamiento de Grupo Duet, que trabaja con el Ayuntamiento de Barcelona y que precisamente para diversificar respecto al modelo concesional ha decidido crear la marca Duet Fit. La cadena low cost ya tiene tres clubes abiertos, prepara un cuarto en Sagrada Familia y tiene otros dos firmados, uno en el barrio de Sants y otro en el centro comercial Glòries, en el distrito 22@.

 

La medida, según cómo se plantee, también podría afectar a cadenas internacionales que justo ahora aterrizan, como Snap Fitness o Vita Liberté, además de a proyectos locales como el de DiR, que quiere diversificar y, mediante franquicias, abrir gimnasios de proximidad y estudios de boxeo o yoga.

 

Sin embargo, el mensaje de alerta que han lanzado muchos operadores afectados por estos nuevos competidores, y que estarían a favor de la prohibición temporal de nuevas aperturas, contrasta con la evolución de las cifras de abonados que tiene el Ayuntamiento y a las que ha podido acceder este diario. Otra cuestión, y ésta sí que podría estar afectando a la rentabilidad de algunas concesiones, es la rebaja de los precios en las cuotas mensuales para volver a crecer.

 

Tras un bache al inicio de la crisis, cuando se pasó de los 193.455 clientes en 2011 a los 176.469 en 2013, la base de clientes ha ido creciendo año a año en todos los centros. De hecho, en los primeros cuatro meses del año, y pese a la caída de la confianza de los consumidores, el número de abonados ha seguido creciendo en 37 de los 44 centros deportivos municipales (CEM, en catalán). Es más, las únicas caídas acentuadas se han dado en los distritos de Horta y Nou Barris: CEM Horta (-1,9%), CEM Mundet (-5,9%) y la Piscina Municipal Turó de la Peira (-3,4%), según los datos que maneja el consistorio.

 

Todos estos centros gestionados por fundaciones como Claror o CET10 y empresas como Holmes Place, Duet, Eurofitness e incluso la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (Ufec). Todas ellas han recibido este verano el espaldarazo del Ayuntamiento con una campaña publicitaria, que "incluye 600 banderolas distribuidas por las calles principales de la ciudad en las cuales se podrán leer mensajes como 129 centros deportivos que te dejarán boquiabierto, 1.300 súper monitores capaces de despertar al deportista que tienes dentro o 200 tarifas diferentes para que todo el mundo pueda hacer deporte".