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Bakh: los secretos del gimnasio del Baskonia-Alavés, al descubierto

El centro deportivo impulsado por el grupo actúa a día de hoy como club social y ciudad deportiva de uno de los principales equipos de baloncesto del País Vasco.

Patricia López

24 oct 2017 - 04:58

Bakh opera como ciudad deportiva del Baskonia al tiempo que ofrece servicios deportivos en Vitoria a más de 6.200 socios

 

 

Los equipos de fútbol y baloncesto profesional suelen contar con una ciudad deportiva donde entrenar, pero dicha instalación suele estar cerrada al público y su uso tiende a ser exclusivo del club. Bakh, el centro deportivo impulsado por el grupo Baskonia, es una excepción. La instalación vitoriana cuenta con 38.000 metros cuadrados y, aunque hace nueve años nació como ciudad deportiva del equipo de baloncesto, desde sus orígenes ha estado abierta al atleta amateur.

 

Su cartera de socios así lo certifica: más de 6.200 abonados inscritos previo pago de una cuota de entrada a fondo perdido. El gerente de la instalación, Borja Junco, admite a Palco23 que es un atributo por el que “hay socios que se han inscrito por el plus de centro social que ofrecemos al acompañar el gimnasio y la piscina con zona de wellness, restaurante y pistas de pádel”.

 

Otro de los polos de atracción de abonados es que el club social confluye con la ciudad deportiva de uno de los principales equipos de baloncesto de España. “El primer equipo y la cantera del Baskonia entrenan en el polideportivo y el Deportivo Alavés las utiliza para recuperar físicamente a sus jugadores. La sección de eSports del club también puede hacer uso en condiciones especiales”, detalla el gerente, que considera que el uso del centro por parte de profesionales genera engagement entre sus socios.

 

 

 

 

Además, Bakh se beneficia a través de las sinergias que crea con los clubes, como firmas de autógrafos para atraer a abonados y aficionados, publicidad estática en el Fernando Buesa Arena, la pista del Baskonia, así como en los videomarcadores. También se les da visibilidad en las redes sociales de los clubes, de modo que las diferentes marcas del grupo Baskonia-Alavés generan vínculos para ganar notoriedad.

 

Otro de los elementos diferenciadores respecto a otras instalaciones es que alberga múltiples disciplinas. A la pista de baloncesto le acompaña el gimnasio, la zona de aguas y la piscina, pero también la única pista de hielo que hay en Vitoria, varias canchas de pádel, y una clínica para ofrecer servicios de salud. La gestión es compleja. “Genera retos en el ámbito de mantenimiento y el desarrollo del sector obliga a la modernización y a destinar mucha inversión para estar al día”, admite.

 

En este sentido, la compañía está trabajando para implementar una serie de mejoras tecnológicas y de servicio, tales como la incorporación de una app con rutinas o la habilitación de una zona de entrenamiento funcional. A estos cambios les acompañará la renovación de la sala de fitness, uno de los filones que el club está tratando de explotar más. 

 

 

 

 

La compañía aún no ha fijado la cantidad de la inversión destinada a acometer estas mejores, pero el grupo Baskonia asumió un elevado endeudamiento por la construcción de esta instalación, inaugurada hace nueve años. Tras diversas refinanciaciones en junio de 2016 todavía le quedaban 19,91 millones de euros por amortizar a través Bakh, la filial que gestiona el centro, con un calendario progresivo de pagos que se extiende hasta 2031.

 

“Las tecnologías no son enemigas; si las implantas pueden sumar para que el entrenador, la instalación y el usuario creen un vínculo que puede mejorar la retención un 30%”, vaticina. No obstante, el directivo tiene claro que el mayor desafío no pasa por adoptar la tecnología; tiene que ver con “atraer al público que no hace deporte en su tiempo libre”. Según Borja Junco, “tenemos muchos potenciales abonados que dedican su tiempo de ocio a otras actividades, y nosotros podemos proporcionarle una instalación global”.