Rossignol estudia dar más carga a su fábrica catalana de esquís

La fábrica catalana de Rossignol podría acabar beneficiándose de la estrategia de diversificación de la compañía francesa de esquís. La enseña, que próximamente lanzará al mercado una línea de moda para reducir la estacionalidad de su negocio, está estudiando ampliar su factoría de Artés, la más grande de todo el grupo y que se encuentra en un municipio de la provincia de Barcelona.

En la actualidad, esta planta emplea a más de 240 personas y concentra toda la producción de esquís alpinos y de fondo de alta gama de Rossignol. Sin embargo, y siempre según los sindicatos, la empresa concedería a la fábrica la producción de nuevos productos como las planchas de kitesurfing, de manera que la actividad fabril no se limitara al verano (cuando se realizan los pedidos para el invierno). La compañía, según informa el diario Ara, no ha confirmado el proyecto.

El peor momento para la empresa se produjo en 2010, en plena crisis económica, momento en el que tuvo que aplicar un duro ajuste de personal. Aún sigue siendo una de las principales e históricas marcas de los deportes de nieve, segmento en el que quiere crecer a un ritmo del 10% anual con los esquís. Las ventas totales ascendieron a 241 millones de euros en su último ejercicio finalizado el 31 de marzo.

La recuperación de la senda del crecimiento ha ido acompañada de un relevo en el accionariado. Hace dos años, el fondo escandinavo de capital riesgo Altor adquirió el 80% del capital y desde entonces no ha parado de potenciar su estrategia a medio plazo. Junto al lanzamiento de Rossignol Apparel, con la que ha proyectado hasta seis aperturas de tiendas en distintos puntos de Los Alpes, también negocia la compra del fabricante de bicicletas Time Sport.