Mizuno estudia producir calzado deportivo en Brasil ante la devaluación de la moneda de este país

La devaluación del real brasileño ha puesto en alerta a las empresas y muchas de ellas ya buscan fórmulas para neutralizar el impacto negativo de esta situación en sus exportaciones a Brasil. Mizuno, por ejemplo, ha empezado a estudiar la posibilidad de producir directamente una parte de calzado deportivo en el país.

La empresa, con sede en Osaka (Japón), se encuentra actualmente decidiendo qué modelos y qué cantidad producirían en este mercado, así como la fórmula que se escogería para hacerlo. Según el diario económico Nikkei, la producción no arrancaría hasta dentro de un año o dos, siempre confiando en que los Juegos Olímpicos de Río 2016 favorezcan un incremento del consumo local.

La intención de Mizuno, según el citado rotativo, sería aprovechar la planta de producción que instale en Brasil para exportar a todo el continente, que en el ejercicio fiscal terminado el 31 de marzo de 2015 generó unas ventas de 29.577 millones de yenes (217,16 millones de euros), lo que supone un 15,8% de todas las ventas del grupo. En volumen, este mercado consume unos 6,8 millones de los 18 millones de pares de zapatillas que Mizuno vende anualmente en todo el mundo.

El fabricante japonés, que en su último año registró unas ventas de 187.076 millones de yenes (1.373 millones de euros), ha cerrado el primer trimestre del año fiscal 2016 con unas ventas de 48.000 millones de yenes (352,42 millones de euros), lo que supone un incremento del 4% respecto al primer trimestre del ejercicio anterior. El beneficio neto, en cambio, se desploma un 25% y se sitúa en 800 millones de yenes (5,9 millones de euros).

Japón continúa siendo el principal mercado de Mizuno, con un peso del 61%. Las ventas han mejorado en las cuatro regiones en las que Mizuno divide su negocio (Japón, América, Europa y Asia-Oceanía), mientras que a nivel de producto el gran estirón se ha producido en la división de aparatos de gimnasia.