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La ‘tablet’ releva a la pizarra: ‘big data’ e inteligencia artificial para el futuro del entreno

El análisis del juego y las formas de entrenar evolucionan y elevan el profesionalismo en el deporte. La realidad virtual, el big data y la inteligencia artificial son componentes que el deportista ha comenzado a incorporar en su preparación. Las próximas generaciones de atletas estarán entrenadas por profesionales y perfeccionadas por la ciencia.

Ignacio Viruega

18 sep 2018 - 04:57

La ‘tablet’ releva a la pizarra: ‘big data’ e inteligencia artificial para el futuro del entreno

 

Un entrenador frente a la pizarra, con los jugadores observando las indicaciones dentro de un vestuario, ha sido durante décadas la imagen tradicional de la preparación previa a una competición. No importa de qué disciplina deportiva se trate. Lo que sucedía en el campo se intentaba replicar en la pizarra, o viceversa. Hoy en día, cuando esa foto se repite, no refleja la realidad de una actividad que se ha sofisticado de forma acelerada, gracias a la ingente cantidad de datos que hoy se pueden obtener con la tecnología sobre la preparación de un atleta.

 

Cuando un entrenador da indicaciones a uno de sus jugadores, existen detrás de ese mensaje miles de datos descompuestos, que han otorgado al estratega el fundamento de la idea que intenta transmitir. Es el conocimiento de un entrenador sumado al análisis que las nuevas herramientas tecnológicas facilitan. Se calcula que pueden extraerse hasta 1,4 millones de datos por encuentro.

 

El análisis del juego y la preparación atlética han sido abordados por la inteligencia artificial, la realidad virtual y el big data, que intentan crear, no solo nuevas formas de entrenamiento y optimización del rendimiento, sino también predicciones en deportes considerados imprevisibles por la existencia eterna e indispensable del talento. Se trata de la tecnología intentando ganar un lugar en la preparación deportiva.

 

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LaLiga en la era digital

 

 

Hay ejemplos que han llegado para quedarse: un dron filmando un entrenamiento, chalecos que miden los parámetros de la salud de un deportista, plataformas digitales que planifican pretemporadas completas y datos que, transformados en información, determinan decisiones futuras. Estos son sólo algunos de los beneficios que la ciencia aplicada al deporte ha generado, aunque aún haya quien se resista a estos cambios por temor a cómo afecte a la competitividad entre los que pueden permitirse estas herramientas y los que no.

 

Esta revolución tiene su origen en Estados Unidos en 2002. Billy Beane, director general de los Oakland Athletics de la Major League Baseball (MLB) se sentía frustrado. El sistema en el béisbol, como en el resto de las grandes ligas, es simple: los equipos con mayor presupuesto fichan a los jugadores más destacados y los de menor presupuesto ven cómo sus figuras se escapan detrás de grandes contratos, lo que les obliga a rearmarse cada año. Ganar el título era, y puede ser, casi una utopía. Era su caso. Beane arriesgó todo a una fórmula nueva para el deporte. Encontró en la ciencia aplicada la forma de reestructurar su plantilla: utilizar el big data para romper con las reglas establecidas.

 

¿De qué forma? Se basó en estadísticas avanzadas para fichar jugadores, dejando de lado el momento deportivo que éstos atravesaban. En su ambición por ganar el campeonato administrando un equipo con uno de los presupuestos más bajos de la liga, diseñó la plantilla junto a un experto en estadísticas, y con gran conocimiento del béisbol, con jugadores que tenían un alto porcentaje de ganando bases y que el resto de las franquicias consideraban poco atractivos para el negocio y para su público.

 

 

 

 

Esta visión, generó resistencia dentro de la organización, pero finalmente llevó a los Athletics a ganar veinte partidos consecutivos, estableciendo el récord histórico de la liga. El equipo no ganó el título en 2002, pero estableció una nueva forma de entender la planificación de este deporte. Beane encontró la manera de utilizar el big data, de transformar estadísticas de jugadores en una herramienta de fichajes.

 

“Muchas de las decisiones que se tomaron en el béisbol durante 150 años se basaron en la intuición”, explicó Beane en una conferencia en Washington en 2017. “Necesitaba dar sentido a todos esos datos. Convertimos a un equipo de béisbol en una fórmula matemática”, definió el ejecutivo. Y agregó: “No somos todos los equipos iguales. Algunos tienen más ingresos que otros, lo que crea una plataforma estimulante para probar algo único”.

 

La complejidad no es propia del béisbol; de hecho, su desarrollo es más simple que el del fútbol o el baloncesto, donde participan al mismo tiempo varios jugadores de campo. En estas disciplinas, el número de personas que intervienen en cada acción es mayor, lo que dificulta el análisis a la hora de decidir qué jugadores o qué tácticas utilizar.

 


 

 

Es un elemento que los expertos denominan como la interdependencia entre atletas durante el juego, que exige un mayor volumen de información para que la inteligencia artificial pueda atinar mejor a la hora de descifrar los patrones de comportamiento. Es decir, que no alcanza con analizar la acción individual de cada jugador sobre el terreno de juego, sino los movimientos colectivos que se realizan con y sin balón. Algo que exige mucho más que la pura estadística.

 

Para resolver este desafío, el FC Barcelona se ha unido al Massachusetts Institute of Technology (MIT), con el que está diseñando un sistema que determine cómo atacan los equipos rivales . El objetivo es canalizar los datos que brinda el análisis de vídeo para que, con la aplicación de inteligencia artificial, se puedan automatizar patrones de juego. Se trata de utilizar las imágenes de los partidos para definir comportamientos dentro del campo y anticipar cómo se moverán los jugadores.

 

 

Joan Vilà, quien fuera director de metodología hasta el verano de 2018, señala que “los elementos móviles del juego, como el balón, son nuestra referencia. Debemos pensar cómo somos capaces de organizarnos alrededor del balón”, explica. Desde el Barça Innovation Hub, el laboratorio deportivo que ha creado el club, se intenta ver más allá: obtener datos de los jugadores que no tienen el balón y no dejar el análisis en una opinión subjetiva.

 

 

 

 

Otros equipos que se han sumergido en esta búsqueda han sido el Arsenal FC y el Leicester City. El club de Londres instaló ocho cámaras en su estadio que siguen a sus jugadores para mejorar su posicionamiento en el campo cuando no están en contacto con el balón. El Leicester, por su parte, acudió al big data para analizar la caída del rendimiento de su plantilla tras ganar la Premier League en 2015-2016.

 

En LaLiga, los clubes tienen instalado en sus estadios a Mediacoach, un programa creado en 2010 por Mediapro y la propia competición, que evalúa rendimientos y que recoge datos físicos y tácticos mediante veinte cámaras con las que la aplicación puede registrar lo que sucede en tiempo real. Se trata del tracking data, de poder prever cómo se moverán los jugadores con y sin el balón a partir de un barrido de cámaras constante del campo de juego para así determinar movimientos entrenados que el futbolista realiza instintivamente.

 

El software permite a los entrenadores acceder a la información antes, durante y después del partido, con datos de sus jugadores a nivel individual, de su equipo y de su rival. ¿Cuán mecanizado está un equipo de fútbol como para que la inteligencia artificial prediga su comportamiento?

 

 

 

 

En mayo pasado, LaLiga también anunció una alianza con RealTrack Systems. Esta empresa, a través, de su sistema Wimu Pro, permite a los clubes disponer de informes físicos de los futbolistas que complementan la información de Mediacoach, como datos de las aceleraciones y desaceleraciones de los jugadores y las intensidades con las que estos las realizan. Un análisis específico del rendimiento físico. No se trata sólo de conocer cuantos kilómetros corrió un jugador, sino de qué forma lo hizo.

 

Estas herramientas han sido puestas a disposición de todos los equipos con el fin de no perjudicar la competitividad. “LaLiga ha puesto al alcance de todos los clubes uno de los productos más avanzados en análisis del rendimiento”, confirmó Mediapro. Desde la empresa, ya han pensado en cómo hacer aún más efectivo este sistema: “A través de técnicas de inteligencia artificial y deep learning aplicadas a dichas imágenes, inferir datos de rendimiento a nivel individual de los jugadores y colectivos sobre análisis de juego tanto del propio equipo como de los rivales”.

 

Pese a que ya nadie duda de su importancia, personalidades de la relevancia del exjugador y entrenador Jorge Valdano, han mostrado su escepticismo: “El fútbol es todo lo contrario a la tecnología, pero es una batalla perdida: la tecnología va a terminar invadiendo la fluidez del juego, hasta deformarlo. Para presumir de la tecnología en la que han invertido mucho dinero, terminan dando datos que son intrascendentes para la eficacia y la belleza del juego.”

 

 

 

 

Valdano señala que esta  información será útil cuando se encuentre su correcta aplicación. ¿Qué sentido tiene saber cuántos kilómetros ha corrido Casemiro si no se relaciona a la cantidad de robos de balón que haya realizado? ¿Qué importancia tiene que Leo Messi camine por el campo si sus participaciones terminan decidiendo un resultado? Otra mirada es la que aporta el tenista Rafa Nadal, que pese a reconocer que no se provee de la tecnología para entrenar entiende su importancia y la aplica en su academia de tenis: “Yo he crecido sin la tecnología, y mis entrenamientos no la incluyen, porque he crecido y lo siento así. Pero los jóvenes que ya han crecido con las tecnologías sí las trabajan más y es lo que hacemos en la academia”, señala sobre la Rafa Nadal Academy, que está patrocinada por Telefónica.

 

La compañía quiere tener un papel relevante como proveedor de servicios en esta industria, y su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, considera que “el esfuerzo deportivo debe ir acompañado del tecnológico”. Y agrega en uno de sus discursos: “Si creemos que la revolución del smartphone ha sido una revolución grande, lo que viene con la inteligencia artificial va a ser cuatro veces más potente que la revolución industrial”.

 

Saber cómo se intenta aprovechar la tecnología para aplicar métodos de fichajes, predecir comportamientos de los equipos y aplicar sistemas de captación de datos es importante, pero también es necesario conocer qué tecnología se utiliza para evitar lesiones en los atletas. En deportes como el rugby, se utilizan estos datos para realizar cambios en los equipos. Mediante sensores que miden el desgaste físico y los impactos que el jugador ha recibido se puede intuir el riesgo de lesión de un jugador comparando los datos en tiempo real con una base predeterminada.

 

 

 

 

Cuando se trata de entrenar, el gran aporte lo está dando la realidad virtual. El secreto de esta tecnología reside en que el cerebro del deportista lo interpreta como real. Esta herramienta tiene varias ventajas: recrea el escenario exacto del entrenamiento y permite realizar repeticiones sin riesgo de lesiones o golpes. Antes, el atleta repasaba vídeos, lo que era una actitud pasiva. Ahora, con las gafas de realidad virtual la participación es totalmente activa. La NFL ha iniciado el camino en la aplicación de esta herramienta en los entrenamientos. Son los quarterbacks los que más provecho están obteniendo de su utilización.

 

“Darte la oportunidad de ponerte en tus propios zapatos nuevamente y ver lo que estabas pensando, es incomparable”, ha valorado Drew Stanton, lanzador de los Cleveland Browns. “Puedes sentarte a ver videos todo el día, pero observarlo en tiempo real, significa todo”, añadía. El ya retirado quarterback Carson Palmer entrenó con esta tecnología en sus últimos años como profesional y mejoró su rendimiento. “Te da una perspectiva diferente, un montón de cosas que no hemos visto antes”, explicó Palmer quien fuera uno de los mejores en su puesto en 2016, cuando utilizó la realidad virtual.

 

 

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LaLiga en la era digital

 

 

Los especialistas prevén que los mayores beneficios los obtendrán las nuevas generaciones. Si desde niños comienzan a entrenar con dispositivos de realidad virtual, su utilización agudizará sentidos, y consideran que desarrollará más el talento de los futuros quarterbacks con la repetición y el nulo riesgo a lesionarse. En este punto encontramos quizás el mayor beneficio en el uso de la realidad virtual, el cuidado del deportista.

 

Con estas innovaciones parece que el deporte ya no se desprenderá de la tecnología, es que esta industria ha encontrado en este negocio un aliado con presente y futuro. Entonces, ¿cómo seguirá evolucionando la preparación de un deportista y el análisis del juego? ¿Cuáles serán las próximas necesidades que el deporte cubra con la tecnología? ¿O es el avance tecnológico la que las genera?