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La exportación de bicis españolas ‘sube una marcha’ en Europa y alcanza cifras récord

Las ventas al extranjero de los principales fabricantes de ciclismo alcanzaron 139,5 millones de euros durante el último año, aupadas por el mercado comunitario y la relocalización de la producción.

Álvaro Carretero

29 mar 2019 - 04:59

Las ventas al extranjero de los principales fabricantes de ciclismo alcanzaron 139,5 millones de euros durante el último año, aupadas por el mercado comunitario y la relocalización de la producción.

 

 

Las bicicletas españolas ruedan por el mundo. Las exportaciones de estos productos alcanzaron su nuevo máximo histórico en 2018 con una facturación de 139,5 millones de euros, un incremento del 15%, el mayor de los últimos seis años, que permitió superar la cifra récord de 2013. Los socios tradicionales de España, todos ellos en la Unión Europea (UE), han sido los principales artífices del impulso que ha recibido esta actividad en un 2018 que supuso un freno para las exportaciones de artículos deportivos.

 

Las exportaciones de bicis españolas han aumentado un 55% durante la última década y, aunque la tendencia del sector ha sido alcista, también se han experimentado picos de menor intensidad. De hecho, entre 2014 y 2016 cayeron un 20% después de haber alcanzado su primera cima en 2013. En su caso, la recuperación económica se ha visto beneficiada por el proceso de relocalización por parte de algunos fabricantes.

 

Por países, Francia ha sido el principal socio de España tradicionalmente y, aunque aún se sitúa a la cabeza, la compra de bicicletas ha disminuido un 20% en los últimos diez años, hasta 44,1 millones de euros. No obstante, aún se sitúa muy por encima de otros países comunitarios y las ventas que cruzan la frontera pirenaica suponen un tercio del total. Fabricantes como BH Bikes y Santafixie, para quienes las exportaciones representan el 70% de su facturación, han encontrado en el país galo su principal enclave europeo.

 

 

 

 

Sin embargo, el pódium se ha desplazado en la última década, y Portugal e Italia han caído en favor de Alemania y Polonia. El país germano ha acelerado en la compra de bicis a España y, si bien hace una década ocupaban el sexto puesto, en 2018 están en segundo lugar con 19,4 millones de euros y han multiplicado por diez su inversión. Polonia, por su parte, destina diez millones de euros más (12,3 millones de euros) que hace diez años a la compra de velocípedos españoles.

 

Otros fabricantes, como Berria Bikes, miran hacia Latinoamérica en su estrategia de expansión internacional; concretamente, a Colombia, donde han encontrado el bastión desde el que operar. El país cafetero es el principal destino de las bicicletas españolas que cruzan el Atlántico, a excepción de Estados Unidos. En la última década, las ventas hacia este territorio han pasado de un total de 5.000 euros a 1,1 millones de euros, lo que le sitúa como el decimocuarto comprador de este tipo de productos en España.

 

Sin embargo, pese al auge del ciclismo deportivo en países como Colombia, México o Argentina, su desarrollo aún está en una fase embrionaria y otros sectores como la bicicleta urbana y la eléctrica aún no han eclosionado, lo que deja abierta la puerta para una posible vía de crecimiento del sector a medio plazo.

 

 

 

 

En cuanto a las importaciones, la tendencia del sector ciclista contrasta con el resto de las compras de artículos deportivos en España. China es el principal mercado al que recurrió la industria del deporte española en 2018, que compró productos por valor de 599 millones de euros. Sin embargo, la estrategia de relocalizar la fabricación de los fabricantes de bicicletas ha encontrado en Portugal a su socio tradicional durante los últimos diez años.

 

La compra de bicicletas al mercado portugués se ha disparado en un 80% en los últimos diez años, hasta 129,2 millones de euros, y representan la mitad del volumen total de importaciones de este tipo de artículos en España. BH es uno de los principales responsables, ya que en su fábrica de Alveiro se producen más del 60% de sus modelos, pero no es el único.

 

También Decathlon ha trasladado a Portugal gran parte de su producción durante los últimos años para mejorar la red de distribución. La fábrica lusa manufacturó 1,5 millones de unidades en 2017, más de la mitad de las bicicletas vendidas por el gigante galo a nivel mundial ese año. “Hay tiendas que pueden vender hasta 300 bicicletas en dos días en Navidad, así que para garantizar que no se queden sin stock, lo lógico era relocalizar la producción para que estuviera más próxima”, comentó Cristina Gaitán, responsable de expansión de Decathlon España a Megalux.

 

 

 

 

Otros fabricantes como Berria Bikes apostaron por abrir una fábrica en España para mejorar en su estrategia de personalización, que es uno de los pilares de su negocio. “Es fundamental tener la última fase de la producción en nuestra fábrica de Villarrobledo, porque nos permite poner el producto mucho más rápido en el mercado”, explica a Palco23 José Vitoria, fundador y director comercial de Berria.

 

De hecho, la relocalización de la producción no sólo tiene un impacto en el mercado español, sino que repercute de forma directa en las exportaciones, ya que se disminuye el tiempo de entrega y los fabricantes logran una ventaja logística en un sector cada vez más competitivo.

 

Gracias a este tipo de iniciativas, el sector ciclista ha resistido la desaceleración que se ha producido en las exportaciones españolas de artículos deportivos en 2018. Los fabricantes españoles han encontrado en la producción local y la venta global la forma de paliar la crisis económica. También es la manera de depender menos del mercado local, en el que los españoles destinaron 23,5 millones de euros a la compra de bicicletas en 2016, un gasto medio de 7,3 euros por persona.