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La cadena de distribución Finish Line cerrará 150 tiendas en cuatro años

G.G.R.

15 ene 2016 - 12:21

Finish Line pone en marcha su plan de reestucturación. La cadena estadounidense de distribución ha anunciado que cerrará el 25% de sus establecimientos en el país, por lo que en total bajará la persiana de 150 de sus 617 tiendas en un plazo de cuatro años. El objetivo de esta estrategia, según la compañía, es aumentar su rentabilidad al recortar el grueso de su red física de ventas y centrarse únicamente en las ubicaciones más lucrativas.

 

Los puntos de venta afectados tienen alrededor de un millón de dólares (918.000 euros) de ventas anuales cada una, por lo que con esta decisión dejarán de facturar 150 millones de dólares (137,8 millones de euros) anuales. La causa de esta medida ha sido la  la disminución del 3,5% de las ventas, lo que ha supuesto una facturación por debajo de la prevista, con 382,1 millones de dólares. Finish Line ha presentado unas pérdidas de 21,8 millones de dólares (19,3 millones de euros) en 2015, frente a un beneficio de 2,6 millones de dólares (2,38 millones de euros) del año anterior. Parte de culpa la tiene también el último cuatrimestre del año, donde sus ventas cayeron un 6%.

 

Además, el presidente de la compañía, Sam Sato, relevará al hasta ahora consejero delegado, Glenn Lyon. Los motivos de este despido son la caída de las ventas, sumado a la interrupción continuada de los nuevos sistemas informáticos implementados en octubre de 2015, lo que ha hecho perder a la compañía 32 millones de dólares (29,4 millones de euros) en el último tramo de 2015.

 

La empresa, con sede en Indianapolis, ha sufrido una caída de ventas progresiva durante el último año, lo que ha hecho perder en bolsa el 25% del valor de sus acciones en 12 meses. Además, cuando esta semana publicó sus resultados, con los que se confirmaban las pérdidas del tercer cuatrimestre de 2015, llegó a perder un 18% más.