GoPro reduce a la mitad sus pérdidas pese a estancar sus ventas en 946 millones en 2017

GoPro no cumplió en Navidad. La compañía de cámaras de acción cerró su ejercicio de 2017 con una facturación de 1.179 millones de dólares (946 millones de euros), un 0,5% menos que en el año anterior. Según sus previsiones, deberían haber crecido levemente gracias al último trimestre del año, es decir, a la campaña navideña.

Donde sí mejoró la empresa californiana es en su resultado neto. A pesar de continuar en número rojos, con unas pérdidas de 182 millones de dólares (146 millones de euros), el desfase se redujo un 56% respecto al pasado año. En 2016, GoPro perdió 419 millones de dólares (336 millones de euros).

Aunque la compañía no ofrece datos desglosados por facturación en las diferentes regiones donde opera, según The NPD Group's Retail Tracking Service, por cuarto año consecutivo, las cámaras de GoPro tuvieron una cuota de mercado de más del 80% en Estados Unidos.

El fundador y consejero delegado, Nicholas Woodman, ha comentado que se siente satisfecho por haber mejorado respecto al año pasado y ha señalado que “nuestra oportunidad para 2018 para por casar la demanda de los consumidores con nuestros nuevos productos, que lanzaremos en la segunda parte del año”.

“También nos focalizaremos en incrementar el servicio de suscripción, Plus, y en lanzar nuevas iniciativas para que los socios de nuestra red tengan más impacto en nuestro día a día”, ha añadido, sobre esta suscripción de pago que ya tienen 130.000 personas y ofrece un seguro para la cámara y más almacenamiento en la nube, entre otras características.

Hace tres meses, el propio Woodman ya avanzó en una entrevista en televisión que estaba considerando vender la compañía o buscar una alianza con una empresa matriz que les deje seguir operando con independencia. Además, GoPro comunicó que dejaría de fabricar drones, un proyecto que se lanzó al mercado el pasado año bajo el nombre de Karma.

La consecuencia de esta decisión es el despido de 250 empleados más, que son principalmente las personas encargadas de esta división. Ello se decidió tras aplicarse un importante plan de reestructuración, en la que reubicaron su centro de innovación a Rumanía y despidieron a más de 400 empleados.