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El gigante del ciclismo Canyon busca nuevas oficinas en España tras crecer un 30%

La compañía ha facturado 400 millones de euros en todo el mundo y prevé mantener su desarrollo para la nueva temporada. En España quiere crecer en gravel, bicicletas urbanas y carretera.

Miquel López-Egea

17 nov 2020 - 04:49

El gigante del ciclismo Canyon busca nuevas oficinas en España tras crecer un 30%

 

 

Canyon engorda su negocio en el año del Covid-19. La empresa alemana fabricante de bicicletas, que sólo vende online, ha crecido cerca de un 30% en España, igual que en el resto del mundo, y prevé crecer un 20% en el próximo año. La compañía ha facturado en el último año fiscal, cerrado en septiembre de 2020, cincuenta millones de euros en Estados Unidos y 354 millones de euros en el resto del mundo, facturados desde Alemania, donde está la central de la empresa. En España, la marca opera a través de su filial Canyon Iberia.

 

“En España hemos crecido en la línea de todos los países: en los últimos cinco años venimos creciendo por encima del 20%, aunque este año ha sido más por el boom actual”, señala Fernando Boada, director de mercado en España, a Palco23. “En nuestro caso, ha aumentado la demanda de bicicletas de primer precio, aunque de gama media y alta también se ha elevado”, explica.

 

Nuevas oficinas para trabajar frente al cliente

Para hacer frente al crecimiento, la compañía busca mudarse a unas nuevas oficinas. “Queremos tener un experience center o un showroom donde estén el servicio tecnológico central, atención al cliente y las bicicletas de test, un sitio donde los clientes puedan acercarse; aunque la pandemia ha traído un incremento online, el boca a oreja y trabajar frente al cliente es importe”, comenta.

 

De esta manera, Canyon busca “acortar la distancia con el cliente” y “poner en valor la parte experiencial, que el cliente pueda romper la frialdad de marca online, que pueda ver y probar el producto”. “La gente no es ciclista, no tiene por qué conocerte, le extraña que seamos online, pero tenemos trece personas españolas apasionadas atendiendo al cliente”, remarca. En esta línea, la empresa prevé situarse en quince trabajadores en España durante este año.

 

Actualmente, la empresa está ubicada en Tres Cantos, en Madrid y espera hacer la mudanza durante 2021 o durante 2022 a otra instalación por Madrid, cerca de la sierra. En 2020, además “nos apoyaremos con nuestras empresas de alquiler que trabajan casi en exclusiva con Canyon” para que los clientes puedan probar el producto y medirse. Canyon tiene tres establecimientos asociados en Barcelona, Mallorca y Lisboa.

 

La falta de stock ha sido un problema derivado de la gran demanda registrada por el Covid-19. “Tiene difícil solución, no es tan fácil redimensionar y arriesgarnos a que en uno o dos años la producción se pare”. “En 2021 habrá una falta de bicicletas porque no hay posibilidad de crecer, además no podríamos porque nos faltarían complementos; en 2022 ya veremos cómo lo solucionamos o cómo podemos crecer”, agregra. 

 

“Se han agotado las bicicletas más baratas, pero casi todo en general”, comenta. “Hay mucha gente que no nos conocía, que no montaba en bicicleta, pero, por lo que sea, ha llegado a nosotros; hemos percibido que el cliente del día a día no es el que nos conoce”, reconoce.

 

“Podríamos haber vendido más pero no tenemos más producto, nosotros no somos como una tienda que puede descolgar el teléfono y llamar a otro proveedor con tal de tener este stock, por lo que no podemos crecer más de lo que teníamos previsto”, admite.

 

 

 

 

En cuanto a los mercados internacionales, la situación es parecida. “Hace cinco años se hizo un plan para globalizar la marca y entramos en el mercado americano; allí hay muchas posibilidades, pero hay otros mercados para seguir creciendo, como Brasil, además de otros que tenemos que activar”, comenta. “Italia ha crecido por debajo del 20%”, añade.

 

Para 2021, en España “hay bastante mercado para crecer pese a la incertidumbre”. “Estamos reforzándonos en gravel; España es un país ideal para esta modalidad, si bien es verdad que la pandemia también ha traído el interés de utilizar la bicicleta como transporte, por lo que, si nos ayudan con infraestructuras y subvenciones, una de las pocas cosas buenas de la situación será este cambio de mentalidad y que la modalidad urban empiece a ser una realidad”, expone.

 

Asimismo, además de las bicicletas urbanas y de gravel, “las bicicletas eléctricas no paran de crecer, somos bastante optimistas, pero lo decimos en voz baja a causa de la situación: en un confinamiento total se podrá seguir utilizando la bicicleta, pero dependemos de Alemania: en el caso de no poder producir el producto, lo notaríamos muchísimo”, asegura. “En bicicletas de carretera podemos seguir creciendo, patrocinar al Movistar Team se ha notado y tiene que seguir ayudando”, añade.