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Deporvillage mejora previsiones en 2019 e inicia operaciones en Japón, Australia y Canadá

El ecommerce deportivo ha cerrado el primer semestre del año con un aumento del 30% en su facturación, aupado por la verticalización en ciclismo y deportes outdoor y las versiones internacionales de la plataforma. Su objetivo es facturar 60 millones de euros en 2019.

Álvaro Carretero

24 jul 2019 - 04:59

El ecommerce deportivo ha cerrado el primer semestre del año con un aumento del 30% en su facturación, aupado por la verticalización en ciclismo y deportes outdoor y las versiones internacionales de la plataforma. Su objetivo es facturar 60 millones de euros en 2019.

 

 

Deporvillage inicia una segunda expansión, pero no territorial, sino de sus marcas propias. El ecommerce ha cerrado los primeros seis meses con un aumento del 30% en la facturación, mejorando en cinco puntos las previsiones iniciales, lo cual achaca al buen rendimiento de sus portales en Reino Unido y Alemania y al desempeño de sus marcas propias. De mantener este ritmo de crecimiento, superaría los 60 millones de euros en 2019, un año en el que espera seguir profundizando en nuevos verticales como la escalada, el camping o el esquí.

 

La semana pasada, Deporvillage lanzó su segunda marca propia de ciclismo, que convivirá con Finisseur. “DPV es una marca que potencia nuestra imagen, ya que el objetivo es asociar a Deporvillage un concepto diferente, en formato marca blanca”, explica a Palco23 Xavier Pladellorens, cofundador y director general del ecommerce. Finisseur, por el contrario, se enfocará únicamente al textil y con ella se buscará “un carácter más inspiracional”.

 

Actualmente, la compañía trabaja para encontrar fabricantes que diseñen las diferentes líneas de productos que englobará DPV. En una fase inicial se enfocará a sillines, cascos y gafas, aunque la oferta se irá ampliando próximamente a medida que fructifiquen las reuniones comerciales. Además, Pladellorens también abre la puerta a las bicicletas eléctricas, sobre las que considera que son “un boom similar al que se vivió con el running, salvando las distancias”.

 

 

 

 

Por ahora, Deporvillage no parece haber notado la desaceleración del sector de ciclismo, que durante el último año tuvo, precisamente, a las e-bikes como salvavidas. “Nosotros nos apoyamos en el crecimiento del ecommerce, pero sí que se nota; no hay más que ver a Decathlon, que es uno de los principales indicadores en el país, aunque la industria de la bicicleta y la del deporte en general aún está lejos de decrecer”, considera.

 

De hecho, la compañía dirigida por Pladellorens y Ángel Corcuera ya ha logrado un ebitda positivo, lo que les ha permitido “acometer todos los proyectos con fondos propios”, admiten los fundadores. “Somos una empresa rentable, que hemos priorizado tener un proyecto sostenible que ahora se puede permitir estas inversiones”, indican, en relación a las rondas de financiación que acometieron en su día, en las que levantaron siete millones de euros.

 

Asimismo, el fundador de Deporvillage también descarta que se vayan a lanzar nuevos portales durante este año. “Estamos bien posicionados en Italia y Francia, mientras que el crecimiento en Gran Bretaña y Alemania está siendo muy bueno, asegura Pladellorens, quien apunta a una estrategia basada en las divisas. “Con la web en inglés ya llegamos a casi todos los territorios, así que hemos incorporado un sistema de pago en moneda local que facilita las operaciones y nos permite vender en todo el mundo”, sostiene.

 

Las ventas internacionales ya representan algo más del 50% de la facturación del grupo y, gracias a esta esta estrategia, ha llegado a nuevos países como Japón, Canadá, Australia y Austria. Aunque estos aún no suponen una parte significativa, suponen una primera toma de contacto a escala global, ya que a medio plazo “no descartamos que haya nuevos lanzamientos”. Por ahora, sin embargo, el plan es consolidar la red actual e incidir en la creación de nuevos verticales dentro de los deportes outdoor.