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Como un invierno sin nieve: el Covid se come más de un 33% del esquí español en 2021

Cetursa Sierra Nevada, de titularidad pública, compara el golpe de la pandemia con un año sin nieve como fue 2015-2016, “la peor temporada de la historia”.

Miquel López-Egea

7 jun 2021 - 05:00

Como un invierno sin nieve: el Covid se come más de un 33% del esquí español en 2021

 

 

Peor que un invierno sin nieve. Este es el resultado con el que convive el esquí nacional tras una temporada para olvidar. Con la temporada de esquí ya terminada y a la espera de que el grueso de las estaciones en sus datos oficiales, ¿cómo se puede medir el golpe del Covid-19 a las estaciones de esquí en la temporada 2020-2021, la más afectada?  

 

Una de las principales estaciones ya ha hecho previsiones y ha dado algunas pistas. Sierra Nevada, estación operada a través de la sociedad Cetursa Sierra Nevada, de titularidad pública, compara el golpe de la pandemia con un año sin nieve como fue en 2015-2016, “la peor temporada de la historia”, según figura en sus cuentas.

 

La estación granadina cerró 2019-2020 con un negocio de 23,36 millones de euros, un 32,9% menos y un resultado negativo procede de operaciones continuadas de 666.229 euros. En 2020-2021 tuvo una facturación de 15 millones de euros, lo que supone alrededor de 25 millones de euros menos que en un curso normal y la mitad de lo que ingresó en 2015-2016.

 

 

 

 

Replicando la caída al resto de estaciones de España, la facturación agregada se habría situado en, como máximo, 81,89 millones de euros, frente a los 122,1 millones de euros de 2018-2019, la última temporada completa, aunque este porcentaje será mayor a causa, primer de todo, de las limitaciones decretadas por algunos gobiernos autonómicos y por las decisiones tomadas por algunas estaciones de no abrir en toda la temporada.

 

Aramón cerró la temporada 2018-2019 con un negocio de 42,87 millones de euros, por lo que, aplicado el mismo descenso que Sierra Nevada, cerraría 2021 con 28,8 millones de euros. Sin embargo, el golpe, en este caso, será catastrófico puesto que la facturación será nula ya que, en febrero, finalmente, optó por no abrir porque no era “económicamente viable” y ni “factible operativamente” porque “agravaría el fuerte impacto económico que la pandemia ya ha causado en el grupo”.

 

El Grupo Aramón, participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, cerró 2018-2019 como un 9,1% menos de facturación que el ejercicio anterior, y un resultado neto de 274.550 euros, frente a los 618.541 euros del año anterior.

 

En Aragón, Candanchú cerró la temporada 2018-2019 con un negocio de 4,9 millones de euros. Pero el escenario es mucho peor, porque también optó por no abrir puesto que “sólo agravaría el negativo impacto económico”.

 

La estación, propiedad del grupo Ibernieve Aragón, cerró 2019-2020 con un resultado de 4,6 millones de euros y un resultado neto de 36.678 euros. En el año anterior, el resultado neto fue de 252.021 euros. Además, según sus últimas cuentas, debido a la falta de precipitaciones de nieve en la temporada y a la declaración del estado de alarma “la sociedad se ha acogido al punto IV del convenio de acreedores, lo que le ha permitido prorrogar en un año la duración del convenio ordinario de acreedores, posponiendo al próximo ejercicio el vencimiento previsto para el 31 de mayo de 2020”.

 

 

 

 

Astún fue la única estación que decidió abrir, pero estuvo limitada por las limitaciones de movilidad decretadas por la Junta de Aragón. En este caso, la estación, propiedad de Eivasa, cerró la temporada 2018-2019 con un negocio de 6,3 millones de euros, por lo que, aplicando el mismo descenso que Sierra Nevada, acabaría facturando 4,25 millones de euros.  

 

Eivasa está participada por la sociedad dominante Parque Residencial Miraflores, que pertenece a un grupo de sociedades cuya matriz es Construcciones Santacruz, que tiene su sede en Zaragoza. Parque Residencial Miraflores está presidido por Jesús Santacruz Guajardo, a su vez director general de la estación de esquí. En 2019-2020, Astún tuvo unos ingresos de 7,6 millones de euros, con un incrementó la afluencia de clientes un 8% y un aumento de la recaudación global por remontes en torno al 20%. El resultado neto fue positivo, de 735.165 euros, frente a los números rojos de 950.605 euros del año anterior.

 

A causa de la pandemia, la estación presentó un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para la mayor parte de la plantilla fija y solicitó el aplazamiento de pago de deudas patronales de la Seguridad Social. Asimismo, el 22 de mayo de 2020, la sociedad formalizó un préstamo con una entidad financiera por importe de 350.000 euros avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para hacer frente al golpe del Covid-19. Adicionalmente, formalizó un nuevo ICO por importe de 400.000 euros en junio del año pasado. Asimismo, la sociedad, en sus últimas cuentas, afirma que “dispone de un plan de contingencia de cara a minimizar los efectos Covid-19 en el ejercicio que finalizará el 31 de mayo de 2021” y que “prevé los diferentes escenarios que pudieran plantearse en el futuro, teniendo previstos diferentes planes de actuación en función tanto de la evolución de la pandemia y de las recomendaciones de las autoridades sanitarias como del impacto económico que pudiera suponer medidas impuestas por las autoridades que impidiesen el normal desarrollo de las actividades de la sociedad”.

 

 

 

También aplazó el pago de la cuota patronal del mes de marzo 2020 por un importe total de deuda de 63.098 euros. La amortización de este débito se ha realizado en el plazo de 12 cuotas, con vencimientos mensuales, que se iniciaron en el mes de junio del año pasado.

Astún pidió un crédito ICO de 350.000 euros y otros de 400.000 euros

 

En Cataluña, todas las estaciones abrieron, pero estuvieron limitadas por las restricciones decretadas por la Generalitat. Baqueira-Beret cerró la temporada con un negocio de 46,1 millones de euros, por lo que, aplicando el descenso de Sierra Nevada, la estación acabaría facturando 27,7 millones de euros. Baqueira-Beret está controlada por la familia Serra y la aseguradora Catalana Occidente.

 

La sociedad a través de la que opera la estación, que consolida seis sociedades (Aranesa de Radio i Televisió, Hoteles Nevados, Hoteles Valle de Aran, Sorpe Bonaigua, Viajes Baqueira Beret y Eurl Voyages Baqueira Beret), obtuvo un resultado neto de 7,95 millones de euros, frente a los 9,41 millones de euros de doce meses antes. Pese a esta caída, el mes pasado la estación dio luz verde a una inversión de 6,1 millones de euros   para un nuevo telesquí y un telesilla en la zona de debutantes de Beret.

 

La Masella, propiedad del Grupo Bosch Aymerich, cerró la temporada 2018-2019 con un negocio de 9,8 millones de euros, por lo que comparando con 2015-2016, cuando tuvo un negocio de 5,9 millones de euros. Este año, aplicando la caída de Sierra Nevada, la facturación sería de 6,6 millones de euros.  En 2019-2020, la estación cerró con un negocio de 10,3 millones de euros.

 

 

 

 

Telesquis de la Tossa de Alp, Das y Urus, empresa que opera la estación, destaca en sus cuentas qye, “lo más importante a resaltar es que debido es que las ventas acumuladas a 13 de marzo de 2020 ya eran superiores a las ventas totales al final de la temporada anterior, el impacto económico no se ha traducido en una catástrofe como lo hubiese sido si el cierre por normativa se hubiera adelantado uno o dos meses”. En esta línea, la empresa considera que en los 51 días no explotados por la pandemia en 2019-2020, dejó de ingresar 1,3 millones de euros a causa de no poder abrir en Semana Santa ni en San José, por lo que el resultado bruto de explotación (ebitda) se hubiera podido incrementar en un millón de euros. La empresa también lamenta que por culpa del Covid-19 dejó de ingresar 3,5 millones de euros en subvenciones e inversiones comprometidas por parte de la Generalitat.

 

De cara a 2020-2021, la empresa contemplaba cinco escenarios. En el mejor de los casos, la empresa estimaba una caída de entre el 30% y el 50% mientras que, en el peor de los casos, se preparaba para no tener ingresos. En este sentido, la empresa se preparó para una apertura limitada, una apertura y un cierre posterior, la imposibilidad de abrir por no cubrir los costes de explotación y la imposibilidad de abrir por normativa legal.

 

Port del Compte, propiedad de los empresarios Jaume Majoral y Francesc Moliné, por su parte, en 2019-2020, la estación, que opera a través de la sociedad Guimaru, tuvo con un negocio de 1,4 millones de euros, por lo que, aplicando el descenso de Sierra Nevada, se situaría en un negocio de un millón de euros.

 

Por otro lado, en Cataluña, el grupo FGC opera La Molina, Espot, Port Ainé, Vallter 2000, Vall de Núria y Boí Taüll. Según datos de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña (Acem), las estaciones de esquí de Cataluña redujeron su facturación 69,4% en la temporada 2020-2021 en comparación con la temporada anterior.