Villar exige cogestionar los derechos de televisión junto a la LFP tras perder los ingresos de La Quiniela

Ángel María Villar está a punto de dar un vuelco a las tensas relaciones de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) y el resto de los estamentos futbolísticos del país. El dirigente ha bloqueado en los últimos meses el Real Decreto del Gobierno que debe regular la venta centralizada de derechos de televisión de la Liga, pero ayer se mostró dispuesto a permitir su aprobación en Consejo de Ministros, siempre y cuando se le permita participar en la gestión de los mismos.

El proyecto inicial contemplaba que la gestión recaería en la Liga de Fútbol Profesional (LFP), la patronal que preside Javier Tebas y que agrupa a los clubs de Primera y Segunda División. Villar, en cambio, propuso "formar una comisión mixta entre miembros de la LFP y la propia Rfef al objeto de debatir y ofrecer al Gobierno de España una solución global de todo el fútbol nacional". La decisión depende ahora de Tebas y los grandes clubs, a los que se les ha propuesto negociar "mejor mañana que pasado" en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid).

La federación, que vela por los intereses del fútbol formativo y gestiona este deporte hasta Segunda División B y la Copa del Rey, ampara su reclamación en el artículo 78 de los estatutos de la Fifa. Éste indica que "la Fifa, sus miembros y las confederaciones son los propietarios primigenios de todos los derechos de competiciones y otros actos que emanen de sus respectivas jurisdicciones, sin ninguna restricción en lo que respecta al contenido, el tiempo, el lugar o la legislación". Éstos incluyen desde los derechos patrimoniales y de inscripción, hasta los audiovisuales y los de comercialización de productos.

Villar se aferra a este artículo, que no debe olvidarse que corresponden a una organización privada, para denunciar "injerencias gubernamentales". Además, advirtió a los miembros de la junta de la Rfef que la Fifa ya le ha comunicado que, en caso de proseguir estas supuestas injerencias del Consejo Superior de Deportes (CSD), el fútbol español se vería amenazado por "posibles sanciones que podrían acarrear suspensión".

En la LFP estarían muy disgustados con la actuación de la federación, que ya recibe 30 millones de euros anuales de la patronal cada año tras la firma del último convenio. Además, como sucede en otras grandes ligas como la Premier League, la gestión de los derechos de televisión recae en la organizadora del campeonato y después se pacta un pago anual a la federación del país para el desarrollo del fútbol formativo.

En la junta de ayer, quedó meridianamente claro que el enrocamiento de la Rfef en torno a los derechos audiovisuales (podrían suponer hasta 1.000 millones de euros en la temporada 2016-2017) responde a su choque con el CSD en materia de transparencia. Villar comunicó ayer que ya se les ha oficializado que este año no recibirán dinero por la retransmisión del partido en abierto de Primera División ni de la Copa del Rey, así como de la subvención del 4,55% de los ingresos de La Quiniela en 2014.

El hecho de no cobrar estas ayudas ha motivado que las federaciones autonómicas estén convocando paros en las últimas jornadas (11.000 partidos suspendidos y 350.000 jugadores sin competir), aunque esta situación venga provocada por el rechazo de Villar a someter a la Rfef a las normativas de transparencia aprobadas por el Gobierno y su decisión de no justificar algunos pagos que reclamaba BDO, la auditora escogida por Miguel Cardenal, presidente del CSD, para revisar la contabilidad del organismo.